FEB150. EL PERFIL OCULTO DE PALOMA, de Isabel Martínez Barquero
Hoy recuerdo las palabras de mi amigo Jaime, antiguo novio de Paloma, aquellas que me susurró en el hospital y que aludían a que ella poseía aureola, pero no como la de los santos, sino negra y amenazante. \»Quien la ve, se encuentra con el demonio, está condenado\», me confío poco antes de morir.
La intensa atención que le presté a Paloma a consecuencia de la muerte de Jaime, consiguió que estrecháramos lazos y desaparecieran de mi mente aprensiones. Era luminosa y encantadora, digna de mi amor y respeto. Sólo tenía una rareza: que no la fotografiara.
Pero hoy he disparado mi máquina sobre su perfil distraído: los auriculares la marginaban de los ruidos exteriores. He contemplado en el visor la toma y no me ha gustado una mancha negra que la envolvía, así que he disparado de nuevo. La mancha seguía allí, nunca en el mismo sitio, pero siempre ciñendo su perfil ignorante, ajustada a su cuerpo como una segunda piel. Ni con el revelado he podido evitar aquella sombra oscura.
Lleno de pánico, recuerdo las palabras de Jaime y huyo a toda prisa mientras un sudor gélido me advierte de que empieza mi cuenta atrás.
A veces no vemos venir al mal, está oculto entre sombras,pero podemos presentirlo.
Un abrazo sin negruras.
Una foto con misterio, como el retrato.
Con un lenguaje preciso has conseguido llamar mi atención de este perfil que al fotografiarlo da entender cierta sospecha de algo oculto en Paloma.
Suete y besicos, Isabel.
Qué bien, Isabel, cómo se nota el arte que tienes. Creo que es una buena aportación al tema del mes. Suerte en el retrato de fin de mes, que no tenga aureola negra, si no laureada.
Isabel, bien contado. Inquietante esto de la aureola, un guión digno de película.
Un abrazo.
Es mejor no hacer caso de lo que dicen los demás de alguien, porque las cosas las cuentan segun les va, pero…por si acaso hay que huir de esas «manchas negras», si es uno mismo quien las verifica.
Se hace amena la lectura de esta turbadora historia.
Suerte maestra de las letras.
Anna Jorba Ricart
Inquietante tu relato y muy bien conseguido el dicho ese tan trillado: «Las apariencias engañan». Me ha gustado. Suerte.
Besicos muchos. Nani Canovaca.
Estupenda historia desasosegante narrada con un ritmo que va adentrándonos en las sospechas del protagonista. Me gusta el recurso de la cámara que revela sombras invisibles a la mirada. Lo que no me gusta es que la «mala» se llame Paloma.
No es nada personal contras las Palomas, Paloma. Si escogí ese nombre fue más bien por su simbología de pureza, de blancura, tal y como indica Ana U. Es un nombre blanco, luminoso, en el que no se intuyen sombras. Me gustan las paradojas y acudir a los contrastes, así como poner de manifiesto contradicciones (todos estamos llenos de ellas, somos humanos).
Besos para todos y gracias por los comentarios.
Es que también hay palomas negras, como en todas las especies. Genial. Sara
Isabel, una retirada a tiempo es una victoria. De algún modo retuvo la advertencia de Jaime, y eso la salvó. Saludos y suerte.
Que alucinante historia Isabel, jugaste con los contrastes para llegar a ese final trágico. Muy bueno.
Un abrazo.
Me gusta cómo has tratado el tema del mes, y esa mancha negra que se extiende por Paloma y sobre la que haces girar una trama con inicio y final perfectamente conjugados.
Suerte para este mes y a seguir tan bien como estás. 😉 Besos.
Isabel, se me pusieron los pelo de punta. Brrrr…qué miedo magnifico relato con un final asombroso enhorabuena, Sotirios.
Gracias a todos por vuestros valiosos comentarios. Siempre es de agradecer que lo que una escribe, llegue.
Abrazos.
Me gusta mucho, Isabel, bien contado, inquietante y premonitorio.
Enhorabuena y un fuerte abrazo.
Dicen que los nombres llevan ya un algo que nos explica. En el caso de Paloma hay que buscar nuevas técnicas que podrían servirnos para mucha gente que no acaba de «convencernos».
Besos, querida Isabel