45. Grandes remedios
Todas sus amigas habían vencido los miedos enfrentándose a ellos. Psicólogos y terapeutas las habían animado a coger el avión controlando la respiración, a sujetar arañas y reptiles en la mano, a salir de casa o a forzarse a hablar en público.
Los resultados habían sido exitosos, así que entendió que debía hacer lo propio si quería dejar de amargarse la vida.
Acabado el nudo y ajustada la cuerda al cuello, empujó la banqueta y el peso de su cuerpo hizo el resto, superando así su miedo a la muerte.


No hay mejor manera de superar los miedos que enfrentarse a ellos, está claro, el problema de tu protagonista es que no va a poder demostrar esa suoeración tras la primera experiencia. Como suele decirse, a veces el remedio es peor que la enfermedad.
Un saludo y suerte, Óscar
Perfecto: a grandes males… Y si además esos grandes remedios son definitivos, mejor que mejor.
Alguien debería haberle explicado que de ese experimento no se volvía reforzado, directamente, no se volvía.
Un saludo
¡Madre mía! Qué lástima, ha superado su miedo pero ya no le sirve de nada.
Un abrazo y suerte.
Demasiado drástico para mi gusto. Pero original en el planteamiento y su resolución.