50. Guau y Miau
Juanito, “el marejhaílla” para los pescadores, gasta verbo fácil y siempre tiene una palabra y más, un relato farragoso de marinerías para quienes se acercan a su rincón en la barra, donde vive ininterrumpidamente de sol a sol, como farero del mar de la alcoholemia. Pero si le llenan su copa de número cinco, ese vino corriente del que es amigo íntimo y con el que habla de continuo, despliega su arte de borracho de cantina y transmuta en estentóreo actor; suspende – grandilocuente – un aspaviento en el aire y, obsequioso, se dobla por la cintura y agradece reverencial la invitación.
Cuando Luis, el dueño del bar, se dispone a echar el cierre, Juanito es ya un guiñapo meado sobre la última mesa del salón. Como cada noche, el pacientísimo Luis, sale y silba largo y fuerte hacia el fondo oscuro del callejón del puerto. Solemnes, moteados de basura y farol, comparecen Guau y Miau.
Capitán Marejhaílla, braceando entre los batientes de la puerta, ordena balbuceante: “¡Rumbo norte!”. Miau, delante, orienta la proa camino a casa; Guau, a su espalda, entierra el hocico en la entrepierna del patrón fijando el balanceo y empuja, cuesta arriba, marcando el ritmo oscilante del navío.
Hola, Manuel.
Guau, cómo me ha gustado tu texto. Miau, con lo divinamente que has caracterizado al personaje y criado tensión narrativa. Cuantos Juanitos hay por el mundo que, al son de un vino, o de una copa, nos alegran la vida y libran de siquiatras y otras pestes (los locos son ellos). Alrededor de tu texto pivotan la ternura, el humor y la humanidad que flota en el bar, con ese dueño bueno, y el perro y el gato que, con su humanidad generosa, garantizan una feliz arribada a puerto. Hay frases tan afortunadas en el texto que cantan por sí mismas sin necesidad de que las relacione. Una propuesta muy sobresaliente para mí. Y ceñidísima al tema del bimestre: animales de COMPAÑÍA. Por ello, mi gran, gran, gran enhorabuena. Miaumiau, Guauguau, a modo de abrazote.
Gracias, Martín, por tus maullidos y ladridos de celebración. Son un estímulo que me animan a llenar la copa, brindar contigo y obsequiarte con reverencial agradecimiento. Un abrazo y otro de de parte de Miau y Guau para ti.
Exquisito, canela fina.
Delicadas y gustosas tus palabras. Gracias, Edita.
Manuel, lo primero de todo, quiero decirte que ha sido una grata sorpresa leerte también por aquí. En cuanto al relato, este Juanito es todo un personaje, con una personalidad arrolladora y todas las papeletas para caer bien, aunque no menos protagonista que un perro y un gato, sus cicerones naturales cuando el cuerpo dice basta y se bate en retirada.
Un relato que es un cuento, aunque nada infantil, tan original como difícil de clasificar, no sólo por su argumento, que al final roza el surrealismo, sino en la expresividad que emana de todo el texto, con expresiones felices, como ese «moteados de basura y farol».
Lo dicho, Manuel, un placer. Un abrazo fuerte y suerte
Ángel, grato y feliz encuentro entre letras, hallarme contigo. A Juanito le encantarán tus palabras sobre él. La historia tiene base real sustentada en un borracho de mi pueblo y su perro; con su gracia natural y cierto aderezo literario se ha venido conmigo para estrenarse en la página.
Gracias por tu buena acogida. Estando tú por aquí, ya me hago idea del nivel que se maneja. Un abrazo.
Que hermoso homenaje a esos lobos de mar que siguen contando sus aventuras gracias a que hay gente dispuesta a escucharlas. Y que decir de esos amigos que lo acompañan y, seguramente, consigan que, sin desviar su derrota, consiga llegar al buen puerto de su cama. Enhorabuena, Manuel. Saludos y suerte.
Un abrazo, Jesús. Un viejo lobo de mar y alcohol, pero lobo al fin y al cabo. Acabo de leer tu relato. Igualmente, un abrazo.
¡Dichosos los ojos que te leen por aquí, Manuel! Un placer. Tu relato sorprende y el lobo de mar resulta hasta tierno. El perro y el gato conocen muy bien sus funciones…
Enhorabuena y abrazo.
Gracias, Mª José, qué bueno volver a compartir historias. Te agradezco tu comentario con un reverencial aspaviento, aunque sobrio, eso sí. Abrazos.
Genial. Me han encatado leerlo y lo he disfrutado. Creo que apunta alto. Te deseo suerte, porque de lo demás el relato ya lo tiene todo porque se lo has puesto tú. Enhorabuena.
Hola, Juan Antonio, gracias por tu comentario. Me alegra que te haya gustado y lo hayas disfrutado. Saludos.
Con ese relato de trasfondo marinero, de gran riqueza léxica y belleza semántica, nos seduces con la historia de ese borracho de baja taberna y graciosas maneras en sus primeros brindis hasta el sórdido derrumbe de los últimos vasos de soledad. Entonces, cuando todo el horizonte es ocaso, haces aparecer a esos dos faros desde las basuras del fondo del callejón para devolverle la dignidad a un capitán sin rumbo.
Manuel, me gusta tu personal forma de escribir y me alegro mucho de que te hayas decidido a compartirla también en este rincón.
Un gran relato. Enhorabuena.
Un fuerte abrazo.
Un saludo grande, Antonio. Gracias por prestarle al texto tu atención y dedicarle tan hermosas palabras.
Pues, Manuel, me ha encantado tu micro.
Has conseguido «DIBUJAR» en mi cerebro cada personaje, y eso me gusta, cómo disfruto cuando un escritor consigue transmitir «imágenes» que casi se pueden tocar.
Buena historia y muy bien transmitida!!!
Felicitaciones.
Un abrazo
Gracias, Amparo, coincidimos en el gusto por los textos que transmiten sensaciones y vibración a través de las imágenes. Me agrada mucho que tú hayas sabido apreciarlas. Un saludo.
Las circunstancias y las olas le han llevado a abrazar el alcohol, pero su mente aún atesora recuerdos e imaginación. Sus amigos animales se encargan de que, a pesar de estar a la deriva, siga surcando la vida. Excelente relato, Manuel. Un verdadero placer leerte también por aquí. Abrazos y suerte.
Hola, Salvador, me alegro que te haya gustado y, también, de tener la oportunidad de leerte de nuevo. Cosa que voy a hacer ahora mismo. Un abrazo. Nos leemos.
Manuel, coincido con los compañeros, preciosa historia fenomenalmente contada. Suerte y saludos. Feliz 2017
Gracias, Calamanda, por tus palabras. También, buen año para ti. Saludos.