104. FORMAS DE AGUA
Ángela se quitó el albornoz introduciéndose en la bañera jabonosa. Siempre le relajaba esa acción, y al contacto con el agua los recuerdos comenzaron a surgir. Pensó en aquel mediodía, de niña, el momento en el que comenzaron sus visiones: se encontraba en la pila, limpiando la lechuga que acompañaría al asado. Entonces sucedió. Las diminutas gotas que resbalaban por las hojas se convirtieron en pequeñas personitas. A partir de ahí no ganó para sustos. En sus vasos de agua nadaban peces extraños, de la sopa brotaban minúsculos cisnes … Una noche de su bañera surgió un niño. Sus ojos eran tan profundos y misteriosos que Ángela cerró los suyos deseando que se fuera.
Desde entonces no hubo más visiones. Pero ahora, en aquella misma bañera, Ángela deseó de nuevo, y él apareció. Adulto. Sensual. Elevando un chorro de agua que convirtió en tres estrellas espumosas. Fascinada por su magia le suplicó que la llevara lejos. Él tendió su mano. Harta de relaciones fallidas, ella la tomó. Soñando. Imaginando escamas plateadas y agua salobre. Pobre Ángela. No debió cerrar los ojos. Quizá entonces hubiera visto un brillo malicioso en aquel ser.
Un hermoso cuento de esos con mucha magia… y el giro final del terror. Los hombres conquistan con su regalos y cartas de amor, esta criatura con sus burbujitas llenas de sorpresas.Mas le hubiera valido a la protagonista seguir con sus relaciones fallidas que optar por este sireno de desagüe. Al final esta va a ser su última relación.
Encantadora historia, con un cierre oscuro en el fondo de una alcantarilla.
Sí, a veces es mejor lo malo conocido… Gracias, Patricia, por leer y comentar.
Un saludo.
Eso le ocurre por desear a alguien ideal, y por lo tanto ilusorio. Una mujer dotada de un curioso don en un relato lleno de algo que se podría calificar como realismo mágico cotidiano.
Un saludo y suerte
Tienes toda la razón, Ángel, buscando ideales se pierden muchas cosas que se tienen delante.
Un abrazo, y gracias por tu comentario.
Tiene un encanto especial tu relato. Suerte, Inés.
Muchas gracias, Lorenzo, tener un encanto especial no está nada mal.
Ten mando un abrazo.
Casi podría decir que es un cuento fantástico para deslumbrar niños. pero ese final trastoca la magia en terror.
Excelente relato.
Un abrazo y suerte
Gracias, Moli. Lo cierto es que da un poco de miedo pensar en el paradero de la pobre Ángela.
Un saludo.
Un bonito cuento que al final se va cayendo del lado del miedo y convierte el sueño en pesadilla. Mucha suerte 🙂