FEB42. RETRATO DE UN DESCONOCIDO, de Marga González Acinas
El azar, siempre enredando con las cosas de los humanos, consiguió que después de un viaje en avión, volviera a casa con una maleta ajena, idéntica a la mía. Así que, casi sin darme cuenta, me colé en una intimidad desconocida.
Aquellos objetos dejaron de ser planos y me fueron dibujando un retrato: era ordenado y riguroso, de gustos sencillos y medios suficientes pero no sobrantes, era buen lector y adoraba el campo, de cierta edad (medicamentos) pero no demasiada (preservativos) y bastante generoso (¡menudos regalos!).
Estas conclusiones, seguramente erróneas dispararon mi curiosidad y me obligaron a preguntar en la compañía aérea si era posible conocer la identidad del otro damnificado. Contestaron, por supuesto, con una airada negativa.
Así que aquí estoy; deshaciendo mi aburrida maleta y pensando que tal vez he perdido la ocasión de encontrar a mi media naranja.
Vaya pérdida…
Besicos muchos.
Muy original el sentido argumental.
Saludos y suerte.
Anna J R
me encanta el inicio Marga, el tema, el argumento, el final quizás lo veo precipitado. Me gustaría que hubiera algo en ese otro quizas. Enhorabuena.
Me gusta ese retrato dibujado con los objetos cotidianos que puedan aparecer en una maleta, que se supone debe contener las pertenencias esenciales que cada uno considera imprescindibles. Sí, seguramente una maleta da mucha información de su propietario. Un saludo y suerte.
Marga,
Me ha parecido muy original. El principio me ha encantado, quizás el final demasiado apresurado me ha dejado esperando algo más de los personajes.
Saludos, Blanca
A través del contenido de la maleta de otra persona empieza un mundo de fantasía. Fantasear es lo que hacemos al escribir nuestras historias, lo has expresado muy bien.
Un abrazo.
O sea, que eres tú la del anuncio? No te fa, yo tb quiero al yorskluni al otro lado de la maleta, guapa!!
Acabo de leer en las bases que no se puede presentar más que un relato por tema y mes, no lo había leído y ya envíe otro.
NO puedo retirarlo así que aquí se queda.
Lo siento. marga.
Muy bonito y esperanzador. Qué repugnancia de tanto secretismo en unas cosas y en las fundamentales ninguno, pues basta con ver cómo todos tus datos una vez inscrito en algún registro de cualquier tipo pasan por las «manos» de infinidad de desconocidos.
A mí me gustó el final. Y lo del doble relato no acabo de pillarlo.
En todo caso mi opinión sigue siendo la misma.
Suerte. Saludos.