63. Inmovilizados
¿Quieres saber lo que veo desde el edificio más alto del mundo? La humanidad fuera de control. Necesitamos poner orden en este caos. La gente vive cada vez mejor mientras nosotros generamos cada vez menos riqueza. Hay que desequilibrar la balanza de nuevo. ¿La solución? Condicionar sus mentes, sus vidas. Debemos conocer dónde están en tiempo real, lo que hacen, tener acceso a sus gustos, a sus intimidades, les guiaremos a consumir cosas inútiles y les inculcaremos nuestra versión de la realidad. La información es poder, así de sencillo. Por extraño que te parezca, serán ellos los que se peleen por comprar estos dispositivos. El impacto crecerá de manera exponencial en las generaciones venideras. No lo verán venir. Pero es crucial ser pacientes. Empezaremos ofreciéndoles un producto atractivo que puedan llevar encima y que lo vean, sobre todo, inofensivo. Te presento el primer prototipo que tan solo permite hacer llamadas. Hazme caso, no habrá vuelta atrás.
No ha habido vuelta atrás, no, señor Cano. Buena historia y gran micro, con su carga de profundidad. Y muy bien interpretado el tema de las apariencias engañosas. Un abrazo de un Canofán.
Muchas gracias, Jesús.
Un fuerte abrazo
La información es poder y los móviles, aparte de la las llamadas, saben mucho más de nosotros de lo que nos gustaría. El personaje visionario de tu relato ha sabido entrever lo que podría suceder con estos dispositivos, aunque no sé si hasta el punto de comprender la dependencia que tenemos de ellos, que ya parecen una prolongación del propio cuerpo. Si nos diesen a elegir vivir sin una oreja o sin un móvil muchos dudarían. Cada vez es más difícil ser diferente, salir de la rueda en la que nos encontramos.
Un relato inquietante, que desenmascara las bondades de una tecnología que forma parte de nuestras vida y consideramos imprescindible, con una conspiración de control de la que sería difícil sustraerse.
Un abrazo y suerte, F. Javier
Muchas gracias, Ángel. Lo que me preocupa realmente es lo que les condiciona a los jóvenes.
Un fuerte abrazo
Javier, ¿los controlamos o nos controlan? Desde luego que a veces las apariencias nos engañan. Pero,¿qué haríamos ahora sin ellos?
Buen texto que nos hace darle vueltas al coco, aunque mejor pensemos en los beneficios que nos reportan, alguno habrá seguro… Difícil saber si son ellos los que nos condicionan y condicionan a los jóvenes como dices, o somos nosotros los que hacemos mal uso de ellos como sucede con otras tantas cosas que nos cargarmos poco a poco.
Está genial que hagas trabajar la mente de los lectores y así nos dejemos de tanto móvil , jajaja
Abrazo
Muchísimas gracias por tu comentario, Aurora.
A darle vueltas que es lo que nos gusta y así, de vez en cuando, se asoma alguna musa de soslayo.
Un fuerte abrazo
Señor Cano, esto es lo que se llama un micrazo, que te deja rumiando, pensando, analizando por qué te ha dado la vuelta la cabeza y tienes los pelos como escarpias y sobre todo, aplaudiendo cómo manejas el género. Aluvión de gerundios y aplausos y mucha suerte.
Muchas gracias, Elena. Se agradecen mucho tus palabras.
Un fuerte abrazo