139. Habilidades futbolísticas
Mi abuelo contaba a todo el que quisiera oírle que su hijo, mi padre, había sido muy bueno jugando al fútbol. Y que solo aquel trágico incidente le privó de haber fichado por un grande.
Aquel incidente, como él decía, a mí me dejó huérfano y a él le envolvió en sí mismo. Nunca más volvió a encender la radio para escuchar las retrasmisiones de los partidos de fútbol a las que antes era tan aficionado.
Yo fui creciendo con la obsesión de llegar a ser un buen futbolista y poder volver a ilusionar a mi abuelo. Me apunté a un equipo, entrené duro y, para mi desgracia, fui descubriendo que carecía de las habilidades que mi padre tuvo. Me costó asumirlo, pero me ayudó a descubrir mi verdadero camino.
El día de mi debut mi abuela encendió de nuevo aquella vieja radio que durante años había estado callada. Las palabras ‘balón’, ‘falta’ o ‘gol’ volvieron a revolotear por toda la habitación, y mi abuelo no tardó en darse cuenta de que aquella voz le era conocida.
O sea que las habilidades, unos u otras, estaban en la familia. Y todos contentos.
Buen final, porque considera que (a pesar de todo) es feliz
No todos tenemos las mismas habilidades. Supongo que lo verdaderamente importante es encontrarlas y poder, gracias a ellas, hacer felices a los demás. Gracias por tu comentario.
Las habilidades se demuestran andando y no siempre tomamos el camino adecuado. Bonito final. Suerte.
Besicos muchos.
A veces nos empeñamos en cosas que no pueden ser, pero todo sirve para aprender y avanzar. Muchas gracias por el comentario.Besos.
Me traslada a un tiempo de tantos recuerdos…, y me hace confirmar que cada uno de esos relatos que nos regalas, no terminan, porque a cada nueva lectura, un alo de emoción y de admiración se renuevan, porque realmente lo consigues….. Gracias y enhorabuena.
Que buen relato, más allá de poder emular al padre consiguió ser el mismo y la vieja radio se llenó de magia nuevamente.
Un abrazo y suerte.