101. Importancia de los nombres
Lo curioso es que Pie Grande no se llamaba así desde el principio, en realidad no se llamaba de ninguna manera, ya que seguramente se trata de una criatura legendaria. Pero sea como fuere, Pie Grande andaba como de costumbre deambulando por su inmensa heladera del Pacífico noroeste cuando un día encontró una enorme huella. Tras observarla unos instantes, hizo lo que cualquiera y calzó su pie en el hueco advirtiendo enseguida que se acoplaba de maravilla al mismo, de modo que empezó a llamarse Pie Grande.
Y como era de esperar, poco más allá encontró otra huella y después otra y otra y atravesó estepas y cordilleras durante meses y años que también le fueron dejando su huella para echarle una mano. Tras cruzar andando sobre el agua de cada río, aprovechaba para rebautizarse, Wendigo, el Yeti, Migou o sabe Dios cuántos más. Todo esto puede seguirse en el National Geographic. Lo que de verdad importa es que ahora se llama Chuchuna y hoy me ha tocado como premio en una tómbola. Lo he llevado a casa y en cuanto ha llegado, se ha puesto a jugar a monta y cabe con mi hijo, vamos, ni hecho a medida.
Ignacio, es original y bien escrito, y su buen final, bastante imprevisible y divertido. Suerte y saludos
Muy divertida la forma en que has desarrollado el tema del mes.
Me lo he pasado muy bien leyéndote.
Un abrazo.