JUL08. ONCE AÑOS DE TERROR, de Jesús Urbano Sojo
Preferiría no tener que contarte la verdad, pero ya es hora de que sepas quién es tu padre.
Sucedió cuando tenía dieciséis años y pasaba el mes de julio en la playa con mis padres. Me enamoré de un joven apuesto, viviendo un verano de amor. Nos amábamos, pero fueron mis padres quienes nos separaron, al enterarse de mi embarazo.
Nos prometimos amor eterno al despedirnos entre lágrimas y besos, porque mis padres me obligaban a trasladarme a Suiza con ellos. Con dieciséis años, ¿qué podía hacer?
Supuse que volveríamos a encontrarnos, que él me buscaría y seríamos felices los tres. Sólo la primera parte ocurrió.
Me encontró, cuando tú tenías tres años. Contra la voluntad de mis padres, nos marchamos juntos, creyendo que todo sería amor, pero la vida con él no fue la que yo esperaba.
Las palizas eran diarias, así como su alcoholismo, sus mentiras e infidelidades. Escapar de sus garras, tras dos años de sufrimiento, fue lo más duro. Aún tengo miedo de que de nuevo nos encuentre, porque amenazó con matarnos si daba con nuestro paradero.
Me preguntas quién es tu padre. Es el hombre al que más miedo debes tener.
Jesús que historia, saber que tienes padre, pero de esas maneras, mejor como que no. Me gustó.
Un abrazo
Muchas gracias, me gusta que te guste, jeje. Un saludo.
Qué curioso, Jesús, que de alguna forma hayamos recurrido a la misma idea del maltratador a la hora de abordar el tema del mes. Es cierto que el final de mi relato es más contundente, pero la idea que nos ha rondado es casi idéntica (tú con niños por medio). Se ve que nos debido de visitar la misma musa.
Suerte para tu micro.
Hola Eduardo, cuando vi tu comentario, leí tu relato y aunque en cierto modo la base es parecida, no creo que se asemejen en nada, ya que los lenguajes y los recursos narrativos son totalmente distintos. Tu relato es muy bueno, está muy bien escrito. Espero que no te visite mi musa, porque en mi caso es mi novia, jejeje. Un saludo y gracias.
Lo más demoledor del relato es que sigue suelto el monstruo, y el miedo paraliza a esa víctima.
Un saludo
Juan M.
Gracias Juan Manuel. Los monstruos siempre están sueltos, ya que cuando son atrapados ya no resultan tan monstruosos. Un saludo.
Es verdad que preferiríamos que no existiera tal personaje, pero ya que existe, conviene hacerse a la idea de la realidad y hacerle frente. Muy buen relato Jesús, nos estremece.
Un abrazo.
Es una lástima, pero gente así siempre existe y existirá. Hacer frente a lo que temes es la gran finalidad de la vida. Muchas gracias por tu comentario, Luis.
Bueno el título ya introduce a un cuento de miedo, ojala que nadie tuviese que contar ni que oír semejante historia.
Muchas gracias Mel. Por desgracia este tipo de historias son más habituales de lo que piensas. Un saludo.
Esta historia es mas real de lo que parece, la vida da vueltas y no siempre es para bien. Está muy bien relatado, de manera que sientes la sensación de angustia.
Felicidades.
Muchas gracias Asun. Me alegro de que te haya gustado. A veces tomamos decisiones poco acertadas, que nos marcan para siempre. Pero así es la vida, ¿no? Un saludo.
Efectivamente Ana, has captado muy bien la esencia de lo que quería narrar. Cuando se enamora, ese verano loco que vive con él, todo es precioso. Incluso parece que los padres son los malos. Pero una vez conviven, se da cuenta del monstruo que es ese muchacho y que tenía que haber seguido fuera de su alcance. Las edades también las has clavado, jejeje. Un saludo y muchas gracias.
Jesús, has contado una triste historia; a los 16 años de edad una niña puede ser engañada facilmente por una apariencia apuestosa, pero los padres no, su interdicción fue tardía.
Un saludo.
Resulta desagradable, como pretende.
Bien llevados los tiempos.
Saludos