61. GUAUMIAU
La oscuridad del bosque se mecía violenta a capricho de Eolo. Me gustaba disfrutar de ese concurrido silencio. De la mitad de la negrura me llegó un débil GUAU. Y a continuación otro casi inaudible MIAU. ¿Era real?. Quizás la conjunción del viento con las hojas de las hayas y robles había engañando a mi oído. Volví a sentirlos. Ahora más fuerte. MIAU…GUAU. No cabía duda. Mis ojos entrecerrados buscaron entre el musgo, los helechos, las raíces. Seguí el reclamo de la repetición sonora. Por fin te vi: pequeña bola palpitante de pelo negro. Tus enormes ojos redondos con pupilas de diamante fueron los que me hicieron agacharme para recogerte suavemente entre mis brazos. Me gritaban quiéreme.
Nos convertimos en inseparables.
Fuiste fiel, cariñoso, a la vez que independiente y solitario. En tus momentos felices ladrabas. En la intimidad maullabas. Al enfadarte arañabas, o gruñías. Te gustaba que te peinara el pelo ensortijado, recio, asimismo fino y delicado. Me traías a la mano los palos que te arrojaba lejos, aunque luego corrías a perseguir ratones.
Te quise inmensamente, tal cual.
En el momento de dejar este mundo, anciano y feliz, me susurraste: “GUAUMIAU”.
Hola, Pablo.
Me gusta mucho tu relato. Creas muy bien la atmósfera de misterio necesaria, el dios del viento incluido, hasta el hallazgo de la criatura mixta, híbrido de gato y perro. Y por qué no un «perrigato», si existen ya «leotigres». Sería interesante conocer un animal semejante, con la suma de las características tipo de canes y mininos. Por tu literatura, sabemos que existe. Y ese escepticismo final, o queja, o aceptación, ese simple «miauguau», ante la muerte, dice mucho de ese ser de aleación. Enhorabuena. Un abrazote.
Gracias Martín. Lo importante es que nuestro «perrigato», como bien lo defines, fue feliz e hizo feliz a su dueño y compañero. Un abrazo,
Qué curioso, PABLO. Salvando las distancias, tu micro me hizo acordar del dibujito animado que ven mis sobrinos, Catdog. Tu micro, muy tierno, con lo mejor de ambos mundos, el perruno y el felino. Me gustó tu híbrido «Miauguau».
Cariños,
Mariángeles
Muchas gracias Mariángeles. No conocía Catdog. Por tus líneas lo he buscado en internet y ahí encuentro los dibujos animados. Je. Veo que eres Argentina. Un saludo muy grande desde el País Vasco, donde en estos momentos estamos ateridos con esta ola de frío polar que nos inunda las intercostales.
Has fusionado la consigna con un relato que nos dejará probablemente con un protagonista único e irrepetible. Original y trabajado. Suerte !!
Muchas gracias Juan Antonio. Suerte para ti también.
Hola Juan, Gracias por tus líneas. Yo creo que el «postrer ladrimaullido» quería decir «gracias». Abrazos,
Yo también me encuentro ante una dualidad a la hora de ponerme a escribir el comentario: la hermosura de tus palabras contra el miedito que me da en pensar en alguien que en el fragor de la tormenta se encuentra en lo prfundo del bosque a semejante ¿animal?. Dejando las bromas, me ha parecido espléndido tu relato, Pablo. Suerte y saludos.
Muchas gracias por tu comentario, Jesús. Razón tienes al definir como miedito el momento de encontrar a nuestro guaumiau en mitad del oscuro bosque. Aunque parece ser que se trata de un cachorro y ya sabemos que todos los bebés nos resultan indefensos.
Pablo, curioso personaje, bien contada tu original historia. Suerte y saludos. Feliz 2017
Muchas gracias por tu comentario. Calamanda. Frases así animan a seguir disfrutando de este placer de unir palabras para crear retazos de historias.
Nos ufanamos en unir letras para contar, pero tu uniste dos seres en uno sin igual, que como mascotas resumen la elección. ¿Perro o gato?. Muy original y excelso!
Un abrazo y suerte.
Gracias Moli por tus palabras. Seguiremos creando seres e historias por el puro placer de hacerlo.
Nos traes lo que bien podría ser un animal mitológico, una nueva especie que nos pusiera por fin de acuerdo a todos. Por cierto, ¿tú eres de gatos o de perros? Bromas aparte, muy buena apuesta, por original y por el tono de la narración.
Suerte y abrazos
Muchas gracias Anna por tu comentario. He tenido un perro, un Schnauzer. Solía decir en broma que era el único que me quería. Bromas aparte, como dices, lo bonito de escribir es que podemos crear.