101. GUERRA ACABA NUNCA
Esa noche la tropa cenó papilla de trigo sarraceno con manteca, como cada lunes desde hacía ocho años. Después jugaron a los naipes entre blasfemias y humo. Johnny y Carl bebían aguardiente en su esquina y discutían sobre automóviles. Taylor sugirió bajar al burdel del pueblo y Larry se calzó jubiloso las botas para acompañarle. El teniente Gilbert se afeitaba con su machete oxidado, mientras que Andy y Greg escribían notas a sus amantes en el reverso de la caja de cigarrillos.
La guerra había concluido hacía mucho tiempo. Sin embargo, en cuanto saliese el sol, aquellos soldados volverían a arrastrarse heroicamente sobre el barro y los rastrojos para apoderarse, una vez más, de las trincheras desiertas del enemigo.
Visual, como una película. Muy bien creado el ambiente.
Cuando la guerra no acaba, ni siquiera en las mentes de los soldados, entonces repetimos las carnicerías una y otra vez.
Un saludo
JM
¡Por lo menos no habrían bajas que lamentar!, magnífica recreación ambiental.
Feliz regreso Nacho; por aquí no se te ha olvidado.
¡Suerte!
Ignacio, hay otras victimas en esta guerra, eso parece inevitable. Suerte y saludos
Una imagen estática en un tiempo eterno aunque parezca que sus personajes viven en esos detalles que identicaron a cada uno.
Buen relato, esos guerreros tocados de por vida.
Abrazos.
Has recreado el ambiente a la perfección. Es muy visual. Y el giro que le has dado muy original. Enhorabuena. Mucha suerte 🙂