14. Grumo de Luna (Javier Ximens)
En la ciudad persa de Samarcanda, en 1428, el sultán Ulugh Beg construyó un observatorio astronómico con instrumentos para contemplar, medir, catalogar y atrapar cuerpos celestes. Lo denominó Gurjani Zij (Grumo de Luna). Todas las noches despejadas cuidaba de la huerta de estrellas y si veía alguna madura la recolectaba para su amada, la princesa Ghada Shad, mujer de una belleza que no se podía ocultar en la oscuridad. Colas de estrellas fugaces para brillo de ojos, polvo de nebulosa como colorete, unos cometas de plata para hermosear las orejas o unos anillos estelares como brazaletes. Por su aniversario adornaba los jardines nocturnos con diversos cúmulos cual lámparas voladoras orientales y le regalaba un collar de titilantes estrellas o vestidos de seda boreal. Fue un extraordinario científico, matemático y poeta, pero un mal gobernante —masacró a sus enemigos— y peor padre —su propio hijo le mandó ejecutar—.
Esa misma noche parricida, la Princesa, con lágrimas errantes, depositó el cuerpo de su amado en la alfombra —que durante diez años estuvo tejiendo bajo las directrices del Sultán— y ascendió en ella hasta perderse en el cielo.
Su rostro es el que resplandece en el lado oscuro de la Luna.
Un tratamiento del lenguaje exquisito para una historia que nos lleva a las mil y una noches. Me gusta como has entrelazado ciencia y sueños. Felicidades Javier. Y gracias por dejarnos este cuento que es un regalo. Mucha suerte 🙂
Digno de las Mil y una noches. Exquisitez y solvencia narrativa. Una gozada. ¡Enhorabuena, Javier!
Una maravilla de cuento, exquisitamente narrado. Mis felicitaciones.
Saludos y suerte.
Pues sí, yo también me vi inmersa en las Mil y una noches al leerte. Con una prosa cuidada, nos has regalado una delicia, Javier
Suerte y un abrazo.
Es un relato para ensartar en las torres contadoras de cuentos. Me encanta.
Salud y cuídate de los vientos.
Ya ves, no hay nadie perfecto.
No estarían mal un sultán y una alfombra similares.
Un relato con mucha poesía y mucha magia. Título y nombres preciosos. Has estado sembrado, como ese cielo que contemplaba el personaje.
Espero que tanto astro te traiga suerte y te den por lo menos 3 estrellas o más.
Abrazo.
¡Qué maravilla!
Este, sí que sí.
Abrazos.
Te comentaré como te gusta. Me encanta el título, es atractivo a más no poder. La lectura es amena, con sabor oriental y reminiscencias mágicas, personalmente las citas, fechas y nombres reales y extranjeros en relatos tan cortos suelen hacerme tropezar bastante en ella. Quizá por ello, cuando he llegado al párrafo de la noche parricida y la princesa me he preguntado..¿qué princesa? ¿qué amado? y me he despistado del todo.He tenido que volver a empezar. Entonces ya , sí. Un final muy poético para una leyenda hermosa. Suerte Javier.
¡Gracias! Es cierto lo que dices, a mí también me saca del relato los nombres extranjeros e impronunciables, pero es esta historia el sultán y su observatorio son reales.
Espléndido.
Javier, bella historia donde describir estrellas, belleza, amores, y ese rincón tan particular del espacio. Suerte y saludos.
Ohhh! Los de LAS MIL Y UNA NOCHE se morirán de envidia..
Un relato muy trabajado, fiel a la mejor tradición de Oriente, feliz consecuencia de muchas lecturas, con su parte de cuento, como esa alfombra mágica, pero también sin ocultar los contrastes humanos, el que el sultán sea capaz de compatibilizar poesía y ciencia, sin que le tiemble la mano a la hora de gobernar de forma dura y arbitraria. Qué evocadora la belleza de una princesa, incapaz de dejar de admirarse ni en la oscuridad. Un buen viaje al espacio de la fantasía. Javier.
Un abrazo y suerte
Ojalá, durante muchos años, la luz de tus neuronas siga alegrando mis ojos.
Gracias por el regalo, maestro.
Bonita leyenda para contar… lo nunca visto.
Felicidades y suerte
Muy bueno Xavier. Tiene el eco de las grandes historias orientales, sus luces y sus sombras, la fantasía de lo imposible y la belleza de lo real. Y todo ello condensado en menos de 200 palabras en las que hasta nos das datos.
Repito, muy bueno.
Justo ese lado oscuro es el que no nos deja avanzar en el camino.
Muy bonito tu micro, lleno de figuras poéticas en forma de abalorio.
Feliz finde y feliz vida.
El final por si solo merece ser releído. Poético, mágico y emotivo relato.
Enhorabuena.
Fantástico y real. Qué fácil lo has hecho.
Saludos
Hola, Javier.
«Belleza que no se podía ocultar en la oscuridad». Es de traca, de traca cósmica; como el conjunto. Las Mil y una estrellas, y tú entre ellas. Perdona la rimita. Texto redondo. Enhorabuena.
Un abrazote.
Ya conoces mi vena poética irremediable, para bien o para mal. Por ello este relato tuyo me ha llegado de forma especial. Una prosa versada mezclada con realidad que hace sentirme participe de esta historia, que como ya han dicho de manera tan acertada, podría ser parte de los cuentos de «las mil y una noches».
Felicidades por ello Javier.
Un abrazo al que le acompaña un beso.
Muy original, un viaje al espacio desde un escenario exótico. Has trabajado los detalles, es un relato muy visual y rico. Bien por ti, me quito la peineta y te felicito, Ximens.
Hola, Ximens.
Una bonita historia de amor con un vocabulario poético muy cuidado y trabajado.
Te voy a ser un poco crítica esta vez.
Me quedo sin saber por qué su hijo le mandó matar. A mí me gustaría conocer ese detalle que, seguro, es una bobada mía y 200 palabras no dan para tanta historia, pero se me queda ahí una pequeña laguna.
Y luego, esta frase » la princesa Ghada Shad, mujer de una belleza que no se podía ocultar en la oscuridad», entiendo lo que quiere decir, pero no me suena tan bien como el resto del relato.
Creo que estarás cerca de los laureles este mes porque el micro rezuma aires de leyenda con figuras muy potentes y visuales.
Me alegraré mucho de ello, por otra parte.
Un abrazo grandísimo y suerte.
Una vez más, Sr. Ximens, nos sorprende con un relato de poesía y buen hacer, con el antiguo Oriente como fondo.
Muy imaginativo y lleno de belleza.
Cordiales saludos.
Mmmm precioso relato con ecos de leyenda, Ximens. Muy lírico y con cierto regusto a los cuentos de las Mil y Una Noches. Me ha gustado especialmente el final «Su rostro es el que resplandece en el lado oscuro de la Luna».
Un fuerte abrazo.
Brillo, luna, magia. Elegancia árabe de otro tiempo. Cuento delicioso que se me ha hecho corto. Un abrazo, Ximens.
Un precioso texto que mezcla el firmamento con el amor y alguna que otra bajeza humana, todo ello envuelto en la magia de la leyenda. Enhorabuena, Ximens. Abrazos.
Ese tono de cuento de Sherezade me ha gustado mucho, la próxima vez que me hablen de un eclipse pensaré que tu princesa y su amado están celebrando-en la intimidad-que les hayas escrito un cuento tan lindo.
Un beso.
Una bella historia narrada con mucha delicadeza y lirismo. Felicidades, Javier, y un saludo.
Un relato digno de Las mil y una noches. Un lenguaje muy cuidado. Se nota que está muy trabajado. Y eso hace que resulte tan atrayente. No hay nada que hacer, hay que ponerle trabajo a las cosas… Y tú lo has hecho
¡Enhorabuena!
¡Qué bonito relato Ximens, me ha encantado! <parece sacado de Las Mil y Una Noches. Muchas felicidades y suerte.
Besicos muchos.
Por más gobernante, guerrero, astrónomo, amante o mal padre que fuera el sultán, al final sólo era un hombre. Nada más que una mota de polvo en la inmensidad del universo.
La suerte que ha tenido es que, gracias a tu relato, ha podido brillar como una estrella.
Saludos, Ximens
Hola, Javier.
Lo primero, decirte que me gusta la forma tan póética con la que narras la historia novelada del sultán Ulugh Beg.
Te centras en la parte de su vida productiva: la de astrónomo que construyó un gran observatorio llamado como tu acertado título y dejas para el final la parte más polémica: fue un mal gobernante y eso le enemistó con parte de su familia, hasta que su hijo mayor lo mandó decapitar cuando iba camino a la Meca.
Sé que su reputación fue rehabilitada por su sobrino, Abdallah Mirza.
Me has hecho repasar la historia y te lo agradezco. Cuando leo un buen libro en el que aparecen personajes reales, aunque sea una novela, tiro de enciclopedia o Wikipedia y me informo. Lo he hecho con este relato porque es un buen relato que te invita a aprender e indagar más en la historia del sultán.
¡Qué decirte de tu forma de narrar! Esos regalos estelares a la Princesa y ese final lunático me han parecido muy hermosos.
Un gusto conocerte. Seguiré con agrado tus relatos.
Un abrazo y suerte.
Pablo.
Un cuento con el que nos recuerdas lo bueno y lo malo del personaje. Me gusta mucho el título que has escogido, y cómo, desde ese Gurjani Zij, nos describes la afición del sultán y el amor que siente por su amada. Una pena que fuese tan despiadado con los demás, y acabase sus días de ese modo. Me encanta la maravillosa recolección de astros que relatas.
Te deseo mucha suerte Javier.
Ton.
Precioso Javier,
Ya simplemente la mención de Samarcanda evoca a esos paisajes de las Mil y una noche, con su luna y sus estrellas.
Suerte
Un saludo, Javier. ¡Qué buen relato! Son pocos los que se atreven a contar con ambiente de siglos anteriores. Lo has hecho muy bien, es como si hubiese vivido un momento en el pasado. Éxitos con este y todos tus microrrelatos, en general son excelentes.
Ya había comentado, pero deseo agradecer tu sincero comentario a mi relato. Es el tipo de comentario que ayuda, que motiva a mejorar. Después me contarás como te iniciaste con la escritura creativa. Siento curiosidad, pues también trabajé más de veinte años en el área contable. Saludos.