24. JESSE
Jesse se hallaba en los vestuarios a punto de salir a competir en aquella olimpiada boicoteada por algunos, maldita para muchos. Él era tan sólo un hombre negro abriéndose paso en la vida. Por mucho que detestara la discriminación racial, había preferido el fatalismo a la lucha por cambiar su condición. Y así había sido siempre, hasta ese momento.
El presidente del comité olímpico americano le acababa decir: “Hijo, América te contempla”. América, ¿qué América? Jesse miró la bandera bordada en su camiseta y pensó en los jóvenes negros linchados por silbar a una blanca y, también, en las cafeterías en las que no le servían, en la obligación de sentarse en la parte trasera de los autobuses y en mil injusticias más. Cien metros, si ganaba no sólo ganaba él, todos los negros de su país triunfaban.
Banderas con esvásticas ondeando y un bosque de brazos haciendo el saludo fascista le recibieron.
Jesse Owens, nieto de esclavos, corrió durante aquellos diez segundos de gloria como jamás nadie lo hizo, sintió que su cuerpo no pesaba, que le habían brotado alas. Adolf Hitler, airado, abandonó el palco. Un hombre negro había desmentido la superioridad de la raza blanca.
Sea cierta, o no, esa forma de actuar de Hitler ante la victoria de Jesse, nos narras de forma periodística y clara los prejuicios raciales sufridos por él y sus coetáneos, y su intento, mediante la consecución de logros deportivos, de conculcarlos, aunque no le sirviese de mucho. Enhorabuena y un saludo.
Bueno. Filmado está que Hitler se levantó de mala hostia y abandonó el palco. Pero es que siempre tenía cara de mala hostia.
Un abrazo, Jesús.
Un relato que nos muestra esa instantánea que leyenda o no, mucha gente hizo suya y explicó tantas veces que hasta el propio protagonista incorporó a sus propios discursos. Mucha suerte !!
Bueno, preferimos el mito a la estricta e impura verdad histórica. Mi micro sigue la estela del mito.
Gracias.
Hécto, bien descrito ese momento historico y el giro final. Suerte y saludos
Gracias por comentar.
Felicidades por partida doble: primero, porque has conseguido meter un montón de cosas en sólo 200 palabras; segundo, porque yo también quería haber escrito algo sobre Owens, aunque al final me salí por la tangente (para variar) y me alegro, porque me habría sido imposible hacerlo tan bien como tú. Bravo, bravísimo, como decía Vicky el vikingo: ‘estoy entusiasmado’ y no te engaño!!!!
Me gustaría recomendar a quien lea esto que se interese por la vida de Jesse Owens. Garantizo que se sorprenderán de principio a fin.
Si de mí dependiera, tu relato se llevaría los 4 oros olímpicos a la de ya. Aunque no se puedan comer 😉
Sí, yo también leí un par de cosas sobre la vida de Owens y lo cierto es que fue muy mal tratado en su país por culpa del racismo rampante de la época. También invito a que la gente lea algo sobre el tema y piense en lo reciente de la segregación racial en ese país y quizás eso le ayude a comprender sucesos como los que están ocurriendo ahora mismo en los EEUU.
¿Qué decir de tu comentario? «Aunque parezca mentira, me pongo colorao… cuanto te leo». Pues que muchísimas gracias.
Abrazos y suerte.
Has hecho una buena carrera, Héctor.
Saludos y suerte.
El tema del racismo no deja nunca de estar vigente, lamentablemente. Nos basta escuchar y ver las noticias sobre EEUU, de estos ultimos días. Muy bien contado el hecho histórico, Héctor.
Un fuerte abrazo.
María José
Sí. Fíjaté el tema que toco y los hechos de esta semana. Racismo, tema de rabiosa actualida -y nunca mejor dicho-, por desgracia.
Un abrazo para ti Maria José.
Gracias, suerte para ti también.
Aunque se ha mejorado mucho sobre la discriminación racial, todavía algo queda vigente.
Jesse corrió por él, corrió por reivindicar los derechos de su gente, por demostrar que las superioridades no entienden de colores.
Buen micro denuncia.
Saludos.
Carme.