86. I CAN (Rafa Olivares)
Hacía días que observaba al dubitativo Don Diego cavilando sobre dimensiones, luminosidad, colores y composición, cuando no esbozando bocetos que nunca le terminaban de complacer. Fue en un arrebato de impaciencia cuando me apoderé de sus pinceles y paleta de pinturas. Enseguida, y con extrema rapidez, plasmé sobre el lienzo, con trazos precisos y seguros, una de las obras que le harían inmortal y le granjearían el favor del Rey y la admiración de la Corte. Tuve la deferencia de no olvidar incluirlo en el cuadro con las mismas herramientas en la mano que, en ese momento, yo manejaba con gusto y destreza. Y aunque no lo firmé, ni siquiera con mi huella, dejé muestra de mi autoría representándome, con el gesto sereno y satisfecho de quien ha hecho un buen trabajo, tumbado a cuatro patas delante de las meninas.
Tú sí que puedes, Rafa. Y no nos hace falta que muevas el rabo ni que vayas olisqueando todo lo que se mueva. Ah, y sigue dejándonos tu impronta para que podamos acechar tu rastro y, así, ver si se nos pega algo. Sin bromas, muy bueno. Suerte y saludos.
Gracias, Jesús. Encantado de que te haya gustado.mun abrazo.
Hola, Rafael.
Buen homenaje al mejor pintor, a mi parecer y sin menoscabo de los otros muchos geniales, que vieron y verán seguramente los siglos. Pues resulta que la historia nos mentía, y los hechos, porque fue el perro y no el mítico sevillano el que culminó uno de los cuadros más celebrados. Curioso enfoque para un gran texto también. Un abrazote.
Hola, Martín. Es un intento de dar otra visión a la historia. Ese can también merece el homenaje del recuerdo.
Un abrazo fuerte.
Aquí si diríamos que nos metieron el perro, y fuiste tu Rafa. Genial como siempre.
Un abrazo y suerte.
El perro ya estaba ahí y merecía protagonismo, ¿o no?
GraciS, Molí. Un abrazo.
Un perro español, lo más español que nos podamos imaginar, reivindica el protagonismo que le corresponde en inglés, aunque da igual el idioma, pues sabe que forma parte del arte y éste, por definición, es universal. A mí me parece tan difícil que un genio como Velázquez hiciera lo que hizo que no me resulta tan raro que ese can fuese el verdadero artífice de la obra, lo que no quiere decir que con ello no me quite el sombrero ante otra muestra genial de humor y originalidad de ese señor creativo y siempre sorprendente que ha escrito esta joya.
Eres un fenómeno y ya está.
Un abrazo grande y suerte, Rafa
¿En inglés? ¡Ah! pues más a favor de que sea considerado el Primer Can (o I Can) de la Corte.
Gracias, Ángel. Tú siempre tan excesivo en tus comentarios.
Abrazote.
Rafa, con que soltura has dado ese giro en la historia homenajeando al autor y al animal, de paso. Suerte y saludos
La soltura de ese can. Jajaja.
Gracias, Calamanda. Felicidades por los Abogados.
Un beso.
La fidelidad de los canes llega a límites que nunca sospecharíamos… por cierto, que ya era hora de que se supiese y darle voz, jaja
Muy bueno, Rafa. Un saludo.
La de situaciones que habrán resuelto estos animalitos. Y menos mal que no hablan.
Gracias, Manoli.
Abrazos.
¡Qué original Rafa! Maravilloso ese perrito pintor, y menuda la fama y recompensa que merecía tal hazaña.
No sé si ha sido premeditado el título, pero ese «I Can», distinción honorífica y a la vez confirmación de su hazaña, el primer perro, que además es capaz. Genial Rafa.
Mucha suerte y abrazos.
Sí, Yashira, el título es muy premeditado. Tanto que, en un principio estaba narrado en tercera persona y lo cambié a primera para que tuviera sentido el Yo Puedo.
Muchas gracias por tus comentarios.
Un beso.
Me vas a perdonar si no te lo creo. Pero me ha hecho tanta gracia… 😀
Si te ha hecho gracia ya está premiado.
Gracias, Edita.
Un abrazo.
¿Quién dijo que los perros no pueden ser artistas? Don Diego Velázquez, seguro que no. Y a las pruebas me remito 😉
Un micro que es una obra de arte. Me encantó, RAFA.
Cariños,
Mariángeles
Grandes artistas, sin duda.
Muchos cariños, Mariángeles.
Exquisito maestro Olivares. Ya lo comentaremos en nuestra próxima cena (me toca invitar a mí) 😉
Me gustan lo percebes, te advierto.
Besos a la meiga de las letras.
Qué buena vuelta de tuerca y qué bien escrita.
Felicidades hermanito.
Gracias, melliza. Me ruborizas.
Abrazo.
Me ha gustado mucho, Rafa. Impresiones caninas, y las meninas esperándonos al final. Espléndido. Enhorabuena.
Celebro que te haya gustado, Antonio. Gracias por tus comentarios.
Un abrazo.
Ole tu perro!!!!
Cuánto tiene que agradecer don Diego a los animales representados en sus obras 🙂
Ahora bien, no ha elegido mala posición el «artista» para representarse en primer plano… Si no fuera por ese pie travieso que le aplasta su pelaje.
Buena historia, Rafa.
Un abrazooo
Si las mascotas hablaran…
Bien memorizada esa posición canina.
Gracias, Petra.
Abrazo apretao o apetrao, que para tí también vale.
Ingenioso, original, bien escrito y con humor. ¿Se puede pedir más? No lo sé, pero seguro que tu próximo relato nos sorprende más todavía. Besos y suerte.
No presiones, Ana, no presiones, que la excelencia contínua está reservada para unos pocos como tú.
Besos.
Rafa, quíen dice que los canes no puedan ser artistas. Original propuesta.
A las pruebas me remito. Gracias, Blanca, feliz con que la encuentres original.
Un abrazo.
Esto es imaginación y lo demás son tonterías. Me encanta, solo a ti se podía ocurrir semejante idea. Así pues el autor de las Meninas es… el perro!! Genial, yo creo que nadie te va a igualar en originalidad.
Besos
¡Qué bien que a tí también te parezca original! Reescribir la historia puede dar pie a fantasías divertidas.
Gracias, Asun.
Un beso.
Rafa, me ha gustado mucho el giro que le has dado a la historia de este genial cuadro. Muy original tu propuesta y que esté contada en primera persona le da mucho más protagonismo al perro artista. Enhorabuena.
Besos apretados.
Como ya he contado por ahí arriba, en principio lo escribí en tercera persona pero al encontrar ese título -cuánto me cuesta encontrar títulos que me gusten- bilingüe y biinterpretable lo cambié a primera persona para darle sentido a la versión inglesa.
Gracias, Pilar.
Abrazo prieto.
Otro perro, ese de Goya, potencial inspirador, sin duda, de buenos relatos.
Gracias, Juan, por tu siempre aguda percepción.
Abrazo de tu Piedra Angular.
Otro perro, el de Goya, con gran potencial inspirador de buenos relatos. Gracias, Juan, por tu siempre aguda percepción.
Abrazos de tu Piedra Angular.
Superoriginal y divertido relato, en el que nos presentas a un perro artista que no duda en regalar su obra y asumir su grandeza en silencio. Acabas de multiplicar el valor del cuadro por mil, ja,ja,ja. Abrazos y suerte, Rafa.
Si al saberse la autoría se revaloriza igual el resto de la obra de Velázquez se deprecia. Vamos a dejarlo como está y que se tome mi relato como fantasioso. Tú y yo nos reservamos la verdad.
Gracias, Salvador.
Un abrazo.
Ya sabía yo que había algo extraño en «Las Meninas» en las 327 que lo he admirado… Sabía que el mastín no estaba ahí porque si. El perro de Las Meninas no es sólo un objeto al que mirar, no está ahí para equilibrar la composición velazqueña. Sin duda, el pie de Nicolasito habla en ese rincón del cuadro con más elocuencia que la boca de muchos críticos de arte posteriores.
Me ha encantado tu relato, Rafa. Me gusta que le deis la vuelta a los cuadros de la manera que sea… Muchos besos y suerte.
Feliz de haber desentrañado, por fin, una de las grandes mentiras de nuestra historia del arte; pero más aún de que te haya gustado.
Gracias, Olga.
Un abrazo.
Contemplando Las Meninas, hace ya demasiados años, me sorprendió, precisamente, el perro del cuadro. Y ahora me encuentro con tu maravilloso relato, Rafa. Siento que me estabas haciendo un regalo a mí, sin saberlo… Gracias.
Un fuerte abrazo.
Pues tómalo como un regalo personal que tus buenas letras se merecen eso y más.
Gracias, María Josè.
Abrazos.
Hola, Rafael.
¡Qué callado se lo tenía el perro de Las Meninas! 🙂
Para no variar, original, con humor y muy bueno.
Enhorabuena y un abrazo.
Si todo eso le ha parecido a un championman qué más se puede pedir.
Gracias, Gabriel.
Abrazos.
Rafa, nos has desvelado el secreto mejor guardado sobre la verdadera autoría de Las Meninas de una forma divertida y muy convincente.
Al menos, eligió el mejor lugar del cuadro para pasar a la posteridad.
Muy buen relato. Felicidades.
Besos apretados.
Había que desvelarlo ya. Ese mastín merecía pasar a la historia por algo más que su presencia en el cuadro.
Gracias, wonderwoman.
Besos prietos.
Rafa, a mí me encanta de tus relatos la originalidad que siempre tienen al darle una vuelta de tuerca al tema propuesto, sin alejarte de él, impregnándolo de tu particular sentido del humor, y escribiéndolo tan bien, que da gusto leerlo. Si a eso le sumamos un título muy bien escogido, pues hace que para mí sea uno de mis favoritos este Can que nos has pintado.
Un abrazo.
¡Qué lástima que no estés en el jurado este mes!
Abrazo ruborizado.
Original, sorprendente, divertido, con buen ritmo y un título que le va al pelo. ¿Qué más se puede pedir? Y es que cuando hay buena inventiva…
Un abrazo Rafa.
Carme.
Si tiene algo de cada cosa de las que dices yo no pediría más.
Gracias, Carme, por tan generoso comentario.
Petonets.
Que bien nos conduces a ese final simpático. El título es otra broma. Es bueno reír de vez en can.
Siempre es saludable reir. Mucho más si es de uno mismo.
Gracias, Ximens.
Abrazo.
Has plasmado en este lienzo blanco que a veces tanto nos asusta, una maravillosa pincelada de palabras.
Un cuadro que tiene tanto misterio, como belleza y que bien podía ser cierto tu relato. La fidelidad y entrega de los canes puede llegar a hacer imposibles por su dueño. Me encanta esa huella que no deja plasmada para resaltar la de Diego.
Siempre nos sorprendes con tu originalidad y buen hacer.
Un abrazo grande Rafa.
Gracias, Mª Belén, por tus generosas palabras. No hay duda de que la inteligencia de los canes hace creíble esta y cualquier otra historia.
Un besote.
Siempre es agradable que nos regalen una sonrisa, y tú sabes muy bien cómo hacerlo, y además de forma original. Me hubiera gustado que Velázquez se hubiera hecho un «autorretrato» para ver la cara que se le quedó cuando vio su cuadro terminado.
Suerte y saludos, tocayo.
Tocayo principal, igual don Diego ya estaba acostumbrado a que el can le sacara de algún que otro aprieto.
Gracias por tu benevolencia.
Abrazos.
Hola Rafa,
«Y aunque no lo firmé, ni siquiera con mi huella…»
Bueno, en el cuadro no, lo que si no hay duda es un relato escrito con tan buen gusto y originalidad, por supuesto que deja huella.
Enhorabuena!
Un saludo
Gracias, Cecilia. Celebro que te haya gustado.
Un beso.
Querido amigo mío, ¿de dónde sacaste semejante idea? Qué bárbaro, jaja! Me encantó leerte, después de un tiempito de ausencia. Y con este texto tan original. Tengo cinco perros. Los estoy viendo e imaginando desesperarse ante mi falta de inspiración para escribir últimamente. No vaya a ser que alguno de ellos se trepe a mi escritorio y me haga regresar a estas añoradas páginas con algo que no sea muy vergonzoso de publicar. Un abrazo, Rafa. Buenísimo, como siempre!
Querida Consue, con cinco canes a tu vera solo tienes que mirar a cualquiera de ellos para que te surja alguna de esas entrañables historias que salen de tu lápiz. Sí, otra opción es dejarles a pata papel y lápiz para que alguno te haga los deberes. Jeje.
Anímate, no nos castigues tanto con tu ausencia.
Besotes.
Lo intentaré, amigo. Ahora con el nuevo tema. ¡Te quiero! Suerte!
¡Qué gial, Rafa!Te creerás que al leerte, he imaginado al perro poniéndose a dos patas y pintando el cuadro, pero como si fuera uno de aquellos dibujos animados con los que disfrutábamos de niños y, al acabar de pintar y tumbarse entre las meninas, todo (el cuadro, el perro) han dejado de ser animados para convertirse en el lienzo final. Lo he disfrutado mucho.
Suerte y abrazos,
Uy! Genial, quería decir genial, Rafa. No sé cómo me he comido letras y se ha transformado en gial.
Un beso
Gracias, Anna, celebro que lo hayas disfrutado.
Besos.