FEB79. LA EXPOSICiÓN, de Fran Rubio
La escasa sombra que ofrecía la marquesina no aliviaba nada del bochornoso calor que estaba haciendo en este verano recién estrenado. Pendiente del taxi que había solicitado, aún continuaba convulso, irreal, tras salir de esa exposición en la que decidió entrar al pasar por la puerta de la galería de arte: “Pintura Premonitoria”.
Con el título reciente de arquitecto, se había tomado esta semana para decidirse por una de las dos ofertas que le habían propuesto, ambas prometedoras. Comenzó a darle vueltas al botón metálico de su chaqueta azul, manía adquirida durante su etapa de internado y que afloraba automáticamente cuando estaba preocupado. Volvió a mirar la avenida con gesto de ansiedad, que se convirtió en alivio al aparecer por la esquina el taxi que había llamado. Lo que no pudo ver fue el autobús descontrolado que, por su espalda, enfilaba como un kamikaze hacia la marquesina sin sombra.
Dentro, inmunes a la muerte, se exhibían cuadros con nombres tan inquietantes o inusuales como “Retrato al óleo de joven arquitecto de chaqueta azul que muere atropellado por autobús a la salida de una exposición pictórica una mañana de principios de este verano tan caluroso que estamos padeciendo”.
Fran, valla desenlace tan fatal. Conozco casos que les ocurrio esto. Suerte y saludos.
Me ha gustado el bucle literario o… ¿es el destino?
Mucha suerte y un abrazo,
Es lo que tienen las premoniciones, aunque sean en pintura. Me gusta ese título tan impresionante. Tal vez la obra pictórica se redujera a dos manchas de color sobre un fondo amarillo 🙂 A mí me ha impresionado gratamente la elección del «nano-título». Muy original.
Un besoooo
Me gustó, me fui imaginando perfectamente esa exposición ¿neoyorkina? Tiene un toque americano.
Lo mejor, ese final que me recordó no sé por qué a Dalí en «Gala mirando al mediterráneo que a 20 metros se convierte en la imagen del presidente Abraham Lincoln».
Suerte
Cierra el relato volviendo al comienzo con un toque de humor, además.
Felicidades, Fran.
No tuve oportunidad de leer con anterioridad tu relato y la verdad es que es muy original y que está muy bien escrito.
Es lo que pasa por ser un maldito crédulo y supersticioso, jajajaja…