FEB170. TRANCE, de Miguel Ángel Page
Ayer evidenciaban instantes de felicidad, pequeñas teselas de los últimos años vividos en el grupo: el cumpleaños de Javier en el que tuviste un encuentro furtivo con su hermana, la fiesta de Halloween, con todos ubriacos, como decía aquel italiano tan gracioso que se nos acopló sin conocerle nadie, el descenso del Sella compartiendo petaca y risas con propios y extraños.
Hoy, la alegría obscena de esas fotos, contrasta con las caras largas de los que te conocimos; desde estos malditos sillones de escay me pierdo en tu retrato, y a ratos me preguntó por qué motivo hemos sido tan idiotas. Sin despegarse de él, tu madre busca entre nosotros a quién poder subir a su cadalso, y el parpadeo del fluorescente nos ofrece una tregua violeta, permitiendo que más imágenes vuelvan a la memoria.
No tardará en aparecer alguno en la sala reconviniendo que, de vez en cuando, tienen que pasar estas cosas para que los demás aprendan. Que pudimos ser cualquiera. Que hay que cambiar y tirar para adelante.
Y yo digo que quién sabe al final lo que es lo correcto. Que éramos iguales. Que nunca se sabe. Y que qué feliz fuiste, vaya.
Tremendo, Miguel. La pérdida de un amigo vista por un joven. Relato para leer varias veces por los matices: Esa madre buscando posible culpable y esa próxima aparición reprendiendo a los jóvenes. Me has llevado a el entierro de un compañero que se despeño haciendo alpinismo. El final es impactante, pues es cierto para el muerto, pero claro, los que se quedan. En fin, Page, buen retrato. Espero verte entre los nominados.
Gracias, compadre. Me alegra que hayas podido captar todos esos matices que intenté plasmar en el cuento.
Nos vemos por ahí.
¡Un abrazo!
Excelente, Miguel Angel. con pocas palabras lograste construir todo un escenario: la sala de juicio, la madre acusadora, buscando un culpable y con el retrato en brazos como si sostuviera un bebe, los jovenes en la silla del acusado… Un buen retrato de los jóvenes ante la muerte de uno de los suyos, de la juventud siempre dispuesta a aceptar que alguno se pierda de camino a la adultez… .
Y como Ximens, espero verte entre los nominados.
Gracias, vuestros comentarios ya son un premio en sí.
Un saludo.
Qué bien retratado este velatorio. Muy bien contrastados vida y muerte en ambos párrafos con esas imágenes.
Un abrazo.
¡Gracías! Sí, ese contraste era parte de la idea.
Abrazos
Miguel Angel, la muerte entre los jovenes hace más furor que en todos los demás. A esa edad se sienten casi, casi inmortales. Suerte y saludos.
Cierto lo que comentas. Pero como dice el relato, quién sabe en esta vida.
Un saludo
Llevo ya tres lecturas y en cada una de ellas me voy centrando en distintas frases y confirmándome en que es un relato magnífico. Enhorabuena.
Pues que provoque eso ya es todo una satisfacción. Gracias por tus lecturas y comentario.
¡Un saludo!
Tremenda la historia, Miguel. Y bien contada con tantos matices y desde tantos ángulos. Nos situas muy bien en el escenario para que podamos ir viendo lo que sucede.
Suerte
Besitos
Eso intenté, abrir la cámara y que pudieráis ver todo lo que yo veía.
Me alegro que la disfrutaras.
Un abrazo
Pues eso, intentemos ser felices, ¿no?
Me alegro que te guste.
¡Un saludo!
que duro…y mas aun para leerlo a estas horas de la mañana.
Al principio pensaba que simplemente tratarías un cambio ligero dentro de un grupo de amigos, pero no pensé que el cambio al final fuera tan significativo.
No quiero vivir esto…y se que no es menester decirlo, pero es asi, no quiero.
felicidades¡¡
Ya, es que es duro. Life’s tough.
¡Gracias por pasarte!
Tres veces me lo he leído, seguiditas .Y cada vez he sacado más. más. Es curioso, lo he comprobado por desgracia alguna vez, cómo las madres buscan culpables por la marcha del hijo entre el entorno del fallecido.
Buenísimo, como siempre, no sé dónde vas a llegar. Besos
Muchas gracias, Manoli. Me alegra poder compartir historias contigo.
Un besote
Vaya, vaya, por ser de los últimos del mes se me había pasado tu relato. Sencillamente es cojonudo (con perdón) y la mención más que merecida. Me encantan expresiones tan poéticas como «teselas de los últimos años», «alegría obscena» y «tregua violeta». Precioso el retrato de ese grupo de amigos, me has hecho recordar que hubo un tiempo (no tan lejano)en que yo también me creía invencible. Es raro, tu relato es triste, pero a mí me hace recordar momentos divertidos de mi adolescencia. La vida del fallecido fue corta pero conoció la felicidad, eso no lo logra todo el mundo. En fin, que tu retrato para mí «smells like teen spirit» como diría Kurt Cobain. Un beso y enhorabuena.
Muchas gracias, Mercedes. Me alegro que mi relato de haya provocado todo eso. Ojalá tengas un feliz Nirvana.
Un saludo
Felicidades, Miguel. Hoy ha sido el día elegido para felicitar a todos los ganadores del mes de febrero y el tuyo me ha parecido muy a la altura de ese honor. Creo que todos los comentarios están hechos así que me quedo con este último de Mercedes.
Enhorabuena.
Muchas gracias, Ricardo.
Un saludo