64. FONDO DE NOSTALGIA (Mercedes Marín del Valle)
Siempre tuve mi propia idea sobre el significado de la expresión, fondo de armario. Un baúl enorme, de buena madera y herrajes metálicos. Porteado por hombres robustos y diligentes. Baúles envueltos en un mágico halo de misterio, contenedores de prendas de sedoso paño y extraordinario calzado. Anchos, profundos, infinitos.
Haciendo balance, perdida entre mis vestidos y abalorios, descubrí, atrapada detrás de una balda, una caja que no reconocí de inmediato. La miré unos segundos conteniendo el aliento, mientras trataba de recordar su procedencia.
¡Mis zapatos de color marrón con filigranas talladas, brazalete tobillero y tacones de vértigo!
Me pregunté, cómo pude olvidarlos si, cuando los vi la primera vez, llenaron mis ojos de lujuria y dotaron a mis pies de ritmo. Sabía con certeza que nunca podría lucirlos como merecían en este lugar de polvo y piedra. Tú, anticipándote a mis deseos, me los compraste sin cuestionar mi manifiesta adicción.
Esa noche los estrenamos, con tu música y mi luz.
Añoré, entonces, los fondos de baúl de mis sueños adolescentes, los vestidos sedosos y los zapatos de tacón de aguja.
Cuando abriste la puerta, tus ojos se agrandaron.
Sonreí cómplice y susurré: nunca te arrepentirás de entrar en una zapatería.
Vivimos, avanzamos, evolucionamos y olvidamos, es ley de vida. Pero puede quedar un poso de épocas determinadas, justo aquellas en las que creíamos que nada cambiaría, que ese armario que utilizábamos albergaría el vestuario definitivo que íbamos a llevar toda la vida, que seríamos jóvenes y con unas circunstancias similares siempre. Pero tu protagonista, aunque no lo especifique, cambió de domicilio y, por supuesto, de armario y de vestuario. Sin embargo, por muchas mudanzas y circunstancias diferentes que acumulemos, lo que fuimos queda dentro, aunque sea en estado latente, ´quizá en última fila y no a la vista, pero presente, dispuesto a despertar, a la espera de su oportunidad. Unos zapatos de hace muchos años pueden ser el aldabonazo que desate un conjunto de recuerdos, acompañados de nostalgia, al ser una realidad que ya no volverá.
Me vas a permitir la frase fácil, pero creo que resulta apropiada: se trata de un relato con mucho fondo. A todos nos hay pasado algo parecido con algún objeto.
Un abrazo y suerte, Mercedes
He considerado que este momento de la tarde de domingo, es la apropiada para venir y dejaros a todos los que estáis aquí, mi agradecimiento.
Querido Ángel, gracias con mayúsculas por sacar siempre un poquito de tu tiempo para animarnos a todos a seguir escribiendo. Porque lees con atención y desgranas cada frase poniéndote no solo en la piel del protagonista, sino también en la de los que escribimos.
Que la ilusión te acompañe una vida entera y que sigas haciendo felices a todos los que te rodeamos, en las letras y en todas las facetas de tu vida.
Felicidad y fortuna para ti. Abrazos.
Hola, Mercedes.
Tu relato me recuerda esa expresión de «ponerse en los zapatos de otro». La protagonista se pone en unos propios, pero ha pasado una vida por ellos y por ella y creo que se calza unos zapatos de alguien en quien ya no se reconoce, aunque, recuerda con mucha nostalgia.
No sé si he hecho una buena lectura, pero yo lo veo así y me gusta como metáfora.
Espero que estés genial y nada triste. Mis mejores deseos para ti, estimada Mercedes.
He considerado que este momento de la tarde de domingo, es la apropiada para venir y dejaros a todos los que estáis aquí, mi agradecimiento.
Me gustan tus interpretaciones de mis relatos porque, aunque no hubiese pensado lo mismo que tú al escribirlo…¿no es esa la máxima expresión del arte escrito? ¿No es esa la viva expresión de la creatividad? Uno inventa y el que lee supera su invención. Uno escribe y crece leyendo las aportaciones de los demás. Por eso y por mucho más, no dejes de venir y por supuesto, no dejes de escribir.
Te deseo, como siempre, felicidad y fortuna. Que esta tarde de domingo, sea una preciosa tarde, última de enero. Abrazos.
Que pátina voluble la nostalgia: se posa en todo, y a no todo le queda bien, en este caso, a esos zapatos marrones con filigranas talladas, brazalete tobillero y tacones de vértigo, que en su tiempo despertaron la lujuria de la protagonista adicta a los zapatos, a quien su amor, aún a sabiendas de que allí, en ese lugar de polvo y piedra, nunca podría lucirlos, igual se los compró… Eso es amor, y ese es el tiempo, y más el teñido de nostalgia, que a todo nos hace verlo con esos ojos con que nunca creímos que lo veríamos… Habrán pasado años, pero está a tiempo la señora de retomar su sueño y hacer bailar a sus pies, aunque estos ya no sean los mismos…
Me encantó, MERCEDES, este micro tuyo con fondo de nostalgia.
Cariños,
Mariángeles
He considerado que este momento de la tarde de domingo, es la apropiada para venir y dejaros a todos los que estáis aquí, mi agradecimiento.
Estoy segurísima, Abelli, que sabes muy bien de que hablo cuando digo que sabía que aquellos zapatos no podría ponérmelos muchas veces y, sin embargo… ¡qué bien sienta que te den un capricho!
Gracias amiga, por leer con suma atención el micro. Una vez escuché que la mejor medicina para un ser humano es sentirse escuchado. Yo me siento muy bien cuando tú lees mis micros porque das tu opinión como si te lo acabara de contar al oído.
Gracias por eso. Feliz y larga vida de buenas letras. Con cariño y besos para ti en esta tarde de domingo.
Hola, Mercedes
Tienes toda la razón,con que facilidad nos olvidamos de lo que antes nos encantaba (dices zapatos pero pueden ser infinidad de sensaciones o sentimientos), o no nos olvidamos y sólo nos resignamos, terminamos por guardarlo en un rincón de nuestro ser.
Suerte que nunca es tarde para volver a sentirlo de nuevo, como el final que propones con ese susurro.
Un abrazo y mucha suerte
He considerado que este momento de la tarde de domingo, es la apropiada para venir y dejaros a todos los que estáis aquí, mi agradecimiento.
Como muy bien dices, Aurora, nunca es tarde para retomar lo que deseas, de nuevo. Cuando alguien desecha la idea de repetir algo o ni siquiera quiere recordarlo es porque esa página de su vida se cerró para siempre. Estos zapatos, sin embargo, representan la dicha, el movimiento, la sensualidad y la picardía. ¿Quién quiere perder eso? yo no, desde luego. Así que cada vez que sienta que el ánimo se desinfla, abriré la caja y volveré a danzar con ellos.
Gracias Aurora por venir a visitarme a esta página azul llena de letras que son mucho más que eso. La esencia de todos nosotros está aquí y no solo en los micros, también en las opiniones, en la mía, en la tuya, en la de todos. Feliz tarde, te deseo fortuna y salud, Aurora, también, amor, picardía y caprichos, que de vez en cuando están más que bien.
El misterioso subconsciente, oscuro y profundo, a veces aflora recuerdos que ya no sabíamos ni que existían, una cara, el apellido de un compañero de clase, o unos zapatos con filigranas y tacón de vértigo.
Evocador y una buena excusa para repetir algo parecido.
Abrazo fuerte.
He considerado que este momento de la tarde de domingo, es la apropiada para venir y dejaros a todos los que estáis aquí, mi agradecimiento.
¿No te ha pasado alguna vez, Juan Antonio, que vas por la calle y ves a un niño y su rostro te trae, sin querer, la imagen de tu hermano o tu primo o de ti mismo, haciendo cualquier cosa de la que nunca más te habías acordado? Un rostro, como dices, el caminar de una persona, un olor… cualquier cosa es un motivo para que de pronto nuestro cerebro se invagine y nos lleve a un lugar del pasado que de pronto nos sorprende.
Me gustaría no perder nunca esa habilidad de transportarme por unos instantes a ese otro lugar repleta de emociones.
Gracias por estar aquí y sobre todo por tu opinión hacia mis relatos. Ven siempre que quieras, yo de momento no pienso irme.
Abrazos y feliz tarde.
Pero Juan, qué alegría verte. Ya te imaginaba por tus cerros viendo a los chinos (aquí se les llama así a los cutos) correr ladera abajo. Como siempre te digo y te diré, me encantan tus micros y tus comentarios porque a parte de insuflarnos energía positiva, nos da nuevas herramientas de lenguaje. Yo que soy tan simple a la hora de escribir (en cuestión de vocabulario), disfruto mucho cuando empiezas a utilizar vocablos totalmente desconocidos para mí porque tengo que tirar de diccionario y eso me recuerda a mi época de estudiante, cosa que siempre es estupendo. Una época preciosa, por tanto, tu sigue haciendo esas cosas que yo seguiré aprendiendo.
TE deseo una tarde preciosa de domingo, disfrutanto de tus montes, llanuras, valles ríos y toda la fauna vertebrada e invertebrada que por allí se mueva.
Un abrazo y mis mejores deseos para ti.
Pequeños detalles que te hacen sentir especial. La nostalgia de esos momentos en que eres protagonista, y que el recuerdo lo guarda como un tesoro de vida, nostalgia de la magia de las emociones. Muy bueno, Mercedes. Un abrazo y suerte.✍
Pequeños detalles que siempre pueden recuperarse cuando el corazón late vigoroso. La gente se empeña en decir frases del tipo: esto ya no va conmigo, aquello es para jóvenes, esa época no volverá…y cosas por el estilo. Siempre he pensado que el límite mayor lo pone la propia mente. Hay que desempolvar las alas y agitarlas, ese es el único modo de vivir.
Un abrazo Salvador. Gracias por venir. Tu historia del cefalópodo me dio mucho que pensar. Feliz noche.