74. FOSA COMÚN Virtudes Torres (Servitud)
Buscaba incansable una frase que hubiera servido de epitafio. Quizás una palabra o, al menos unas iniciales. Ni siquiera encontró la fecha de su nacimiento, ni la de su defunción. Aún así sabía que estaba muerto, que su hálito quedó suspendido en el tiempo, que se volvió etéreo, que se fundía con el aire, con la lluvia…
Dio de nuevo otra vuelta, se sentía atraído hacia ese cementerio. Pero no encontraba el lugar donde reposaba su maltrecho cuerpo.
En un rincón alejado de las elegantes tumbas, vio a unas mujeres enlutadas que lloraban y depositaban flores en el suelo. Como una ráfaga llegó hasta ellas. Las reconoció. Eran las madres y esposas de sus compañeros y entre ellas la suya.
Él estaba ahí, en esa cárcava, junto a docenas de cuerpos sin nombre y esto le enfureció. Recuperó su rebeldía y se convirtió en torbellino arrancando crucifijos, angelitos y centros de flores de las otras tumbas.
Ya desfogado, se acercó hasta su viuda e intentó rozar su cara. Ella sonrió llevándose la mano a la mejilla. Ese gesto le dio la paz deseada y deslizándose entre una madreselva se esfumó.
Hay ocasiones en que los muertos necesitan comunicarse con los vivos, a su manera, claro, para alcanzar la paz y no permanecer como espectros en tierra de nadie por tiempo indefinido. Esa fosa común anulaba toda su personalidad, por suerte, pudo evadirse y reafirmarse.
Un saludo y suerte, Virtudes
Todo lo que necesitaba para descansar en paz era saber dónde estaba su cuerpo y además se encontró con el amor de su mujer.
Un abrazo y gracias por tu comentario.
Bello y tierno. Me ha gustado mucho.
Enhorabuena, Virtudes.
Gracias Rafa por tu comentario. Me alegro de que te guste.
Un abrazo.
Virtudes, me encanta como has reflejado la fuerza y a la vez la ternura en esta historia. 😉
Un espíritu rebelde y a la vez lleno de amor.
Un abrazo para ti Susana y gracias por pasar por aquí.
Deja un poso agridulce de conformación, que no deja indiferente al lector. Triste y bello a la vez. Un micro de contrastes. Suerte con el concurso. Un saludo.
¿Qué otra cosa podía hacer? Creo que el gesto de su mujer pesó más que el sentirse ultrajado.
Gracias por tu buenos deseos. Un abrazo.
Qué bonito, me ha encantado, sobre todo eso último de cuando se esfumó. Lo he sentido tranquilo y por fin, ubicado.
Así tendríamos que sentirnos todos, cada día, pero vivos.
Un beso amiga invisible.
Si, creo que al fin ha descansado y sin importarle el lugar donde está enterrado.
Encantada de «verte» por aquí amiga Invisible. Un beso.
Genio y figura hasta la sepultura (y nunca mejor dicho)
Un beso y muchas gracias.
Muy buen relato, Virtudes. Me gusta el final.
Un abrazo y suerte.
Me alegro mucho. Gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Virtudes, qué preciosidad de relato. Esa fuerza, esa ternura y ese espíritu que al fin puede descansar en paz.
Me ha encantado. Mucha suerte y un beso
Blanca qué bien que te guste el relato.
Y sí, qué paz deja el final cuando se siente que ha encontrado la paz.
Besos.
He sentido el fantasma de tu personaje, descrito con mucha habilidad.
Buen realato, buena suerte, Virtudes
¿Has sentido al fantasma? ¿Como una ráfaga de aire fresco junto a tu cuello?
Pues me alegro, algo así pretendía. jaja es broma.
Besos.
Muy bueno.
Graciaaas.
Besiños.
Muy buena historia que recuerda dolorosos episodios de nuestro país, aún pendientes de resolver.
No era mi intención sacar este tema para el relato, pero lo que son las cosas, te pones a escribir y las frases te van llevando por un derrotero que minutos antes ni imaginabas.
Gracias por la visita. Saludos.
Muy visual y bien hilado, sabes cómo llegar al lector y atraparle hasta el final. Felicidades y un abrazo.
Qué bonito comentario. Muchas gracias.
Un beso.
Su rebeldía exaltada en espíritu proclama su individualidad rememorando su vejación y muerte. Pero pronto, tras la sonrisa de su mujer, comprende que somos el conjunto de emociones y sentimientos de los que nos recuerdan. Me ha gustado mucho, Virtudes Abrazos.
Qué importa dónde esté el cuerpo. Los sentimientos son, los que a la postre, nos tendrán vivos en la memoria de quien nos ama.
Me alegro de que te haya gustado. Un abrazo.
Virtudes, que importante es para las familias saber donde esta el cuerpo de su ser querido, y para el finado vemos que tambien. Suerte y saludos
Este era un espíritu al que le gustaban las historias bien cerradas. Saber dónde descansaba su cuerpo unido al gesto de amor de su mujer, fue el broche que le dio la paz.
Un abrazo.
Me ha gustado mucho la fuerza que le has imprimido al relato, y dónde nos has llevado. Ese último paso que no se acaba de dar, esas cuentas pendientes por arreglar antes de marchar definitivamente. Estoy de acuerdo que es un texto que no te deja ir hasta que resuelves con ese final. Mucha suerte Virtudes 🙂
Viniendo de ti que eres todo un campeón, este comentario sabe a gloria.
Es un premio. Gracias por tus buenos deseos. Un abrazo.
El amor que todo lo cura… qué mejor descanso para un desamparado. Felicidades Virtudes. Como siempre, tu relato me ha gustado mucho!
Si, al final pudo descansar. El amor, ¡ay el amor!
Gracias por tu visita y comentario. Un abrazo.
Precioso relato. Has sabido plasmar y transmitirnos el desasosiego del alma que no se encuentra, que no sabe donde está su cuerpo; La paz al saberse querido por su esposa tras un roce de amor.
Me encanta como expresas cuando ya conforme con su estado se esfuma entre madreselvas.
Suerte y un beso preciosa Virtudes.
Me alegra muchísimo que te haya gustado.
Nada mejor que encontrar su ubicación, sentir que el amor de su esposa aún sigue latente para descansar en paz.
Un beso y gracias por tus buenos deseos.
Qué buen micro, Virtudes, me has impresionado y atrapado desde el principio.
¡Enhorabuena!
Un abrazo
Me das una gran alegría con tu comentario.
Un abrazo muy fuerte.
Pobre fantasma, Virtudes. Más vale que al final ha podido encontrar cierta paz. Buen relato, me ha gustado mucho y me ha recordado de cierta forma a «Ghost».
Un fuerte abrazo.
Pues ahora que lo dices… sí, llevas razón.
No había pensado en ello porque yo iba por otro lado.
Un beso guapa.
Los cementerios, cuántas historias ocultan y quien sabe esas ráfagas repentinas de viento son, como en tu relato algo más que aire.
Un abrazo
¿Tu no has cerrado los ojos y has dejado que el viento acaricie tu rosto?
Quizás sea el beso de alguien que te quiso mucho.
Un abrazo.
Preciosa respuesta Virtudes, ahora siempre que sienta el viento voy a pensar en esa caricia de alguien que ya no tengo al lado y me hace falta.
A la vida hay que ponerle algo de magia.
Abrazo.
Además de una denuncia a favor de los que fueron enterrados en fosas comunes por no ser afectos a aquel régimen, nos muestras un momento lleno de magia y ternura, que permitirá descansar para siempre a ese espíritu rebelde. Me ha encantado, Virtudes. Suerte y abrazo.
Gracias Juana. Me alegro de que te haya gustado.
Aunque no es una historia de amor, para cerrarla necesitaba que ese espíritu rebelde descansara y nada mejor que con la magia y la ternura de ese momento, que no es otra cosa que el resultado del amor que sentían.
Un abrazo.
Hace pocos días vi el reportaje que hizo Gonzo en el programa «El Intermedio» de la sexta, entrevistando a los hijos (muy mayores ya) de algunos de los que fueron ejecutados y abandonados en esas fosas que tu describes. Me emocionó el tesón con el que esos viejos buscaban aún un consuelo, una respuesta. Tu relato me los ha traído de nuevo a la memoria. Un bello homenaje.
Suerte y abrazos
No veo la tele. Por lo que me perdí ese programa que tú mencionas.
Tampoco tengo a nadie desaparecido en esas circunstancias.
Pero me pongo en la piel de ellos y no concibo la sinrazón que lleva a hacer tales barbaridades.
Me hace feliz si con mis letras les he hecho un pequeño homenaje.
Un beso.