110. Ha nacido una estrella (Lola Pacheco)
Louis trabajó sin descanso hasta poner a punto el invento. Anhelante, apostado frente a la puerta con su cinematógrafo, le quedaba solo esperar la salida de los obreros de la fábrica: los operarios, el guarda, las oficinistas… Y entre estas, por última vez, fugaz, refulgía Thérèse.
Después llegaron días de luces y sombras encerrado en su laboratorio en los que proyectó sin pausa las ondas de su vestido, la oscilación de sus brazos al andar, el momento justo en que se giraba hacia la cámara… Y en ese preciso instante, la atrapaba. Y por un tiempo indefinible, Thérèse le miraba solo a él.
Cuando asumió el rechazo, decidió que su tributo sería compartirla con el mundo del que ella renegaba, y que eso no podría ser sino en la «Ville Lumière».
Ante el deslumbrado público parisino, temió que en su devoción hubiera un atisbo de venganza, porque Thérèse no quiso casarse con él; prefirió hacerlo con su dios y habitar en una cámara oscura, enclaustrada. Para entonces, Louis ya la había convertido en eternos haces de luz en movimiento, y su amor, en una nueva forma de arte encarnado en cuerpo de mujer.
Ayy, que gonito, paya, toda una historia de amor trágico. Apuntamos a rascar lista ¿eh? Ya me estoy imaginando al Yorch Cluni y a la Natali Porman saliendo del afábrica. Te deseo lo más mejor.
Besísimos.
Dirigidos por Santiago Segura. Qué peliculón.
Gracias por tus buenos deseos, payo, y ojalá se cumplan, que hasta ahora no has fallado conmigo.
Besos!
Unir los inicios del cine con una historia de amor no correspondido, en la que ella, como Santa Teresa, prefiere a Dios por pareja, al tiempo que queda inmortalizada para siempre en unos fotogramas, como mínimo debe calificarse de original. Si a todo esto se une la redacción de impecable factura a la que nos tienes acostumbrados, el resultado es este hermoso relato, completo y lleno de seducción.
Un abrazo, Lola. Mucha suerte
Con que lo veas original, ya me voy contenta. Me gusta mezclar personajes, épocas, que no tengan nada que ver. A veces salen gazpachos ricos.
Gracias por pasarte. Un fuerte abrazo, Ángel.
Y la hija del Sol, mecida por Levante y Poniente, volvió a conseguirlo.
Magia.
Magia en forma de palabras.
Magia en estado sólido.
Magia entre arcos fronterizos…
Lola. Lola Pacheco. Hija de dunas y sal.
Gracias por este regalo.
Gracias por esta estrella.
Te quiero, canalla.
Modes!
Sol, viento, dunas, sal… Sí, soy un poco todo eso. Es mi tierra.
Pero el mago de las palabras eres tú, poeta!
Pedazo de comentario. GRACIAS!
Besos (castos).
Lola, trasmites en el dialogo de tu cuento fluidez y un ritmo muy bueno, amén de su historia que está bien tocada. Suerte y saludos
Gracias por comentar, Calamanda. Un abrazo!
Ay, el amor!!!
Cuántos buenos relatos nos da, como el tuyo, Lola!!
ENHORABUENA!!! Me ha gustado el envoltorio y el regalo…
Un saludo! 😉
Es que eres un romanticón…
Me alegro de que te guste el regalo. El papel es del Carrefour.
Abrazos, Marca.
Muy bueno.
¡Gracias!
El cine, Teresa y el amor… qué historia tan buena. Felicidades.
Sí, es un coctel extraño. 🙂 Pero qué bueno que te gustó.
Gracias por comentar.
Serán las meigas, o será magia, o será mi pc, pero no veo ese relato de la estrella naciente. Quizás se nubló el cielo.
En serio, que está en blanco todo. Los comentarios si los leo.
¿Alguien me puede decir que pasa?
Antonia, lo he mirado en mi casa, en el trabajo… Y sale en todos sitios. Que va a ser cosa tuya.
Lo siento.
¿Te has mirado la vista, Antonia?
Gracias, Ana.
Vaya con Therese, preferir vivir ahí en la cámara oscura, a saber qué pasa ahí dentro, ¿de verdad que no se coló Louis? ahora en serio sin arte esas metáforas que convierten tu relato en una alegoría notable del desamor y la fe.
A saber… 😀
Louis la habría convertido en la señora Lumière (Luz), y ella prefirió la oscuridad. Las cosas del amor, y del desamor, como bien dices.
Un abrazo, Lorenzo.
Lola, un peliculón te ha salido. Muy bonita historia.
Un abrazo
Mientras que no sea como los de Antena 3… Jaja… No me hagas mucho caso.
Muchas gracias por comentar, Blanca. Me alegra que te gustara.
Fijaos que sería justo en el momento que la estrella iba a nacer y es por eso que aún no se veía. Y es que en esta noche la magia siempre puede surgir. Me alegro mucho de que me tocara a mí. ¡Hala¡ no os desaniméis, siempre habrá otra estrellita para vosotros.
Buena historia con muy buen estilo.Y me lleva, aunque no tenga nada que ver,o sí en algo a «La invención de Morel», de Bioy Casares, que me gustó bastante.
Te deseo suerte, Lola. Un abrazo.
¿Se te apareció de pronto? Voy a empezar a asustarme…
Gracias por tu comentario y por tus buenos deseos. Le echaré un vistazo a ese libro. 😉
Ay, me has tocado el corazón con tu varita mágica, Lola.
Enamorado de un fotograma, que no tiene nada que ver con la mujer real, que agoniza dentro de un mundo sin luz. Y, amor verdadero, la transforma en estrella eterna.
¡Aplausos y un Óscar, por favor!
😀
Patricia de jurado ya, por favor.
Me alegro de que te gustara y me quedo con tus aplausos.
Un fuerte abrazo. :-*
Muy original el texto. Te has desmarcado del misticismo claramente para llevarnos a otro tipo de magia, la del cine, y a unos protagonistas que viven una historia terrible pero que has conseguido que apunte a bonita. Grandes letras las tuyas, Lola. Estas y muchas otras que nos has dejado. Mucha suerte 🙂
Sí, Louis no iba buscando el amor místico precisamente.
Gracias por tus palabras, que son un halago, y por tus deseos de suerte.
Un abrazo, Juan Antonio.
Enhorabuena, Lola, por tu ENTC. Muy original el cuento que no había leído, te aplaudo.
Ya cuando lo leí me pareció treméndamente hermoso y original. Enhorabuena.
Jo, qué bueno, este se me había escapado sin leer, imperdonable. Felicidades por la merecida selección.
Gracias por leer o releer, Javier, Miguelángel y Belén. Es todo un halago que os guste. Un abrazo.