JUL11. SED, de Patricia Nasello
Se mantuvo en su sitio durante más de quinientos años; echando raíces, creciendo.
Pero no más.
Mi ciudad ya no está.
Se fue. Llevándose las escuelas, las calles, las plazas; la peatonal; y los jacarandaes, y las campanas. Hasta ese río suyo, tan mañoso que a veces parecía manso. Hasta el río se llevó. Hasta la gente.
Aquí no hay nadie, nada.
Estoy yo. Con los ojos doloridos, los labios lastimados.
Yo, que ahora soy todo y todos. Puedo jugar, ser tanto la maestra como el alumno. El dependiente y el jefe, el policía el corrupto, el juez el ladrón. Podría ser el cínico diciendo “Estaba vieja, arterioesclerótica, entró a caminar sin rumbo y se perdió”.
O el ambientalista “El lago del que todos bebíamos, envenenado de orines, la volvió loca, entonces se marchó”.
Siempre supuse que algo así ocurriría, por eso decidí no beber agua. No tocar el agua. Pienso que tuve razón, pienso que por eso permanezco.
No presto atención a las molestias. Ni siquiera me preocupo por la lengua, que está hinchada y ocupa toda la boca.
Patricia, si no fuera penoso lo que cuentas, sería un juego de niños: hoy me pido ser el juez, mañana el ladrón, o el tendero o el médico o el enfermo…
Como siempre, la tensión, el ansia por saber va creciendo por momentos. Nos vas «inflando» de emociones, hasta que decides explotar el globo y… descubres el futuro, la muerte, la falta de esperanza: ¡él también ha bebido!
Un buen micro, Patricia. Me ha gustado leerlo.
Un abrazo fuerte.
Conozco un lugar en este ancho mundo en el que el juez y el ladrón son una misma persona, el policía y el corrupto también…
Conozco una ciudad en este ancho mundo en la que sus habitantes no paran de tirar basura al mismo lago del que beben. Aunque cueste creerlo…
Gracias por tu comentario, Petra
Otro abrazo para vos
Buf, aunque cueste creerlo, me parece que yo también conozco ese lugar. Muy buen cierre del micro.Un abrazo.
Mi ciudad está a un paso de ese abismo …aunque cueste creerlo, si.
Muchas gracias por tu comentario, Susana.
Retribuyo tu abrazo
Sed de tus palabras y de tus comentarios, Patricia. Un abrazo.
Gracias por tu presencia, anónimo Amigo.
Un fuerte abrazo
Todos estamos a un paso de esa situación, llenando nuestra propia casa de basura. Me gusta la crítica que tiene el micro, juez y ladrón. Nuestros corazones también están hasta arriba de la misma basura y eso parece importartnos aún menos que lo otro. Un beso.
Se acostumbra uno a la basura, Mar. llega un momonte en que ya no se ve ni se mira. Y lo peor es lo que vos decís: tampoco nos importa.
Asó nos va…
Otro gran beso para vos
Se me había pasado Patricia, mil disculpas.
Me ha gustado tu aportación, la utilización de la SED como punto álgido de muchas carencias.
Un beso.
No tengo nada que disculparte, Laura. Todo lo contrario, vengo a agradecer tu reflexión. Sí, carecer de agua es «la carencia», el símbolo de todas.
otro gran beso para vos
¡Cómo duele este viaje de otros y la sed infinita de quien se queda! Transmites, Patricia, siempre transmites.
Triple de besos.
¿Será, Lola, que es el destino cíclico de todos y cada uno de los pueblos?
Un fuerte abrazo
Dicen por aquí arriba que transmites, ciertísimo.Vas leyendo y preguntándote ¿quién es? y al final ha sucumbido… Sed, todos tenemos sed y es tan dificil resistirse.Intriga, muy bueno
Desgraciadamente a las ciudades de mi provincia no les falta mucho para llegar a estos extremos: la velocidad de los desmontes ilegales es monstruosa.
Muchas gracias por tu comentario, María
Un fuerte abrazo
Querida Patricia.
A pesar de la tristeza que impregna el relato, hay tanta poesía que se lee con el placer de lo magnífico.
Un abrazo muy grande
Muchísimas gracias, Elena.
Hay una gran tristeza en esta provincia que habito: la deforestación, ilegal según dicen, es monstruosa.
Otro fortisimo abrazo para vos