17. HOMBRECITO
Cuando mi hermano mayor, mujeriego impenitente, heredó el reloj del abuelo, igualmente conocido por sus hábitos crepusculares, comprendí que no me quedaba mucho tiempo para crecer lo suficiente y convertirme en el cabeza de familia en caso de que a mi padre, como todo parecía indicar, se lo llevara una pulmonía o una descarga de fusiles, así que decidí hacerme grande por otros medios, empezando por pintarme bigote, impostar la voz y resucitar palabras en desuso, cambios de los que bien se burló mi hermano, pero que hicieron de mí un tipo serio por la imagen que proyectaba y curioso por el aire de petimetre tan impropio de un mocoso de mi corta edad, lo que también hizo soñar a mi madre hasta que, harta, se marchó de nuestro lado. Contra lo improbable de mi proyecto, al quedarme huérfano y solo tras una reyerta tabernaria entre mi padre y mi hermano, lo que también me situaba al frente de la familia, rescaté el reloj del monte de piedad y, habiéndome librado de aquella carga, comprendí que aquellos tipos no eran de los míos, ni tampoco lo eran de mi madre, que seguramente había escogido a otro para engendrarme.
No es fácil lo que has hecho: liar con maestría una historia completa utilizando dos únicas oraciones.
Siempre me gustó la sintaxis de largos periodos. Gracias por leer.
Un saludo
JM
Cada persona es única, pero también es cierto que la genética condiciona mucho. Tu protagonista, a la vista de las evidencias, diversas y, para él, concluyentes, no le quedaron dudas de que su padre tuvo que ser otro, así como que su hermano solo era hermanastro. Un muchacho resolutivo, con las cosas claras, al que no le tiembla el pulso a la hora de tomar el camino más coherente, todo un personaje para un buen relato, sobre el paso a la madurez y la responsabilidad.
Un abrazo y suerte, JM
Da gusto que te lean con esa agudeza, maestro.
Un saludo, amigo Ángel.
JM
Qué compleja es la vida de algunas personas, pero tú no los has dejado bien clarito la de este hombre. Mucha suerte para esta joyita!!
Besicos muchos.
Este lechuguino lo tuvo muy claro, desde luego.
Gracias por leer y comentar.
Un saludo
JM