55. HASTA QUE DURE
No quiero exagerar, pero la verdad es que esta vez creo que sí lo dejé a punto de caramelo. Al principio, no se creía que yo había sido uno de los estudiantes más sobresalientes de mi promoción en el instituto y el más laureado en la universidad, que en otro trabajo había conseguido ser el mejor vendedor de toda la temporada, y que nunca había encontrado un mejor jefe que él. Después de la borrachera de mentiras, lo primero que espero es una promoción, luego vivir del cuento un poco más, y por último probablemente morir en el intento, otro más.
Un “prenda”. Lo malo es que de estos hoy unos pocos. La falta de ética profesional, o más bien social, lo inhabilita para la convivencia. Pero aquí lo tenemos, “viviendo del aire”.
Muy descriptivo y en pocas palabras.
Los hay y muchos, en todos los ámbitos. Gracias, Rosa, por tu comentario. Saludos
Hay personas que se proponen no hacer nada alo largo de su mal llamada vida laboral, o lo menos posible, y lo consiguen. Hay que tener mucha sangre fría y falta de escrúpulos para ello, porque su acción, o más bien inacción, repercute sobrecargando a los demás y hasta siembra una mala fama general injusta en los colectivos. En fin, la vida misma, puede que en algunos lugares más que en otros, pero general e innata en no pocos individuos, propensos a la picaresca.
Un abrazo y suerte, Antonio
Admirado, Ángel, ¡cuánta razón! Comparto todo tu comentario, picaresca en todo, como en botica. Gracias y saludos
“Vivir para siempre… o morir en el intento”, decía Groucho Marx. Si después de siempre añadimos “del cuento” ya tenemos resumido el relato. Creo. Una manera de vivir no sé si cómoda, pero indigna desde luego.
Edita, mencionas precisamente a Groucho que me encanta, sus películas y sus libros. Muchas gracias por tu comentario.