Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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71. ILUSIONES

Se levantó en mitad de la noche, aprovechando que la pequeña dormía. Sacó, con cuidado de no hacer ruido, la muñeca y la colocó en el sillón que estaba en frente de la puerta, para que pudiera verla nada más entrar. Volvió a mirar la carta, un poco rota ya en los dobleces, y esbozó una sonrisa al ver la letra redonda y grande que ocupaba casi media cuartilla: “ Queridos Reyes Magos, como este año he sido muy buena…”. En la cocina colocó tres tazas para sus Majestades y un recipiente con agua para los camellos. Ilusionada, volvió a la cama. Le costó dormirse pensando en la cara de su niña cuando viera la muñeca.
Por la mañana temprano fue a la habitación: “María,hija, despierta, ya han pasado los Reyes, mira a ver qué te han traído, vamos arriba” María abrió los ojos, miro los de su madre, se abrazó a ella, le dio un beso enorme y fue al salón. Lo primero que vio al entrar fue la Nancy, su Nancy. La que conservaba desde hacía casi cuarenta años. Volvió a abrazarla como en aquellos Reyes del 78 y lloraron juntas; su madre de felicidad.

16 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Dos personajes, madre e hija, unidas por la misma ilusión: la muñeca con la que jugó una niña hace cuarenta años y que vuelve a ser un objeto especial a pesar del tiempo. La actitud de ambas dice mucho de ellas, dos personas que no necesitan dejarse llevar por el consumismo o la novedad, felices con lo que tienen.
    Un relato lleno de sencillez, sensibilidad y ternura.
    Un abrazo, Sandra. Suerte

  2. Martín Zurita

    Hola, Sandra:
    Un relato inocente, tierno en principio, da un sesgo brutal con el cierre que nos cierra la garganta. Un espléndido texto. Mi muy más enhorabuena. A ver si con textos como el tuyo, se despiertan algunas conciencias, las del poder y les da por investigar tantísimas enfermedades. Las enfermedades raras no son tan pocas como su nombre nos haría pensar.
    Un beso grande.

  3. Hola, Sandra, un placer leer un relato tan tierno y triste a la vez. Qué penita saber que tu hija «no crece» y sigue siendo una niña aunque con 40 años. Me acuerdo de la Nancy nada que ver con la que la sustituyó. A mi personalmente la espigada y perfecta Barbie, no me gustaba nada, evité el mayor tiempo que pude para que nadie se la regalara a mi hija…
    Un beso grande.

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