28. Joven promesa (Isabel Cristina)
Miguelito, se quedaba con la boca abierta y sin pestañear escuchando a la seño, cuando el viernes les leía un precioso poema, uno de esos de amor.
La tarde del sábado, Miguelito escribió: “ María, tu risa es el más dulce sonido para mis oídos” y sonrió.
Al rato, pensando en Lucía y cambiando el color de su bolígrafo, continuó: “Tu piel huele a algodón”.
Con la mente agotada por buscar palabras y sonidos que construyeran una inolvidable frase romántica, un poema de amor, hubo de descansar y merendar un buen vaso de leche con cacao para reactivarse.
Más tarde prosiguió: “Susana, tu pelo plateado ilumina el día gris” y se complació. A última hora de la tarde quiso dedicar unas palabras a su madre: ”Tus caricias suavizan mi vida”, confesó sin miedo.
Orgulloso, pasó a limpio sus versos en un precioso papel dorado, el color del amor verdadero, y con una letra bien trabajada, le pareció haberse convertido en un joven poeta muy prometedor; también pensó que a estas alturas, ya no quería firmar como “Miguelito” y siendo como era la hora de cenar, decidió que de momento, le parecía muy interesante suscribir su poemario con un “Anónimo”.
Que tierno tu protagonista, a pesar de que no tiene demasiado claro quién es el principal objetivo de su amor.
Por algo se empieza. Este muchacho tiene mimbres para convertirse en poeta: sensibilidad, inquietud interior que necesita desarrollar y compartir, y lecturas promovidas en el colegio. Algún día, tal vez, cambiará ese «anónimo» por un seudónimo o su propio nombre.
Un relato lleno de ternura, con un personaje interesante.
Un saludo y suerte, Isabel Cristina.
Me alegran vuestros comentarios y también que los dos estéis de acuerdo en que es un personaje tierno, es lo que deseaba mostrar. Gracias.
Hola, Isabel Cristina.
Me resulta Miguelito tan dulce con su poesía como ese delicioso pastel de La Roda que lleva su nombre. Tal vez más adelante, en lugar de firmar anónimamente, podría utilizar un seudónimo, yo le propongo: Hojaldre.
Simpático relato, mucha suerte con él. Un saludo.
Gracias Barceló; no es mala idea y tal vez, más adelante, vuelva a aparecer este personaje por mis micros y te acepte la sugerencia. Nos leemos.
Me encanta este Miguelito, un aspirante a campeón de conquistas femeninas, sin olvidarse de lo más importante, que al amor de una madre, aunque sea incondicional, hay que esponjarlo de vez en cuando.Mucha suerte
Una ventana abierta de par en par, todo un mundo por construir para este chico. ¿Puede haber algo mejor? Es el momento de experimentar, de probar, de cambiar. Y de acertar, seguro. Una persona con sensibilidad, con deseos de aprender ya tiene un paso ganado hacia la buena vida.
Hermoso relato, Ana Cristina.
Un abrazo.
Miguelito tiene futuro, como tu, Isabel. Un beso.
Una joven promesa, sí, de las letras y más aún de las conquistas este Miguelito, al que su maestra (seguramente muy linda, por eso la miraba con la boca abierta y sin pestañear) supo despertarle la vena poética…
Me encantó la naturalidad y el desparpajo con que dedicó una frase a cada una de las compañeritas de clase que le gustan y, por supuesto, tampoco se privó de dedicarle una a mamá, esa mujer cuyas caricias le suavizan la vida…
En estos tiempos de tanta tecnología y letra impresa en computadora, es lindo encontrar un chico que, aunque de momento prefiere firmar como «Anónimo», pasa en limpio sus versos a mano, con una letra bien trabajada (tengo guardado un articulo sobre la letra cursiva, que dice que dentro de poco, al ser tan poco usada por los chicos hoy en día, va a ser como una lengua muerta que nadie va a saber leer)…
Disgresiones aparte, me gustó tu micro, Isabel Cristina, sencillo y a la vez profundo en esa sencillez.
Besos desde Argentina😘😘😇😇
Me encanta leer vuestros comentarios sobre mi texto y en el que sigo descubriendo detalles de los que yo misma no había sido consciente. Así sigo aprendiendo. Gracias
El protagonista de tu cuento aprovecha bien las lecciones de clase y deja unos anónimos muy interesantes.
Entrañable y muy acertado al tema.
Un saludo.