73 Intuiciones (Pablo Cavero)
Me ayudó a subir el carro de la compra, el día que el ascensor no funcionaba. Siempre sonreía con saludo amable y extremada educación. Desde que llegó el inquilino del segundo nunca hubo quejas sobre él. Un tipo normal que caía bien a todos los vecinos, excepto a mi hija adolescente que me decía no fiarse del «mosquita muerta».
Me quedé helada cuando apareció en las noticias como el sicario de la ruleta rusa. En el barrio el chismorreo duró un mes. Desde entonces soy más suspicaz y escucho con la máxima atención las intuiciones de mi niña.
Bien sabemos que muchas mujeres tienen una clarividencia que roza la magia, lo hemos podido comprobar fácilmente a lo largo de nuestra vida, y quien será porque no quiera verlo, en primer lugar, con nuestras madres.
Habría que prestar oído, o al menos conceder el privilegio de la duda, a quienes muestran signos de saber mirar más allá, incluso aunque se trate de personas en la nada fácil etapa de la adolescencia. Cuántas veces no habremos escuchado, en las noticias, testimonios de vecinos de un delincuente o criminal diciendo que parecía buena persona.
Un abrazo y suerte, Pablo