36. GANADOR, AL FIN (Carles Quílez)
Nunca antes había ganado ningún concurso de microrrelatos, pero en el certamen de epitafios organizado por la Asociación Necrofílica, vencí con un hiperbreve: “Fui”. Una vida entera resumida en una sola palabra. ¡Toma ya! Soy buenísimo.
La entrega de premios tendría lugar por la noche en el cementerio y al atardecer, un coche fúnebre vino a recogerme. Al entrar en el vehículo debí golpearme la cabeza y caer desmayado, pues no recuerdo nada del trayecto.
Cuando recuperé el sentido, el chófer cargaba mi cuerpo sobre su espalda. Tras recorrer un sendero que discurría entre tumbas, se detuvo ante un fastuoso panteón y abrió la puerta. Hedía a humedad.
Al fondo de la estancia, iluminada por velas, había una mesa alta de piedra. Tras ella aguardaban los miembros del jurado, ataviados con túnicas negras. Su aspecto era imponente.
El conductor me dejó sobre la mesa y sacó un cuchillo. Antes de que me degollaran, supe que todo había terminado. Pero algo salió mal: mi espíritu todavía no quería abandonar mi cuerpo.
Luego, esculpieron el epitafio en mi lápida. ¡Qué ironía: por fin un texto mío verá la luz; y mientras tanto yo, enmohecido, viviéndome de ganas de publicarlo en el Facebook!
Pobre hombre, para una vez que logra su objetivo no puede alardear de él; ante esta triste realidad, el que aparte muera en una mesa de sacrificios resulta secundario. Habrá que tener cuidado con los concursos literarios a partir de ahora, más aún con los de corta extenskión.
Un relato tan desenfadado como atinado, Carles, en el que recreas ese mundillo en el que muchos tratamos de bucear en busca de momentos de gloria, aunque sean hiperbreves.
Un abrazo y suerte
Lo has descrito perfectamente, estimado Ángel. Y son precisamente esas ganas frustradas de alardear las que siguen encadenando el espíritu del hombre a la tierra. Ni morirse puede, oye.
Abrazos.
Caramba, Carles, da un poco de mal rollo… concurso de la Asociación Necrofílica, coche fúnebre, «debí golpearme»… Creo que no especificaban bien el premio al mejor epitafio.
Y muy bueno el detalle final, al cambiar el «muriéndome» habitual por un «viviéndome» más apropiado al caso 😉
Besos.
Carme.
Hola, Carme.
Como dice Ángel más arriba, habrá que fijarse en que concursos se apunta uno y mirar bien las bases…
Petons.
Sentido del humor no te falta, desde luego. Para una vez que ganas.
Mucha suerte
El tema de la muerte, al que inevitablemente nos conducen los epitafios, al igual que el tema del fracaso e incluso el de la
vanagloria, también admiten una aproximación humorística. E intrépido como soy, he decidido explorar un poco.
Gracias por comentar, Elena y saludos cordiales.
Pues que sea la segunda y que no te golpees más.
Bueno eres.
Un abrazo a plena luz.
Con todo, lo peor, es la humedad, que se te mete en los huesos.
Besos, Antonia.
PD. Supongo que pronto nos veremos en la micro.
Qué bueno el micro. Espero que los ganadores de este mes lo tengan mejor que tu protagonista. A disfrutar de lo que resta del domingo. Saludos y suerte.
Hombre, aquí en ENTC es justo al contrario, imagino que si ganas, te mueres, pero de placer.
Gracias por comentar, Mercedes y que pases una buena semana.
Carles, se palpa la tension que le condujo hasta el sacrificio y la buena ambientacion. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda, el problema es que el protagonista, cegado por su vanidad, no ha visto las señales que le conducían a su fatal desenlance.
Saludos cordiales
Este postmortem suena ingenioso, considero que debían premiarte por haber sido escrito en esa condición.
Muy bueno.
Un abrazo y suerte.
Amén, Moli.
Gracias por comentar y saludos cordiales.
Gracias, Ana.
Hay días para todo, y también para la ironía, por supuesto.
Saludos cordiales.
Muy divertido y tétrico, contado con convicción que pareciera lo hubieses vivido realmente en primera persona.
Porque… es ficción ¿verdad?
A veces me haces dudar.
Ja, ja. No sufras, Isidro, que yo estoy vivito y coleando.
Abrazo grande, amigo.
Buen relato con ese toque de humor e ironía. Desde luego ya es mala suerte, para una vez que gana el hombre… Aunque creo que no debió leer cual era el premio.
Un final que me encanta ese «Viviéndome de ganas…»un espíritu que quedará eternamente atormentado por no poder contarlo en Facebook.
Genial Carles, a ver si en esta ocasión tú si puedes contar que has ganado. 😉
Suerte, abrazos.
Y sí, María Belén, la moraleja del cuento es que hay que leer bien las bases de los concursos, no sea que no sólo arramben con tus derechos de autor.
Quedo pero que muy contento de que te haya gustado.
Saludos cordiales.
Carles… le has dado un gran soplo de frescura a la consigna conjugando un poco de todo: concursos, epitafios, facebook, y una situación mendoziana que da gusto leer e imaginar. Me parece muy bien llevado. Mucha suerte 🙂
Gracias, Juan Antonio, por estar siempre ahí y regalarnos tus ánimos.
Por cierto, me ha hecho mucha gracia tu referencia a Mendoza.
Un abrazo.
Ingenio, humor negro e ironía aplicados a los concursos y los egos escribidores. Soy de las que no siempre se lee las bases completas, pero creo que tu relato me acaba de curar esa mala costumbre de golpe. Besos y suerte.
Hay un pizquita de todos esos ingredientes que mencionas, Ana. Confío en que la mezcla sea digerible.
Besos.
Un micro macabro diferente. Un personaje que derrocha humor irónico (riéndose de sí mismo), que levanta sonrisas. Un tema, el del éxito y el fracaso. Un canal: las redes sociales. La actualidad y al surrealismo tomando forma en un micro Ganador.
Un abrazo
¡Menudo despiece! Muchas gracias por tu análisis, Amparo.
Saludos cordiales.
Bueno, buenisimo y divertido humor ¿negro?. o ¿real como la vida, perdón, muerte misma?.
Me enloquece lo de «fui», yo pensaba mandar el mío con «fue», pero ya que me has quitado la palabra, procuraré un nuevo invento rotundo y contundente.
Mucha suerte.
Vaya, MJ, lamento haberte pisado el epitafio.
Creo que tu «fue» en francés sería un epitafio aún más completo, porque en el idioma galo sería «fut» que suena igual que la palabra «fou», que significa loco.
Bien, disculpa por haberte colado esta disquisición que no conduce a parte alguna y recibe un saludo cordial.
La victoria está inconclusa si no puedes mostrar a los demás tus triunfos. Me ha gustado mucho, Carles, esta historia terrorífica y a la vez divertida. Abrazos.
Esa era en parte la idea, efectivamente, Salvador.
Pero más allá de las mieles del éxito, también son de agradecer vuestros comentarios.
Abrazo.
Divertido micro en el que nos cuentas el sentir de los escritores ante los premios y el ver sus textos publicado. Muy simpático.
Seguramente todos los que exponemos nuestros textos tenemos un puntito de vanidad, Javier, pero no es nada grave… creo.
Abrazo.
Simpático relato, Carles; muy bueno ese fui.
Pues con la misma simpatía te digo, Lorenzo, que muchas gracias por tus palabras 😉
Original y logradísimo relato, me ha gustado mucho.
Enhorabuena.
Muchas gracias, Fernando. Saludos cordiales.
Muy bueno, originalísimo enfoque del tema de principio a fin.
Ese «viviéndome de ganas» merece mención aparte.
Celebro que te haya gustado, Reve y te agradezco especialmente que destaques el «viviéndome de ganas». La lengua de castellana no es tan dúctil como el inglés, pero también permite algún juego de palabras no académico.
Saludos cordiales
¡Qué bueno! «Viviéndome de ganas». Estupendo micro y original el prisma con el que has tratado el tema. En mi opinión muy muy bueno, Carles.
Suerte
Saludos, Izaskun, y muchas muchas gracias por tus amables palabras.