FEB51. MALDITO LEONARDO, de Irene Pastor
No se si se me entenderá bien porque apenas puedo abrir los labios. El pintor temía el poder de mi marido, Francesco, y me pintó con la boca bien cerrada para evitar el escándalo o un mal mayor. Envolvió los contornos del puente donde le conocí y el camino a la cabaña de las rocas con una niebla que ocultase la verdad. Después, en un intento por disfrazarlo todo, estiró mis comisuras para forzar el misterio, pero aprovecho para confesar que ese gesto no esconde exactamente una sonrisa.
?Y qué es, qué es?
Ahora me dejas mal pensando. El relato perfecto. Tiene todo el enigma de la sonrisa y el tuyo. Me encanta que me hagan pensar. Suerte.
Irene… ya sabía yo también que esa sonrisita era un poco forzada, ja, jaaaa..
Ahora nos tienes que desvelar el misterio… no nos dejes así!!!
Coincido con ANtonia en lo de buen tratamiento del tema del enigma, desde otro punto de vista… me ha encantado el paralelismo entre «estirar las comisuras para forzar el misterio», efectivamente, es que siempre me ha parecido que la Gioconda tiene cara de circunstancias…
Enhorabuena y mucha suerte!!!
Un abrazo
Marta T.
Me ha encantado tu relato. Enhorabuena y mucha suerte!!
Buenas tardes, me ha encantado Irene tu relato, me has transportado al momento en que Leonardo pintaba ese retrato para la eternidad… y no he visto el cuadro en persona pero yo tampoco veo una sonrisa en el rosto de La Gioconda…
Muchísima suerte.
Saludos
Me gustó mucho Irene, que tengas mucha suerte.
Un abrazo.
Me ha gustado el aire de enigma y misterio que envuelve el relato y todas las interrogantes que plantea. A mí la Gioconda me parece un cuadro muy inquietante, tanto que me hacen sentir muy incómoda esa cara y ese gesto, de pequeña me daba verdadero pánico. Suerte y un abrazo, Irene.
El relato es impecable, pero esa sonrisa, igual por repetida, me cansa y no le veo tantos matices como dicen. Has hecho bien en ofrecernos tu visión.
Un abrazo.
en la vida a menudo tenemos de «ocultar» acontecimientos y lugares…
me gusto mucho esta interpretación del paisaje que esta detrás de la gioconda…
a veces, hasta sin razón valedera solamente por el temor a los celos de nuestro «propietario», escondemos vivencias y sentires…
Me gusta esta Gioconda que se nos sincera.
Un muy buen micro, Irene. Ofrece una visión muy personal y deja volar la imaginación.
Saludos afectuosos.