98. Fosa de amor
Un día te llaman desde las agencias municipales y te dicen que ya pasaron los diez años y debes decidir si compras otros 99 años de nicho o te sacan los restos, usted verá lo que hace, y tú les explicas que no tienes dinero, de modo que vas donde te dicen, el día que te dicen. Los operarios sacan la caja y ahí es cuando tú puedes pedir que la abran. Pídelo, verás que es como si se entreabriera una puerta que da a otra salita donde por fin volverás a verla, tan hermosa como siempre, con su occipital franco y desafiante, su cúbito de Atenea y su legendario fémur que volvió locos a tantos antes que a ti. Los operarios cáncer-veros se quedarán obnubilados de tanta belleza, ahora o nunca, harán la vista gorda y no te pedirán la moneda, incluso te sonreirán al despedirse, justo antes de volver a cerrar la caja. Os quedará el viaje al osario comunal, cuánto has tardado, no ha sido fácil, bueno, ya estamos aquí…y todas esas cosas que se dicen al reencontrarse las enamoradas muertas tan jóvenes y los que se suicidan porque no soportan la ausencia.