FEB94. LAS CARAS DE LA ESPERANZA, de Víctor J. Menargues Ramón
Después de tanto tiempo ausente, en agosto decidí irme unos días al pueblo: ¿Tendría allí alguien noticias de Gustavo? Una tarde, en la plaza, un hombre mayor, que parecía conocernos a los dos, me dijo que Gustavo ejerció en Madrid; que se jubiló hace quince años: los mismos que lleva veraneando en el pueblo ―añadió―; que permanece soltero porque ―afirmó―, desde que se marchó a estudiar medicina, mantiene viva la esperanza de encontrarme y decirme lo que tantas veces le impidió su timidez durante el último curso de instituto: Que está enamorado de mí. Aseguró saber que todavía se le acelera el pulso al contemplar un retrato mío que guarda en la cartera. Yo le conté que también trabajé en Madrid, y que, como Gustavo, sigo soltera porque él era el chico que me gustaba, y continúo albergando la esperanza de encontrarlo algún día.
Al despedirnos, de sus labios asomó el silencio y, de sus ojos, dos lágrimas. Fui yéndome despacio, pensativa: ¡Era casi tan tímido como Gustavo! Y casi tan alto. ¿Será…? ―dudé―. Caminando, contemplé el retrato que llevo siempre en el bolso: No, Gustavo ―hablaba sola―: Ese hombre tendrá unos ochenta años, y nosotros todavía somos jóvenes.
Una preciosidad de relato que combina de forma perfecta la ternura y la ironía. Me quedo con muchas ganas de leer más cosas tuyas. Hasta ahora es el que más me ha gustado, aunque no he leído todos. Un abrazo, que tengas mucha suerte.
Muchas gracias, Luz; viniendo de ti el comentario, es un honor. Yo sí he podido leer más cosas tuyas (y me quedan muchas aún): he entrado en tu blog y he quedado atrapado por la sensibilidad que desgranas. Suerte para ti también con tu relato: me ha parecido magnífico. Un abrazo.
tenemos siempre en un rincón de la memoria alguien con quien nos habría gustado trabar amistad… o mas…
pero o se es tímido o al contrario esta persona esta muy solicitada…
en tu relato esperanza podía haber ya que los dos eran tímidos… pero…
el tiempo no pasa de igual manera para cada uno… no solamente en lo físico… algunos siguen jóvenes en el alma y las ilusiones, otro se acartonan…