77. HELL BOYS (Mariángeles Abelli Bonardi)
Casco de vidrio, botas pegadas al traje… no era otro que Johann Krauss. Desde aquel accidente que le había separado el alma y destruido el cuerpo, ese traje permitía a su ectoplasma seguir viviendo entre humanos.
El médium tenía el poder de controlar objetos inanimados y entes muertos, y así lo había hecho con el hada de los dientes y las filas del Ejército Dorado… ¿Por qué estaría allí, misteriosamente tendido?
Soltaron sus pistolas y se fueron acercando… ¿Respiraba? Cómo saberlo, el casco también le cubría el rostro. No recordaban que tuviera un arma, ni que fuera tan macizo y tan grandote. Uno de ellos lo tocó; estaba tibio al tacto. “No se despierta; mejor nos vamos”, les dijo, alejándose, el más receloso, pero los otros niños se burlaron y siguieron revisando hasta encontrar lo que buscaban: la válvula que desinflaba el traje y liberaba la esencia de Johann.
Un segundo después del ¡CLIC!, llegó la explosión. Y las armas de juguete ya no tuvieron dueño.
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Para mí el relato tiene sentido con la última parte. Donde se ve como los niños de una manera o de otra son los que más sufren con las guerras. En este caso lo sufren brutalmente tirando de la anilla.
La última frase es muy dura, cuesta hasta leerla.
Un abrazo grande.
Estoy de acuerdo, ASUN, es muy dura la frase de cierre del micro y entiendo que cueste leerla; impacta más porque opté por reservarla junto con la referencia a los niños para la parte final del micro. De haber explicitado desde el principio que se trataba de niños, hubiera adelantado el final, y el efecto en el lector no hubiese sido el mismo, creo yo.
Otro abrazo para vos,
Mariángeles
Tremendo, pero qué bonito. Yo creo que los niños inmersos en situaciones como las que se están viviendo ahora mismo en Siria o Palestina deben integrar lo que ven a su alrededor de una forma parecida. Intentando explicar a su manera y dentro de su mundo de fantasía lo que nadie puede entender.
Qué bien lo has plasmado, incluido el dramático final.
Un abrazo fuerte.
Creo, PATRICIA, que es más tremendo que bonito, no obstante quedo muy conforme con tu lectura porque se ajusta perfectamente a lo que quise contar.
Cariños,
Mariángeles
Parece Ciencia Ficción, pero es una dura metáfora de o que está pasando.
Así es, M.CARMEN, parece Ciencia ficción pero por desgracia no lo es.
Gracias por pasar a comentar.
Un saludo,
Mariángeles
El final explota, como una mina dejada al azar para que unos niños queden descuartizados. Durísimo y fabuloso.
Un saludo
JM
Dicen, JM, que hay que guardar lo mejor para el final; lástima que ese «mejor final» para el texto haya sido el peor final para los niños.
Me complace que el micro sea de tu agrado.
Cariños,
Mariángeles
Una llamada de atencíón a la brutalidad de las armas. Muy poético, a pesar de su dureza.
Saludos.
Me complace que veas poesía en un micro ciertamente duro, MARÍA JESÚS. Y qué gusto que se pueda extraer de él un mensaje o enseñanza, es más de lo que puedo pedir.
Cariños,
Mariángeles
El campo de batalla reconvertido en campo de juegos; un juguete improvisado que volatiliza a sus usuarios; una imaginación desbordante que maquilla la realidad, pero no la elimina, que impone su peso sobre cualquiera, que no deja de fabricar víctimas.
Triste y posible.
Un abrazo, Mari Ángeles, y mucha suerte
«Una imaginación desbordante que maquilla la realidad pero no la elimina»… qué bien que has captado, ÁNGEL, la inocencia e indefensión de los niños ante el peligro, que en este caso toma la forma de un soldado muerto con una bomba encima (se me ocurre que bien puede ser una trampa o señuelo para otros soldados). Es muy triste y muy cierto lo que decís, la guerra es una máquina de fabricar víctimas que por lo generar suelen ser niños como éstos, que hicieron del campo de batalla su campo de juegos.
Te retribuyo el abrazo y la suerte.
Cariños, M.
Unaa guerra nunca es la que los niños juegan en su patio trasero. Me gusta.
Felicidades
Mejor expresado imposible, MARÍA. Me alegra que el micro sea de tu agrado.
Cariños, M.
Hola, Mariángeles. Te confieso que he tenido que buscar Johann Krauss, ectoplasma y Ejército Dorado en internet. Soy una ignorante total en esta materia (y en otras). Veo que has sabido tejer muy diestramente un relato que, como dicen por arriba, es auténtica ciencia ficción. Aunque, por desgracia, ocurre continuamente en la realidad que muchos niños mueren en medio de una guerra y que nada tiene de juego. Suerte y abrazos.
Hola, JUANA. No me parece mal que hayas tenido que investigar porque sé que mi propuesta de escritura para este mes es algo jugada. El soldado de la ilustración me remitió a Johann Krauss, personaje secundario de la película «Hellboy 2: el Ejército Dorado» y quise aprovechar eso para mostrar que fantasía y realidad son una misma cosa para los niños, y eso por lo general los pone en situaciones de peligro, en este caso, a consecuencia de una guerra.
Suerte y abrazos para vos,
Mariángeles
Juego de niños que acaba en tragedia, inocente curiosidad vestida de explosión. Cuanto daño hace la guerra y que bien lo has mostrado con tus palabras.
Un beso mariangeles.
Si es así, Ma.BELÉN, quedo muy contenta, porque logré plasmar en el micro lo que quise mostrarle al lector.
Otro beso para vos, M.
¡Gracias, ANA! Vayan suerte y saludos para vos.
Nos seguimos leyendo, M.
Es un relato que no he podido disfrutar al desconocer la historia de Hell Boys, pero me ha servido para llegar hasta ella. Interpreto que la inocencia y la curiosidad de los niños (que llevan armas) les mata. En fin, la ciencia ficción no me llama, pero creo que te los currado. Suerte.
Hola, JAVIER. Has interpretado bien, aunque lamento que el desconocer la historia (más bien película) en la que basé el micro te privara de su disfrute(disculpame, pero no entendí esa expresión «te los he currado», pasa que soy argentina y aquí no se usa ;))
Un saludo,
Mariángeles
«te lo has currado» = «has trabajado duro (con esfuerzo para obtener un buen resultado) en el relato»
¿Así que eso significa «te lo has currado»? Qué curiosa la variación del significado de las expresiones idiomáticas entre país y país. Si bien esa expresión aquí no se usa, sí existe la palabra «currar» en el sentido de «engañar» (según la definición del DRAE: Currar tr.Vulg.Arg. estafar (pedir o sacar dinero con engaños).
Gracias por la aclaración, JAVIER.
Un saludo, M.
Aquí utilizamos «currar» para «trabajar» ¿En qué empresa curras? Este fin de semana tengo mucho curro con los exámenes.
Mariángeles, el relato esta trabajado para llegarnos al corazon. Suerte y saludos
¡Qué gusto que así lo veas, CALAMANDA!
Te retribuyo la suerte y los saludos,
Mariángeles
El final de tu relato es la bomba, perdona el humor negro, pero es que te explota en la cara. Por cierto, sí que es gracioso lo de los idiomas sí. Saludos y suerte.
Hola, LORENZO; no te preocupes por el humor negro porque está perfecto; este tipo de situaciones-bomba, sean reales o ficticias, hacen que a uno le aflore sin previo aviso.
Coincido plenamente, lo de idiomas es un tema apasionante; siempre se aprenden expresiones y giros nuevos a los que se les puede sacar el jugo a la hora de escribir.
Te retribuyo la suerte y los saludos,
Mariángeles
Bueno, los niños lo son en cualquier situación y lo que quieren los niños es jugar. Los que tienen suerte tienen un montón de juguetes a su alcance, los que pertenecen a la realidad de esta ficción relato, juegan en ruinas y con juguetes que matan. Has transmitido perfectamente el dolor.
Tus palabras expresan exactamente lo que quise que el texto transmitiera, ISABEL. Gracias por pasar a comentar.
Cariños,
Mariángeles
Lo has ido preparando para que al final te estalle en las manos. El relato lleva mala leche literaria de la buena. Mucha suerte. 🙂
«Mala leche literaria de la buena»… eso sí que nunca lo había oído ni leído, JUAN ANTONIO. Un concepto contradictorio pero de lo más novedoso, me gusta 😉
Yo también te deseo mucha suerte.
Cariños,
Mariángeles
Bien MariAngeles, duro el regusto que deja pero… no hay más fiero soldado que estos niños militarizados de manera cotidiana.
Muy gráfico y total.
Me gustó.
Suerte y abrazos
Creo, MANUEL, que nada debe haber más terrible que te cercenen la infancia, y más de esa manera. Pese al duro regusto que te deja, me complace que la historia sea de tu agrado.
Gracias por pasar a comentar.
Te retribuyo la suerte y los abrazos,
Mariángeles
Me gustan estos relatos en los que se cuenta una historia, en apariencia inocente, pero que juegan con la inteligencia del lector para que descubra la verdadera historia, la oculta, la que en realidad se quiere contar, este micro es uno de esos. Destaco la parte en la que se describe la curiosidad (ingenuidad) de los niños al encontrar a Johann Krauss (metáfora de un misil u otra arma sin explotar) pero esa curiosidad se transforma en travesura (maldad) al desinflar el traje (activa el mecanismo de explosión), en conclusión, es un relato muy bueno con ese final de impacto. ¡Suerte!
Saludos.
Hola, BETO. Me gusta que pienses en Johann Krauss como un misil o amrma no explotada, yo más bien pensaba en un soldado muerto que llevara granadas o explosivos en el traje, pero tu interpretación se ajusta maravillosamente a la historia y de hecho me gusta más.
Yo también disfruto de los micros que llevan al lector a buscar la otra historia, ésa que ocultan tras su apariencia de «inocentes».
Gracias por tu detallado comentario.
Cariños,
Mariángeles