Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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FEB102. NARCISO ENGAÑADO, de Elena Casero Viana

Ya veo que tú no eres diferente de los demás. También te asusta mi rostro. Odio que me miren con los ojos desorbitados como si vieran un ser repugnante. Me asquea que no se atrevan a tocarme. O que lo hagan, cuando se lo ordeno, con las yemas de los dedos, suavemente, como si el roce les fuera a herir sus delicadas manos. Y cuando me acerco, se hunden, espantados, en el fondo del sillón. Vosotros, hombres considerados, cultos, que veneráis mi retrato, su voluptuosidad, su incitación al placer y os sumergís en su perfección; que suspiráis por el rostro que os muestra el deseo supremo de la belleza y el goce de la inmortalidad, me amáis hasta que esta confusa maldición que vive dentro de mí os arranca el velo de los ojos y me veis tal como soy.
Podéis llevároslo, no lo quiero contemplar nunca más. Detesto ver cómo me consumo en vida, mientras él rejuvenece en cada uno de vuestros desprecios.

16 Responses

  1. Creo que Ana ha acertado en su primer comentario, es parecido a lo que percibo yo en este texto, aunque lo he tenido que releer. Me parece un cuento con varias capas, un poco complejo para mí.
    Un abrazo.

  2. Lo siento Elena, llevo varios días intentando comentar tu relato y no sé qué decir. Aunque el fondo (por lo que veo que te comenta Ana U) parece claro, yo el relato no consigo anclarle. Venga, suerte al final.

    1. Ximens, una de las cosas que más estimo es que me digan la opinión sincera, que tú haces siempre, por eso lo valoro.
      El relato salió de un tirón y no quise cambiarlo, a ver qué ocurría.
      Y lo peor que puede pasar es que no se entienda, así pues, pasados unos días, toca releerlo, distanciarse y ver qué se puede hacer con él.
      No lo sientas, que me alegra que me digas las cosas como son.

      Besos, yo sé que no llego a la final.

  3. ¿La negación de uno mismo? El conflicto que yo creo encontrar es tremendo. Uno se queda sin su propio reflejo por ser éste una versión contaminada por la sociddad, y lo hace por voljntad propia. Mucho valor se necesita para eso.
    Este mes te has puesto muy filosófica Elena.
    Un abrazo.

  4. Me gusta esa perorata que les endilga a quienes contemplan su retrato. Intuyo a una mujer apresada en en el lienzo, una mujer hermana de Dorian Gray pero a la inversa: ella rejuvenece por el desprecio.
    Una vuelta de tuerca muy interesantes, Elena.
    Un abrazo.

  5. He disfrutado tanto leyendo el relato, como los comentarios, y estoy seguro de que cuantas veces venga, tantas veces le entenderé cosas diferentes.
    Me gustan los escritos que te estrujan la sesera.
    Gracias Elena, y suerte.
    Un abrazo.

  6. Tu relato Elena, tiene varias interpretaciones según lo veo yo. Por una parte, parece que la voluptuosidad y la perfección del retrato de esa mujer incita primero al amor, y luego a los desprecios de una sociedad que tiende a menospreciar al «mejor» (cuando se descubre lo que hay debajo).

    Y curiosamente con sus vilipendios y sus desprecios: el retrato rejuvenece, mientras ella hace lo contrario.

    Bajo mi punto de vista el título, es el que da la pista del engaño atroz: ¡el amor de uno mismo, por uno mismo, hasta que ella descubre su verdadera esencia como persona! el por qué de los halagos, y de los desprecios. Una mentira que subyace en nuestra sociedad alabando la superficialidad de las personas y que a ella le hace envejecer y consumirse en vida.

    Bueno que….si sigo elucubrando pues te aburriría. Pero qué duda cabe que tiene varias lecturas. Un abrazo Elena.

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