56. Hijo de la filantropía
Paco buscaba sólo sexo. Mariela explorar la maternidad; y así acabó preñada. Pero algo hizo fracasar la mezcla, y el embrión se plantó. En realidad, aquel fortuito aborto no añadió ni quitó nada. La secuencia volvería poco después: nuevo encargo, nueva espera y nuevo plantón. Esta vez algo más avanzado. En plena vorágine de reproches, una madrugada de mucho alcohol y poca visibilidad, Paco rodó escalones abajo. Falleció por golpes escalonados diversos.
El crío juega fascinado con puzles, robots y mecanos. Pero Mariela recapitula. Repasa los hechos consumados. Qué la hizo volcarse tanto con aquel niño sirio, mendigando con su padre calle arriba. No tiene claro que fueran los miles de emigrantes huyendo de mil batallas. O sí. La cuestión es que ahora, elevada a los altares por albergarlos en casa, parece habérsele disparado la filantropía: ha sufragado la vuelta del padre a Siria, a traerse la familia completa. Ahora bien, cuanto más se estruja Mariela, más convencida está: no serán capaces de atravesar tantas alambradas, controles y policías. Imposible. De hecho, tiene todo listo para adoptar al niño. Si ella no alcanzó a parir y estos no logran volver, será hijo de la filantropía. Pero ella será su madre.
Hola, José Luis.
Qué acertadamente mezclas la maternidad imposible con la emigración y el bonancible hecho de la filantropía que la va a convertir en madre, por arriba de la adopción, a quien tanto lo deseara. Qué metáfora tan prodigiosa. la filántropa recibiendo algo a cambio. ¿No hubo un hijo de la Luna?, faltaba el de la filantropía que tú nos sirves en cuna bien alhajada y original. Tu texto no aborta en ninguna etapa de su magnífica preñez con un desenlace a su gestación como para que suenen todas las campanas, las campanas «entecianas». Muy enhorabuena. Un abrazote.
Gracias Martín por tu visita y, ¡cómo no!, por el comentario. Precisamente tuve dudas con el título. Parecía más acertado mezclar ambas cosas, que en definitiva son el ser del relato: filantropía y maternidad. Pero dado que el concurso hacía referencia a la emigración, me decante por el que tiene.
Gracias y te devuelvo el abrazo
Una mujer dispuesta a ser madre a cualquier precio, prueba de ello es la muerte en circunstancias poco claras de quien le falló en ser padre tras dos intentos frustrados. Filantropía, generosidad, humanitarismo, no son sino el disfraz con el que oculta su ansia maternal; de hecho, si consigue llegar la familia completa del pequeño, va a tener un disgusto. Incluso en medio de una gran tragedia, hay quien se centra sólo en tratar de sacar partido barriendo para su único, concreto y limitado beneficio, sin que además, se le note.
Original punto de vista, José Luis
Un abrazo y suerte
Pues me temo que no, Ángel, ni calva ni con tres pelucas. Ni es Maquiavelo ni Teresa de Calcuta. Aunque una cosa tengo clara: si lo has entendido así, es que algo he contado mal. Su situación es bastante más simple: una mujer que tras dos frustrados intentos de ser madre, se vuelca con un crío que mendiga cercano a su casa. A partir de ahí, lo que quieras: duda, les ayuda, se ilusiona…, y probablemente sueña con lograr lo que no había logrado en sus dos intentos de maternidad: tener su niño. Y dado que la situación de los refugiados para entrar es cada vez más difícil, ella podría hacerse cargo del crío. ¿De verdad crees que una mujer que desea ser madre puede plantearse seriamente todo ese entramado maquiavélico, cuando además la adopción le va a resultar prácticamente imposible en esas circunstancias? (conozco a una pareja que te asombrarías de las pegas que tuvieron que vencer para lograrlo en un país sin guerras). Tras leer tu interpretación, me reafirmo más en que el título debió ser el que tuvo casi hasta el final: (lo explicaba en mi anterior comentario a Martín): “Entre la filantropía y la maternidad”.
Muchísimas gracias por leerlo, Ángel, y por tus comentarios. Hay que aprender de los errores. Y perdona la tardanza, a veces hay que priorizar.
Hola, José Luis,
Qué tal estamos?
Ya veo que sigues escribiendo con tu habitual tono irónico pero con una ternura siempre presente.
Me ha gustado mucho la mezcla que haces de la filantropía y la maternidad, en un contexto de malos tratos que no sería el mejor caldo de cultivo para ninguno de los dos valores.
«Falleció por golpes escalonados diversos»… menudo humor negro, José Luis!!!
Sigues en el taller? Qué tal todos? Cuéntameee…
Muxu bat
Marta
Hola, Marta
Gracias por tu comentario. De tu pregunta se desprende que tú tampoco estás en el taller ahora. Yo lo pensé unos días y al final se me echó el tiempo encima y lo dejé. La verdad es que me ocupa demasiado y no me sobra aunque pueda parecer otra cosa por mi situación laboral. No te he visto concursando, pero a lo mejor se me ha pasado. Avísame para que pueda hacerte una visita.
Gracias, Marta
Otro muxu, pero bikoitza
Caray, menuda filántropa tan poco interesada en el desinterés. Pese a ser discutidora y suponemos que algo borracha parece tener la mente lo suficientemente despejada como para tramar lo que trama. Esperemos que el niño, por lo menos, pueda disfrutar de una madre merecedora de recibir tal nombre. Enhorabuena, José Luis. Un saludo y suerte.
¡Uf!, Jesús, estoy intentando digerir lo del alcoholismo. Y también lo de discutidora. Aun así, creo que por el niño no debes preocuparte. Reaccionará bien. Alguien capaz de llevárselos a vivir a su propia casa, no puede ser una persona tan depravada como para luego hacerle daño. Algo debí arruinar en la conjunción, el léxico, la morfología…, o qué sé yo en qué parte del relato. Pero encima no me felicites, por Dios. Y para más recochineo me deseas suerte.
Gracias por leerlo
Curioso enfoque. A río revuelto, ganancia de pescadores. Y si la caña usada es la ambición, que no el instinto, de ser madre a cualquier precio, el cesto tiene muchas posibilidades de llenarse.
Gracias por tu análisis. Creo haber leído en alguna novela (casi me atrevería a decir que era en “La hija del tiempo”) que la maldad, como la belleza, suele estar a veces en los ojos de quien mira. Igual ocurre lo mismo con la comprensión lectora.
José Luis, diriges con acierto el relato hasta las mezquindades humanas envueltas en lazos de colores. Suerte y saludos
La imposibilidad de ser madre deja congelados unos sentimientos que, a flor de piel, esperan con anhelo un receptor que los acoja. La filantropía de emociones en la adopción es una alternativa perfecta para canalizar ese amor. Muy bueno, José Luis. Abrazos navideños y suerte.