27. INVOLUCIÓN
Estaba estudiando para los exámenes de febrero, con la compañía inseparable de la radio. Pero esta tarde-noche iba a ser diferente.
La muchacha, que había tenido un accidente, estudiaba con su pierna enyesada en alto, mientras escuchaba la votación a la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo como presidente del Gobierno.
De repente empezaron a escucharse gritos y disparos. El locutor, que continuó emitiendo en tono quedo, afirmó que estaban entrando en el Congreso, guardias civiles armados.
Incrédula, y arrastrando su pierna lesionada, salió al pasillo acompañada de sus asustadas compañeras. En el Colegio Mayor, cercano a La Moncloa, convertido en un hervidero de idas y venidas, las estudiantes intentaron conseguir información sintonizando emisoras y la televisión, con la esperanza de averiguar lo que pasaba, mientras oían de fondo el ulular de sirenas.
Aquella larga noche, en la que se temió la instauración de un Gobierno Militar y la pérdida de libertades, la joven tenía otro miedo añadido.
Su madre llegaba desde La Coruña, ajena a aquellos acontecimientos, en un expreso casi vacío, ocupado por miembros de la Seguridad del Estado. Estos le ordenaron que se instalase en el Colegio Mayor a la espera de que se clarificara la situación política.
Gloria, tiene un ritmo tan bueno que parece escrita del tirón. Suerte y saludos
Muchas gracias, Calamanda. Es una narración real, que me ocurrió el 23 F, aunque me había salido más largo y he tenido que podarlo. Gracias por tus halagos. Un beso de Gloria
La radio fue un elemento fundamental esa noche del 23-F. Yo también estaba estudiando, un examen de Historia del Bachillerato de entonces (B.U.P), que abandoné precisamente para escuchar la radio y ver la televisión. Al día siguiente rogamos al profesor que lo desconvocara dadas las circunstancias, pero hubo que hacerlo igual, no sé ni cómo saqué un notable. Me has hecho recordar estos momentos, históricos y comunes, pero también particulares. Los que vivimos aquello no olvidamos lo que estábamos haciendo. Te cuento todo esto porque pienso que en este relato hay también, como en mi comentario, un toque autobiográfico, aunque quizá me equivoque.
Un abrazo y suerte, Gloria
Muchas gracias Ana. Quizás así era más redondo pero me pareció que sería curioso comentar el encuentro de mi madre con presuntos miembros de lo que ahora sería el Cesid y la recomendación que le hicieron. Se quedó de piedra ya que no se había enterado de nada. Un beso de Gloria.
No, Ángel es real. Era lo que estaba haciendo esa tarde y también es real el viaje de mi madre, que no se había enterado de nada por que antes de coger el tren había estado en la peluquería.
Se extrañó y preguntó al ver la gran cantidad de policías en ambas estaciones y por lo extrañamente vacío que iba el tren.
Mientras las chicas estábamos temblando ya que estábamos lejos de nuestros hogares y muy cerca de uno de los lugares más importantes y en ese momento peligroso del país.
La noche se nos hizo eterna…
Gloria, narras algo que vivimos muchos estudiantes aquella noche, que poco pudimos estudiar… Por eso, tal vez, me suena tanto a real, a vivido, a casi escrito por mí 🙂 Ahora, en la distancia del tiempo, todo se ve con más calma, como otro momento histórico, pero entonces, quienes lo vivimos, estábamos llenos de preocupación y miedo. La noche de los transistores. Buen momento elegido para tu relato.
Un abrazoooo
Sí, Amparo. Fue una noche eterna en la que nos jugábamos el futuro. Hasta que salió en la tele el Rey desconocíamos lo que estaba pasando y lo largo que fue el secuestro de los diputados. La verdad no las teníamos todas con nosotros.
Era tan fácil que alguien hiciera una tontería y se desatará una masacre…
Gracias por comentar. Me alegro que te haya removido tus recuerdos, es como vivir dos veces lo mismo.
Así sabemos valorar más la libertad. Besos mil de Gloria
Difícil olvidar aquella sesión de radio. La viví en un colegio tb UF qué recuerdos. Suerte
Entonces entenderás mis miedos, como los de tantos ciudadanos que no sabíamos en que derivaría aquella locura. ¡Qué tiempos!
Por la distancia y un océano por medio no se de que se trata pero me gustó como lo narraste.
Un abrazo y suerte.
Moli narro como viví el intento de Golpe de Estado de Tejero en España el 23 de febrero de 1981 cuando retuvo a todos los diputados y al Gobierno en funciones mientras se votaba al nuevo presidente del Gobierno.
Fueron unas horas terribles en las que todos los españoles temíamos perder la democracia o que aquello derivara en algo peor.
Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo. Gloria
Muchas gracias por dezasnarme, por la distancia se pierden muchas cosas que con el tiempo llegamos a conocer. Hoy la noticias están casi al instante.
Un abrazo.
Sí, Ana fueron muchas las cosas que se vivieron ese día, muchos los miedos que anidaron en muchos corazones y la actuación de algunos valientes gracias a los cuales supimos lo que pasó.
Entre ellos dos compañeros de Efe que sacaron a escondidas las fotos que realizaron ese día en el Congreso.
Tenemos que agradecer su valentía a ellos y a otros que estuvieron a la altura ese día, frente como dices a los cobardes.
Un abrazo de Gloria
Otro momento histórico de la radio, por entonces más acusado por no existir otras vías de información. A día de hoy cuando pasa algo, todavía hay mucha gente que corre a encender la radio. Lo has descrito muy bien y estoy seguro que has devuelto a mucha gente a ese momento. Mucha suerte 🙂
Gracias Juan Antonio. Como dices aunque ahora hay periódicos digitales, que entonces no había, la radio sigue significando la inmediatez informativa. Y es que sólo se necesita un micrófono para informar de lo que pasa en el mismo momento en el que ocurre.
Y ese es uno de sus principales valores, la inmediatez.
Gracias por tus palabras. Recibe un fuerte abrazo de Gloria.
Crónica recordatoria de la memoria colectiva. Para que nadie lo olvide. ¡Qué miedo pasé aquel día interminable!
Creó que cómo todos. Cuánto se sufre cuando se desconoce el desenlace. Aquel día los significados políticamente tuvieron que desaparecer de sus casas e intentar escapar o esconderse.
!Cuánto terror desataron aquellos guardias civiles! Esperemos que jamás se repita. Gracias Edita por comentar. Un abrazo
Comentas en tu relato que: larga noche. A mí se me hizo interminable. Me encontraba haciendo la mili en Santander, con dieciocho años recién cumplidos, y aquel día era el suboficial de guardia del regimiento. Te puedes imaginar cómo el TERROR se iba apoderando de mí aquella noche de los cuchillos largos.
Tu relato me ha llevado de puntillas por ese celuloide olvidado que reposaba inerte en algún rincón de mi cerebro.
Suerte,
Ton.
Me imagino que sentirías terror, sin saber a que a atenerte y con el temor a tener que obedecer a alguna orden inadecuada de algún mandamás involucionista.
Al final todos tuvimos suerte y lo que podía derivar en un acontecimiento peligroso terminó de forma incruenta.
Gracia por comentar Tony. Un abrazo de Gloria.
Enhorabuena por tu relato autobiográfico, Gloria. Me ha parecido una crónica estupenda. Suerte.
Gracias Izaskun. Más de 30 años después nos parece increíble esta crónica pero los que lo vivimos pasamos mucho miedo. Espero que esos tiempos no regresén jamás. Un beso. Gloria
A mi el 23-F me pilló en EGB y mi recuerdo es más de TV que de radio, aunque queda para la historia la extravagante narración del asalto al Congreso que hizo José María García, que lo explicaba como si estuviera retransmitiendo la Vuelta a España. En fin…
Dicho esto, te felicito por la fuerza evocadora de tu relato, Gloria.
Besos.
Gracias Carlos, es que este era uno de los momentos que me vienen a la memoria cuando nombró la palabra radio.
Es uno de los instantes que me dejaron una mayor impronta. Un abrazo. Gloria
Buen final para esta historia perfectamente ambientada en un hecho histórico que nos coge cercano a casi todos. Me ha gustado, Gloria. Sin duda la radio nos unión en aquella ocasión a la gran mayoría como pocas veces.
Un abrazo.
Sí, yo lo recuerdo como la noche de los transistores, todo el mundo cambiando insomnes de emisora para buscar información. Todos temerosos y unidos por la preocupación de poder perder en una noche lo que tantos años costó alcanzar. Gracias Enrique por tus comentarios. Un abrazo.
Aunque desde América esta historia se vivió de otra manera, la familia y amigos dicen que fueron momentos espantoso.
Buen relato y un abrazo Gloria.
Sí me imagino que desde lejos se viviría con incredulidad pero no con el miedo y el estupor con que se vivió aquí. Gracias por tus palabras. Un beso. Gloria