FEB153. NO DEBES RETRATAR EL AIRE, de Rosa Molina López
Al finalizar el libro de Dorian Gray deseé, no un retrato, sino una novela que me inmortalizara. Rozando el delirio culminé una obra que obtuvo una crítica unánime: era perfecta, el canon de belleza. Pero la fama y los vicios disolvieron mi cordura y la vanidad no me permitió advertir que mi obra solo gustaba a los críticos. Y, arruinado, abandoné un arte tan bello como inútil.
Meses después, en la cola del paro, comprendí que la belleza, por sí sola, es como retratar el aire, la nada. Y di un giro a mi vida: decidí escribir retratos de personas ocupadas en vivir, sin escatimar nada a la Historia, sin necesidad de sembrar preguntas. Volví a casa, afilé el teclado, reencontré la conciencia de las palabras y, en lugar de afiliarme, me hice galdosiano. Publiqué, como episodios nacionales, lo del presidente de mi destartalada escalera, que se fugó tras cobrarnos las derramas; las ruinosas preferentes del sociólogo del parque; el proceso de mi propio desahucio. Mil argumentos cotidianos, mil historias a las que solo añadí signos de puntuación, porque nacían manchadas de tinta. Hoy me han ofrecido un sillón, la eñe minúscula. Increíble.
En lengua guaraní,ñe e significa «palabra» y también significa «alma»
Creen los indios guaranís que quienes mienten la palabra o la dilapidan,son traidores del alma.
de Eduardo Galeano» Las palabras andantes»
pd-Muy buena imagen las palabras manchadas de tinta al nacer. Buen relato. Un abrazo.
Está bien ese eñe minúscula, porque las palabras han de tener alma además de ser bellas.
Y yo creo que deberías escribir tu nombre con eñe «Antoña» porque tienes un alma a la altura de tus palabras, siempre sonrientes. Mil gracias y un abrazo.
Tu relato me recuerda a las palabras de Celaya, aquello de «tomar partido hasta mancharse», que tú retomas aunque creo que desde otro punto de vista: sí, las personas tenemos que tomar partido unas por otras, porque si esperamos a que lo hagan los políticos moriremos en la espera. Me ha gustado mucho tanto el fondo como la forma de tu historia- «afilé el teclado, reencontré la conciencia de las palabras y, en lugar de afiliarme, me hice galdosiano». Enhorabuena, y que tus últimas dos líneas sean proféticas 🙂
Pensaba «desenfundar» el teclado pero con estos tiempos las palabras deben llegar al fondo de las historias, sajarlas, como hacía Galdós , el gran maestro. Con lo poco que escribo sería un milagro que se cumpliera la profecía pero gracias. 😉
Buena apuesta la tuya para este mes. A mí también me ha gustado el fragmento del relato que destaca Ana F, y que elijas la ñ como sillón de referencia.
Mucha suerte.
Un abrazo.
Gracias Paloma por tu comentario. La eñe es una letra sonriente y ese sillón debe ser divertido, propio de audaces. Pena que quede tan lejos! Un abrazo.
Como siempre, Rosa, fenomenal, haces bueno en muy pocas palabras aquello de que «Lo bello, sin referencia (metonímica) a lo siniestro, carece de fuerza y vitalidad para ser bello», pues «la belleza es siempre un velo (ordenado) a través del cual debe presentirse el caos». Tu narrador-protagonista también entiende esa esencia del arte, me encanta como lo expresas/áis 🙂
Un abrazo enorme
NACHO RUBIO
Nacho, ahora eres tú el adulador ¿eh? Convertir la realidad en literatura es una tarea difícil, pero necesaria. La Historia se nutre de la cotidianidad, de vidas anónimas que nunca deberían pasar desapercibidas. Un abrazo Nacho y gracias por tu comentario.
+ el título, se me olvidaba, poderoso y evocador, un gran acierto!!
Nacho
Rosa, Hasta ser célebre hay que tomar decisiones de este calibre. Los sillones están esperando. Suerte y saludos.
Lo del sillón es ciencia ficción. Antes llegaré a Marte, seguro, pero tampoco nos vamos a imponer metas inalcanzables que nos frusten y nos alejen de esta afición ¿verdad? Un abrazo, Calamanda.
Rosa, me ha parecido tan terrible tu relato de nuestra realidad como el «Retrato de Dorian Gray» de Oscar Wilde.
Las figuras que utilizas, como la de afilar el teclado o el nacimiento de las palabras manchadas de tinta son muy poderosas.
Un beso enorme,
Belén
Hola Belén, la realidad está llena de historias que deben escribirse ¿verdad? Te confieso que quise indicar que eran las historias las que nacían manchadas de tinta, pero veo por vuestros comentarios que habéis interpretado que eran las palabras. No importa, mucho mejor así, más fuerza, más intención. Un fuerte abrazo, amiga.
Ana, mil gracias por compartir tu recuerdo, mil gracias por tus palabras, que apunto en mi cuaderno para disfrutarlas a mi aire y mil gracias por tus comentarios tan llenos de ánimo para todos, siempre. En mi casa tengo una silla a la que he colgado mi nombre, así que me he convertido en académica de habitación 😉 Algo es algo. Un abrazo.
Todo un alegato a la humildad, muy bien tejido con la escritura como eje.
Un abrazo.