84. IMITANDO A LOS MAMÍFEROS
Tengo un galgo que se cree que es un gato, y siempre anda persiguiendo a mi gato Pumby, que a su vez piensa que es un pájaro, incluso ensaya el vuelo cuando intenta dar caza al gorrión de las 11 de la mañana que acude a su cita en la terraza. Desde mi silla de escribir observo la escena repetida de la persecución en cadena cuando de repente, el pájaro se detiene, se gira, y lanza un bufido de amenaza a Pumby, erizando sus plumas y mostrando las uñas. Desconcertados, ambos perseguidores se quedan inmóviles, la escena se congela y ese instante lo aprovecha el gorrión, un día más, para escapar corriendo como un galgo.
Todos los animales tienen sus estrategias. En un mundo de papeles cambiados, la presa más pequeña e indefensa resulta ser la más astuta, al aplicar las armas de sus depredadores, a quienes desconcierta lo justo para escapar..
Un juego de simulaciones en cadena, que puede que sean fruto de la fantasía del escritor-narrador de esta historia, además de fruto de la imaginación del verdadero autor.
Un saludo y suerte, Fran
Gracioso relato circular. Así podrían estar hasta su eternidad!
Me gusta la estructura circular del relato, y también ese afán de los animales de querer ser lo que no son, como le pasa a tanta gente. Bien elegido el título.
Un abrazo, Fran.
Fran, está genial. No son pocos los casos de gatos criados entre perros, que intentan ladrar. O corderos que juegan con lechones, creyéndose uno de ellos. Es alucinante la importancia que tiene la socialización, incluso en animales no humanos.
Un abrazo y suerte.