52. Glaciación o el valor de la familia
Cierto es que tío Arturo no es la más afable de las personas: su trato áspero en los días buenos y abominable tras una noche de aguardiente es solo equiparable a su halitosis legendaria. Además, suele aderezar sus comentarios hirientes con exuberantes series de flatulencias y eructos que, ejecutados de forma simultánea, hacen de él un ser extraordinario, digno de estudio. También es verdad que esta ventisca cruel aumenta su violencia hora tras hora, y que hace días que no encontramos leones famélicos, cebras moribundas o despojos de ñus, ni siquiera un pobre masái medio congelado; que ya no se divisan árboles en esta llanura azul y que, de no ser por tío Arturo, no hubiéramos sobrevivido a la última semana glacial. Pero esta mañana no estaba, había huido antes del alba mortecina. Y ahora vagamos tras su rastro por la nieve, una inequívoca huella coja de bota izquierda y bastón. Echo de menos a tío Arturo y sé que no nos portamos bien con él pero, para ser justos, tampoco nadie imaginó que se helaría el Serengueti durante un apacible safari fotográfico. Ni que los parientes más rancios tendrían un muslo tan sabroso.
Jajaja qué esperábais que el pobre Arturo, se quedara para que no os muriérais de hambre?
Excelente micro, cargado de ingenio y magníficos golpes de humor negro, del bueno.
Saludos y mucha suerte.
Muchas gracias, amable Rosy. Me alegra hacerte reír. Saludos.
Genial. Me ha encantado. Me he enamorado de tío Arturo en las primeras líneas. Muy divertidas esas pinceladas de ingenio y también ese final que, anuque trágico, provoca una sonrisa.Enhorabuena por tu micro.
Qué amable, Sergi. Pues cuando quieras te presento a tío Arturo, que creo que todavía anda por ahí suelto, que no lo han cogido. Menudo es! jeje…
Es buenísimo. Se disfruta desde la primera línea. Enhorabuena por el relato, Jes.
Un abrazo.
Agrazo de vuelta, Sara. Y te quedo muy agradecida por tan halagador comentario, más si cabe viniendo de ti.
Gracias Ana, me alegra que te haya divertido. Para eso estamos. Un abrazo.
Concentrado de humor negro perfectamente narrado. Muy bueno.
Gracias, Edita. Saludos.
Buen retrato de tío Arturo, tan entrañable como destestable. Muy divertido final. Suerte Jes.
Muchas gracias, Rafa. Un abrazo.
Jes, nos has ofrecido un personaje inusual, con palabras sencillas; en una situacion complicada. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda. Un saludo.
Enhorabuena por el ingenioso micro. Espero que tengas mucha suerte.
Un saludo
Gracias por tu enhorabuena y por tus buenos deseos, Filias. Un saludo.
Me ha recordado a la versión surrealista de Viven, con un toque de Ice Age, pero ambientada en un safari africano. Muy original.
Qué buena descripción. Gracias, Lorenzo.
Genial, Jes, muy gracioso! Me he divertido leyéndolo. Creas un personaje, el inefable tío Arturo, que es magnífico (pero es que nadie de la familia le regaló al tío Arturo un colutorio?); a lo mejor lo recuperas en el futuro. Esto lo coge Bear Grylls y te hace un «Surviving in Serengety Ice» (!).
Un relato excelente, muy divertido, con ironía y humor negro, que me ha hecho sonreír. Lo he disfrutado de principio a fin. Enhorabuena y mucha suerte!
Un abrazo.
He tenido que buscar quién demonios es Bear Grylls. No descarto que este sea un episodio de su infancia. Todo es posible. Gracias por tu comentario y abrazos.
Jes, muy divertido, como para no huir. Y ahora ¿qué? ¿Hay algún tío más o empezareis por familiares de primer grado?, ja, ja. Abrazos.
Nuestro futuro es incierto, Salvador. Ya miramos con ojitos al primo Ignacio. No te digo más.
Gracias y saludos.
ja ja ja, que elegancia de humor sunrealista y sádico, me ha encantado!!!
Me encanta que te encante, Mel. Un abrazo.
Horrible. Un relato sin gracia, sin chispa, sin ritmo.
Con un sentido del humor rancio, con un final previsible y ambientado en un lugar carente de originalidad.
Malo…malo.
Como yo, que para este 2014 he decidido ser el tío más mentiroso del globo…
Un besazo Jes.
Modes, te envío todo mi desagradecimiento desde el fondo de mi páncreas.
Una colleja (bueno, y un abrazo, venga…).
Me ha encantado tu relato.
Y lo sabes, canalla.