Grandes remedios
Todas sus amigas habían vencido los miedos enfrentándose a ellos. Psicólogos y terapeutas las habían animado a coger el avión controlando la respiración, a sujetar arañas y reptiles en la mano, a salir de casa o a forzarse a hablar en público.
Los resultados habían sido exitosos, así que entendió que debía hacer lo propio si quería dejar de amargarse la vida.
Acabado el nudo y ajustada la cuerda al cuello, empujó la banqueta y el peso de su cuerpo hizo el resto, superando así su miedo a la muerte.
No hay mejor manera de superar los miedos que enfrentarse a ellos, está claro, el problema de tu protagonista es que no va a poder demostrar esa suoeración tras la primera experiencia. Como suele decirse, a veces el remedio es peor que la enfermedad.
Un saludo y suerte, Óscar