24.Incandescencias (Manoli VF)
En mi casa el arte respiraba fuego. Fuego que incendiaba las casas de los vecinos desde lejos. Nunca entendí el humo que extendían mis poemas, la rabia abrasadora que destilaban las acuarelas de mi hermana, o el volcán que emergía de las esculturas de bronce de mamá, despertando lenguas de lava que no cesaban de escupir sobre nosotros. «Familia de locos» era el nombre que daban, de forma unánime cada vez que en alguna reunión común salía a relucir alguna de nuestras aficiones. Papá callaba, agachando la cabeza ante la gente como si pidiese perdón, y al llegar a casa, desataba un huracán que le salía del pecho y arrasaba con todo lo que encontraba. Durante días fingíamos vivir como seres civilizados y manteníamos apagada la chimenea pero, en cuánto el aliento del frío se acercaba a cualquiera de nosotras, todas las letras, colores y figuras, que habitaban en silencio en nuestros corazones volvían a provocar incendios.
Hola, Manoli. Consigues que sintamos ese ansia ardiente que parecen generar las diversas artes cultivadas por los miembros de esa curiosa familia. ¿Será al revés, y ese calor es previo y, por lo tanto, un detonante de las creaciones salidas de su influjo? ¿Será, tal vez, una historia con algo de verdad autobiográfica? ¿O, llámame loco, un texto, eufemístico, sobre un posible maltrato? Mejor lo dejo, para no meterme en más berenjenales. Sin bromas, me ha gustado. Suerte y un beso.
Querido Jesús. Hace mucho tiempo que quería escribir sobre el tema. Son interesantes las preguntas que planteas y te diré que al escribir las letras beben en el tintero de la realidad, en el de la fantasía, las emociones y el imaginario que llevamos dentro, a veces conscientemente y otras no.
El tema del maltrato esta aquí referido al arte, a ese intento de «suprimir» cualquier asomo de creatividad o de clasificarlo como «insano», la figura del artista siempre está en un terreno de nadie o peor decir: en un terreno inhóspito hasta que se le reconoce y acepta. En este sentido, mi humilde texto intenta ser una lanza a favor de la libertad de creación.
El fuego, es aquí doblemente simbólico: las chimeneas interiores frente a la lava del exterior.
Decir que te agradezco tu certero análisis es decir poco.
Muchas gracias, Jesús. Un gran abrazo.
Es verdad que el arte casi siempre está en entredicho, sobre todo cuando intenta salirse de los cánones establecidos. Y que real ese fuego que te come por dentro y que te obliga a soltar lo que llevas dentro.
Me ha gustado mucho Manoli. Mucha suerte!!! Besossss!!!
La diferencia no siempre es aceptada y en las pequeñas comunidades se nota más todavía. En el caso del «arte» es aún más difícil cuanto que no es un concepto objetivo.
Concuerdo con tus palabras, Juancho, muchas gracias por tu visita y buenos deseos. Me basta con ellos 😉
Abrazo grande.
Manoli, el destacar de alguien suele generar desasosiego en los demás; lo dices fenomenalmente. Suerte y saludos
Magnífica la imagen sobre la que construyes tu relato: el fuego como símil de la actividad artística; vivida desde dentro, percibida desde fuera…
Enhorabuena, Manoli
Un afectuoso saludo y mucha suerte
No se si es el destacar, Calamanda, o el ir en diferente dirección el que causa incomodidad, quizá porque hace plantearse la propia posición, no lo se.
Muchas gracias por tus buenos deseos, y por tu lectura y palabras.
Un abrazo.
Muchas gracias, Nuria. Es un fuego de doble llama, por así decirlo: el que surge dentro de la persona que siente la necesidad creadora, y el que desata, involuntariamente, en los demás.
Muchas gracias por tus buenos deseos, no hago mucho caso a la suerte por estos lares. Me basta con que te haya gustado.
Un saludo.
El fuego de la inspiración, de necesitar expresarse de un modo u otro es muy difícil de apagar; pero… es un buen fuego. Tu familia de artistas tienen unos vecinos un poco exagerados, creo yo, con todas las de perder en esa batalla.
Muy imaginativo el micro. Felicidades
Acerca de lo artístico hay una frase de Paul Klee que me gusta especialmente y que dice que: «El arte no reproduce lo visible, sino que hace visible lo que no se ve» hay cosas que muchas veces no quieren llegar a verse y, quizás, en ese aspecto el arte pueda ser un poco molesto o incomodar, toda vez que nos hace salir de «la zona de confort».
Muchas gracias por tu lectura y palabras, Luisa. Un abrazo.
Manoli, he leído tu contestación anterior y me ha parecido muy interesante. En cuanto nos intentan sacar de esa «zona de confort» de lo trillado y comúnmente aceptado, parece que no somos capaces de disfrutar de lo diferente. El Arte, con mayúsculas, es arte por ser producto de la inspiración y, esta, se basa en extrañeza, por naturaleza.
Un fuerte abrazo y suerte.
Tú lo has dicho, María José. El arte es expresión de lo que nos extraña o nos conmueve y está muchas veces en contraposición a lo que se muestra, por eso la «misión» por así decirlo, del artista, es extraer esa perla enquistada que no está siempre al alcance de la vista.
Otro abrazo grande para ti.
«en cuánto el aliento del frío se acercaba a cualquiera de nosotras, todas las letras, colores y figuras, que habitaban en silencio en nuestros corazones volvían a provocar incendios». Menuda frase, Manoli. Un compendio de significados. Una metáfora (como todo el relato) referente a las manifestaciones emocionales y relaciones humanas.
Me gusta la puesta en escena. Me gusta ese fuego contenido en cada una de tus palabras.
Un abrazoooo grande y mucha suerte.
El fuego es un elemento ambivalente, que puede significar la vida y la muerte, pero que también, simbólicamente, significa renovación. En el crisol del artista el fuego es creación que permite transmutar la emoción en arte.
Muchas gracias a ti, Amparo, por tus generosas palabras. Abrazo grande.
Directamente has ido al corazón del artista para fundamentar este relato que se desliza desde el volcán originario donde reside el magma de la creación. Tocas esa esencia latente en todo lo creativo que responde a la necesidad de dar respuesta a un estado interior que resaltas en esa contraposición de conceptos fuego/frío.
Desde cualquier perspectiva es un relato muy conseguido, según mi parecer, Manoli. Ya sabes, opinión de artista. Un beso.
Siempre he sentido que el arte es algo tan «sutil» y tan «Subjetivo» que está siempre colgando del hilo del contexto y la época en la que se mueva. En este sentido, no es lo mismo un artista que nace en la cuna del arte, mecido por un ambiente propicio, que el artista que nace en el campo, alejado de cualquier mecenas y, por así decirlo, sin genes que fundamenten esa inclinación. No es fácil en el segundo caso perseverar, pero no hacerlo es claudicar a las circunstancias y el «yo» del artista (o creador, que suena mejor) necesita expandirse y continuar creando para sobrevivir. Así lo creo al menos, y así lo siento, Manuel.
Muchas gracias por tu lectura y palabras.
Qué apasionadamente transmites esa necesidad ardiente, urgente de crear. Cuando un artista siente esa llamada no hay voz ni orden que pueda contenerla. Por supuesto, ni debiera.
Se siente el pálpito de ese ardor en el corazón al leerte.
🙂
Tú lo has dicho, Isabel, nada ni nadie puede «encubrir» o «tapar» ese ardor creativo que aflora en la naturaleza del que necesita crear, como una forma de subsistir. Me alegro de que mi texto te llegase.
Muchas gracias por tu lectura y palabras.
Un abrazo.
Transmites con enorme fuerza y belleza tu idea, Manoli, y me has hecho recapacitar, o quizá volver a pensar, sobre el asunto de la creatividad artística. Ese fuego interior supongo que estará en mayor o menor medida en todos cuantos tenemos dicha inquietud, pero en algunos casos es tan intenso que necesita ser manifestado de un modo u otro (no es el mío, desde luego, que con un relatillo de vez en cuando me quedo a temperatura ambiente, jajaja), por lo que no conviene que sea reprimido.
Estupenda historia. Suerte con ella.
Un abrazo.
Muchas gracias, Enrique. Has captado la esencia de mi texto: esa llama, que pugna por manifestarse de una forma u otra, pero imposible de acallar. Respecto a mi experiencia personal, te cuento que para mí escribir (para bien o para mal) es como respirar, una suerte de pulsión que me ha acompañado (aunque suene extraño) desde antes de aprender a coger el lápiz y de aprender a leer incluso. Los cuentos, al principio en su primera manifestación -la oral- y después en la manifestación escrita, han formado siempre parte de mi vida.
De nuevo, gracias por tu tiempo y palabras. Otro abrazo para ti 🙂
Pues sí, tal como dices en tu comentario a mi relato, «La casa del viento», ambos relatos, el tuyo y el mío, se dan un aire, cada uno apoyado en un elemento. Lo bonito de la escritura es que a pesar de que se dan un aire y en cuanto al fondo pueden ser muy similares, en la forma, la manera de expresarlo es muy distinta.
Tu relato tiene mucha fuerza, me ha gustado. Mucha suerte y un abrazo.
Bebemos de la fuente del inconsciente colectivo, de nuestras lecturas y de nuestras propias circunstancias y vivencias y, quien sabe cuántas cosas más que no alcanzamos a describir. De alguna forma, los que escribimos, llegamos a ser hermanxs de letras, al menos yo así lo creo. También a mí me ha gustado mucho tu texto, Esperanza.
Otro abrazo.
Hubo una época en la que ocurría lo que relata en micro. Todo artista generaba desconfianza, se le tacha de gandul y degenerado en muchas cosas. Se penalizaba el arte (Aún hoy en día ocurre). Había que ser hombre de provecho. Y mujer de ama de casa. Así que no me extraña la vergüenza del padre y su huracán, pero nadie puede frenar a la naturaleza. Interesante y reivindicativa apuesta la tuya. Suerte.
No tan lejana, Javier, esa época, puedo asegurártelo. Condiciona mucho la cuna, el lugar de nacimiento y el entorno. No es lo mismo estar en un ambiente de artistas que en un ambiente que es todo lo contrario. En cualquier caso, los unos por la influencia y los apellidos y los otros, por el desprecio o la ignorancia que sufren, todos tienen que luchar para ser reconocidos como tales, con identidad propia.
En cualquier caso está en la naturaleza de todo artista la rebeldía, esa inconformidad con la realidad que le empuja a buscar otra plasticidad, muchas veces invisible para los que lo rodean.
Muchas gracias por tu tiempo y palabras. Un abrazo.
El fuego que te incita a transferir tus emociones, exponer tus interioridades y plasmar tus anhelos. En el exterior puede soplar el viento helado de la indiferencia y la incomprensión, pero esos rescoldos incandescentes siempre reconfortarán tu alma. Un relato que, para mí, es un precioso alegato a la valentía y a la necesidad de compartir emociones. Me ha encantado, Manoli. Abrazos y suerte.
Muchas gracias, Salva. Me gusta eso que dices de la valentía. A veces no resulta fácil vencer nuestros miedos y aceptarnos como somos, pero creo que renunciar a hacerlo es mutilarnos a nosotros mismos, por eso la valentía, a la hora de seguir nuestras vocaciones es esencial, y también supone la prueba de fuego -valga otra vez el elemento- que define si realmente es tu camino o no, pues cuando la naturaleza está ahí, no se puede negar.
… Y si, también pretende ser un alegato reivindicativo de la expresión del arte en cualquiera de sus manifestaciones.
Muchas gracias por tu tiempo y palabras. Me alegra que te haya gustado. Abrazo grande.
Como relato sobre el arte y los artistas, el tuyo es el más completo de los que he leído hasta ahora. Y me explico: tu metáfora del fuego como energía creadora, el rechazo que produce en el resto de la sociedad, los intentos de ellas (solo las mujeres de tu relato parecen tener «el don») para no destacar… Resumiendo: fantástico.
Suerte y abrazos,
Muchísimas gracias, Ana. Tal y como he dicho al responder a los comentarios, en ciertos ambientes y entornos, todavía es reprimido y mal visto cualquier manifestación de arte que rompa con los moldes establecidos. Hay que vivirlo para sentir que es cierto.
Muchas gracias por tu lectura y tus generosas palabras. Un abrazo muy grande.
El fuego de la creación artística prende sus llamas allá donde se encuentre y no hay huracán que lo apague, por mucha incomprensión o recelo que suscite en el entorno en el que surge. El rechazo se produce, en ocasiones, por ignorancia o extrañeza; en otras, por incomodar y subvertir el orden establecido.
Tu relato, Manoli, ha suscitado una reflexión continua en todos los comentarios. Has abierto un interesante debate sobre el tema de este bimestre.
Y,además, es una historia hermosa la de esta familia con tanta pasión creadora.
Me ha encantado.
Enhorabuena y un beso.
Me gusta esa determinación que muestras, Carmen, al afirmar que la llama del arte prende allá dónde se encuentre, independientemente de que el entorno sea favorable o no. Quizás es eso, lo que define al verdadero artista, esa capacidad de superar los obstáculos y aún tomarlos como impulso.
El debate es ese: vivir la diferencia y abrir los ojos a los que quieren tenerlos cerrados pero no pueden, porque si pudiesen no mostrarían tanto ahínco en suprimir la expresión de los otros. A Propósito de este «mostrar» recuerdo siempre una frase de Paul Klee que dice: «El arte no reproduce lo visible, sino que hace visible lo que no se ve».
Muchísimas gracias por tus palabras y análisis, Carmen.
Otro beso de regreso para ti 🙂
Buena microalegoría. Seguro que lo tiene en cuenta el jurado. Suerte.
Muchas gracias, Lorenzo. El arte en sí es casi siempre una alegoría de lo que no se ve o lo que, a veces, no se quiere ver, pero está ahí, aunque solo sea en la mente del artista.
Un gran abrazo.