116. Incurable
Era especialista en fabricarse máscaras. Las tenía de todas clases y para cualquier ocasión. Unas las usaba en fines de semana, otras para reuniones familiares. Las más tiernas se las ponía en navidad y las alegres en vacaciones. En carnaval, ni falta le hacían.
Cuando un día quiso verse de verdad frente al espejo, las máscaras se sobreponían unas encima de las otras, en una lucha continua por sentirse auténticas en su rostro.
No hubo manera, el semblante que creía haber contemplado alguna vez, no existía, nunca volvió a reconocer su nariz, ni las comisuras de los labios, ni el lunar en la mejilla. Ni siquiera pudo atisbar cómo era su sonrisa.
De tanto enmascararse uno ya ni siquiera se reconoce a si mismo.
Virgi, que bonita manera de interpretar la falsedad que a veces hace irreconocible la propia existencia. Me ha encantado, pero eso no es nuevo!!
Suerte y besicos muchos.
Me temo que más de uno nos vamos a ver identificados. Yo creo que soy una en casa, otra en el trabajo, otra escribiendo aquí… y así sucesivamente.
Saludos
virginia, la idea de esa confusión que nos llega, a veces, forzada por situaciones extrañas o que no manejamos bien, está bien expresada. Suerte y saludos
Me gusta, algunas personas son así, de tanto llevar máscaras a veces se pierden.
Suerte.
Besitos
No reconocerse a si mismo, espeluznante. Breve pero con contenido.
Suerte y saludos.