44. Gasolina, chaparrones y dos cuentos mal contados
Nos quemamos a lo bonzo frente al super del barrio. Era la hora de salida de los institutos y los chavales nos grababan con sus móviles, mientras tiraban sus libros a la pira y nos vitoreaban como a estrellas del trap. Cuando el fuego se extinguió, corrimos hacia el América, el bar que había bajo los soportales, y nos besuqueamos junto a la barra como si lo esperáramos desde niños, cuando tú vivías en la caja de herramientas de tu abuelo, en aquel pueblo entre el río Adaja y la frontera alambicada de un coto de caza de piedras dialogantes, y yo soportaba un yugo azul de gomaespuma en la ladera de un vertedero clandestino. Después, el camarero, harto del vaivén de nuestras lenguas, nos echó con cajas destempladas. Llovía en el cráneo oxidado de las víctimas del holocausto, en la ropa tendida de un coronel de artillería, en el primer álbum de cromos del hijo adoptivo de unos señores de Albacete. Corría marzo, con sus pantalones cortos de colegial de entreguerras y una blusa blanca de arpillera; con sus mofletes de solista de trompeta y los zapatitos de cristal que perdían las princesas al abandonar el baile.
No estoy completamente segura de haber pillado todo (había mucho que pillar); pero he quedado más que satisfecha con las palabras saboreadas.
Estoy de acuerdo con lo que dice Edita. ¡Menudas imágenes!
Tampoco pillo el significado pero no importa,
Cuando lo que lees te sabe a mermelada de naranja.
Admito, como Edita y Rosa, que la trama no es fácil de dilucidar, ni siquiera recurriendo al título como apoyo. Alguna mentira debe de haber cuando una joven.pareja se quema a lo bonzo pero continúan. Volviendo al título, es imposible estar de acuerdo en que hay algo «mal contado». Es un ejercicio deslumbrante, una arquitectura que no puede por menos que llanar la atención, la de un microrrelatista de primera con indudable alma de poeta.
Un abrazo y suerte, Juancho
Conozco perfectamente ese lugar entre el Adaja y la frontera del coto de caza de piedras dialogantes, aunque el vertedero hace décadas que ya no existe.