FEB7O. CUCÚ CANTABA LA RANA, de Marcos Santander Llona
Escudriñaba con todos los apéndices de mi cuerpo capaces de ello en busca de alimento en un mundo de arco iris de cuatro colores azul-blanco-negro-ocre de distintas y nuevas tonalidades. Tan pronto me encontraba a punto de abandonar el vértice triangulado de un pezón como recorriendo uno a uno los casi dos mil novecientos centímetros cuadrados de un mar de olas afiladas y de aristas entre axilas borrachas de amor antes y después de traspasar la cortina. Alcanzo la orilla y a través de un rostro que se me antoja africano desciendo
desciendo desciendo para trepar a un monte misterioso cuya triangulidad abandono para meterme de lleno en un ocre bosque de tonos semianaranjados. Cuando creo que he alcanzado el borde imposible de mi finito mundo alzo el vuelo y recobro mi aspecto humano. Miro hacia atrás y me sorprende la mirada de los cinco pares de ojos más bellos y prolíficos que nunca supe haber imaginado. En ese momento comenzó la vida que merecía la pena ser vivida súbita y cubistamente hablando.
Estoy IM-PRE-SIO-NA-DÍ-SI-SI-SI-MA. Dime si me equivoco, pero creo que es la mejor historia de la creación del mundo que jamás será escrita. Lo dicho, amigo. Menuda creación.
Bueno, me vais a perdonar que me haya emocionado. Vuelvo a leer el relato, y me doy cuenta de que ¿hablamos de las señoritas de Avignon? Tanto me da, puesto que cómo se dice por aquí muchas veces, la interpretación queda a cargo de los lectores. Esa es la maravilla de las letras y las artes.
En cualquier caso. Sigo impresionadísima. El relato me parece de una calidad innegable, y el contenido, ¡qué os voy a contar!.
Acojonada me quedo. Mamá, yo también quiero ser artista!!
Tercera vez que intento comentar, que decía que había visto un lápiz realizando una obra, quizás el autor. Que me gustaban las imágenes y la atmósfera y que esperaba que me lo aclararan los comentarios o el autor, y que cada uno puede imaginar historias en la historia y que cuanto más imaginación mejor (Resumen de los anteriores)
🙂
Antonia, vamos preparando el Jabugo, hay que subir el nivel del mamón al ritmo de la subida de la calidad de los micros.
Coño!! Mamón no, jamón. Lapsus teclae. Sorry very much.
Antes de ser jamón, ¡pobre¡, fue mamón. Algunos siguen siéndolo 🙂
Aurora, Aviñón es por la calle Avinyó de Barcelona, donde al parecer estaba el prostíbulo 🙂
A si? No tenía ni idea, pensaba que era por Avignón, la ciudad francesa.
Estoy harta de todos vosotros, sois más listos que el hambre (dicho, por supuesto, desde la admiración, antes de que alguien se mosquee – todos los días aprendo algo nuevo-).
Se supone que tenía que sabérmelas todas, que pa eso fui a cole de pago. Voy a ir a que me devuelvan el dinero, que mi profa de arte, por lo visto no tenía ni idea y eso que exigía que daba gusto, la tía petarda!!!
La ventaja de estar por la zona, y que busqué a les demoiselles tras tu pista 😛 (aprovechada que es una) Gracias por la info, y que tu comentario primero fue muy estelar.
Gracias Antonia. Gracias Aurora. Si no fuera por vosotras…
Ana, lo que eres capaz de decir de unas líneas, digo de unas pinceladas. Eres un as de la imaginación , transcripción y comunicación.
Lo del sexoíntimo me ha llegado al ama, eso sí 🙂
Un abrazo sin abstracciones conpiscúas ni cubistas, o sea un achuchón.
¡Maestro!
Una vez releídas tus Obras Completas, me ha parecido advertir cierta evolución darwiniana, que rayando con la selección natural, nos deja a todos en ese punto álgido desde el que se observa el resto de tus escritos como destinados a culminar en éste.
Das la impresión de haber estado buscando un camino que definitivamente ya has encontrado y nos lo muestras desde la seguridad del que está convencido de ello. De ese modo nos arrastras hasta el centro de la misma percepción de ese proceso. Esta vez no nos empujas sino que, con la apariencia de que nos impeles a un vacío que te trae sin cuidado, nos llevas sutilmente de la mano, invitándonos a recorrer los mapas de una idea en la que te deleita vernos explorar.
En virtud de no se qué ley de Boyle- Mariotte, nos haces descender y descendemos hasta el lecho del que pronto renacemos como un Ave Fénix poderoso. Es así como contigo «creemos haber alcanzado el borde de ese finito mundo alzando el vuelo» * y remontamos luminosos luego, una vez se nos ha desvelado que nos encontrábamos entre los brazos de Las Señoritas de Aviñón, aquellas que abrieron las puertas de la Historia del Arte. Magnífico retrato de un retrato. Y nosotros sin enterarnos, así como quien cucú cantaba la rana.
* sepa el autor que he plantado frente a mi casa una Columna de Trajano donde escribo palabras o frases que alguien me dijo una vez o leí en alguna parte. Y esa frase que he señalado también voy a esculpirla en un lugar visible:»Cuando creo que he alcanzado el borde imposible de mi finito mundo alzo el vuelo..» Porque
me gusta.
!!!Madre mia! tanto el relato como el comentario son dignos de mi columna trajana también . La hija de la amiga de Marcos : )
Me sorprende enormemente vuestra capacidad de análisis. Bueno que diga algo el autor. A ver quién de vosotros está en lo cierto. Increíble Marcos. Gloria
Excelente relato. Creo entender de la historia del hombre y el arte: colores, técnicas y sobre todo sentimientos. Me gustaría también leer la opinión del autor.
Gracias.
María Rojas
Gracias a todos los comentaristas. Dos cosas. Siempre he considerado que la literatura, incluso esta humilde que practicamos en este blog, no ha participado, o poco, de todas las vanguardias que, a través del siglo XX, han aportado al arte en cualquiera de sus restantes manifestaciones. ¿Dónde están las miriadas de lectores que, de igual modo que los visitantes de exposiciones y museos vanguardistas y de arte contemporáneo, deberían estar exigiendo que el arte escrito produjera sensaciones como las obras de Gehry, Jasper Johns, Klein, Kiefer y una muy larga lista de artistas plásticos más? ¿O dónde está el arte povera de la literatura, por ejemplo? Disfrutamos con lo que leemos casi de la misma manera desde que leímos a Aquiles Tacio, suponiendo que lo hayamos hecho, yo desde luego, no. Los mismos tonos, recursos lingüísticos, figuras e imágenes, y además, siempre sujeto, verbo y predicado. Yo, quiero contribuir, desde mi posición de aficionado diletante a la literatura, a disfrutar con otro tipo de escritura: leer espacios en blanco, repeticiones, juegos, torres o colores de palabras. ¿Qué sé yo? Y me resisto a la literatura lineal, lógica y razonada. Odio los best-sellers, aunque sean a la sombra de Grey, y reivindico que el siglo XX invente otra manera de disfrutar la palabra escrita. Por eso, yo no escribo, yo propongo. Además, me encanta dar motivos a los buenos creadores para que, a través de la crítica literaria, creen mundos que ni los propios autores iniciales podían haberse imaginado, produciendo con ello arte al comentar el arte. Caso de varios de los comentarios a ese recorrido que, efectivamente, se me ocurrió sobre el cuadro del burdel del carrer de Avinyó que, alguna vez y en algún lugar, creo que alguien escribió, y leí, que debería ser como las pinturas de Altamira para el nuevo arte por venir. Muy buena vuestra intuición, vuestro análisis, vuestro conocimiento y capacidad para descubrir lo que yo disminuido palpaba sobre la tela, y al alejarme descubrí, asimismo, a pocos centímetros de la tela, y aún mucho más allá, a miles de años-luz de la tela. Gracias, de nuevo, por vuestro tiempo y locas y feraces disquisiciones. El autor.
Me ha llevado tiempo esculpir esa frase. No veas lo bonita que ha quedado. Agradecer al autor su esfuerzo por
hacernos llegar su making of. Es de agradecer, pues jamás un vanguardista que se precie, osa rebajarse hasta el común de los mortales y explicarles al oído lo que ha pretendido o no pretendido expresar. Ha sido un auténtico ejercicio de humildad, por su parte. Poco habitual, por cierto. Pasémonos por Arco para comprobarlo.
Gracias
Gracias Nieves, ese casi renglón entero lleno de invisibles e infinitos significados, sí que es de agradecer en tu comentario. Sobre los silencios en música se pueden escribir enciclopedias, además de disfrutarse a lot of. Los espacios en blanco, es decir la nada, son igual de feraces e inquietantes, y debieran formar parte del placer infinito de la lectura.
Entonces….. el próximo , el 2084….será hiper hiper? ya estoy como nerviosa, MMmmmmm….!
vendrá con gafas 3D incluídas para los espacios interlineales? 😉
Inclúyeme entre los que todavía disfrutamos con la pintura y la escritura clásicas. Después de años viendo arte, recorriendo galería, museos, exposiciones, intentando disfrutar de las composiciones actuales, paso envidia de los que os ponéis unos metros por encima de lo real y os recreáis con lo visual-imaginado. Envidia. Pero lo intento. Y con tu relato cubista-rompedor, me ha sucedido algo premonitorio. Me ha gustado; me he sentido cómodo leyéndolo. Quizás por ese empeño mío en entender, en disfrutar o porque tiene algo que no llego a agarrar. O simplemente por amistad. Creo que voy por el buen camino.
Por amistad, Miguel, no le des más vueltas: «The brief and easy going way» Y, ¡Pobre Dora Maar de belleza tan apuñalada e incomprendida! Gracias. Salud. Marcos.