FEB50. AÚN TE PUEDO VER, de Carmen Aguado
“Entra, no tengas miedo. Aquí es donde vivimos papá y yo ahora. Perdón por el desorden, hace mucho que no viene nadie…Pero siéntate, no te quedes ahí parada, cariño, ponte cómoda. ¿Te acuerdas de cuando te pintaron este retrato? Acabábamos de volver de vacaciones, y ahí estás tú, con tu sonrisa característica y tus ganas de vivir, no eras más que una niña… una niña tan guapa, que eras la envidia de todas las demás… con tu melena al viento, tus ojos azules y esas graciosas pecas que te adornaban la cara…” La puerta se abre sin avisar. Un hombre corpulento está contemplando la escena. “¿Cariño, con quién hablas? Estamos tú y yo solos…”. La mujer se incorpora asustada, coloca el retrato a su gusto y mira hacia el sofá de terciopelo. “Estaba la niña conmigo… pero se habrá ido a jugar”.
La historia es muy triste, pero está muy bien llevada y tiene dulzura y
en las palabras. Bien contado. Felicidades y suerte.
Muchas gracias :D:D
Carmen, cuanta pena en ese monologo. Dicen que hablar con ellos, cuando se han ido, es bueno y consuela. Suerte y saludos.
Impresionante historia que se cuela hast alo más profundo.
Besicos muchos.
Muchas gracias!! He estado desconectada un par de días, pero cómo me alegra volver y ver palabras de apoyo. Muchas gracias y saludos para todos!!
Hay veces que hablamos tanto con los que no están que siempre están para nosotros. Muy bien contado. Triste y tierno.
Mucha suerte.
Un saludo.
Muchas gracias!!