JUL13. FUEGOS ARTIFICIALES, de Begoña Heredia
Había docenas de pequeñas esferas de colores brillando en el cielo. Esferas, que tras el estruendo de los fuegos artificiales se quedaron suspendidas, vagando sin rumbo preciso.La playa, llena de expectación, retumbaba y yo, mudo, quieto, fijé mi mirada en una de esas luces brillantes, siguiendo su trayectoria. Me pareció profética esa imagen. Pero yo no era un hombre valiente. De aquel estado de paz y felicidad me sacó la voz de Dori, más bien sus gritos que me ordenaron seguirla hasta nuestra casa. Hubiera preferido no hacerlo y continuar conectado con la luz hipnotizadora de ese cuerpo que sin serlo parecía celeste. Hubiera preferido atreverme a decirla que no, que tenía una trayectoria que seguir, que si no lo hacía la perdería para siempre. Pero no tuve valor. Mi vida continuó con Dori, y Sofía, ante mis pocos arrestos decidió marcharse sola del pueblo. Cada año voy a ver en soledad los fuegos artificiales, pero ya nunca serán como aquellos; mi esfera se perdió entre las nubes.
Muchas veces esos fuegos artificiales son fatuos o de San Telmo, es difícil decir si se acertó en su momento en la elección de la persona con la que compartes tu vida.
Preferiría no hacerlo.
Un beso Bego.
Leer el texto acompañado de la música me ha conmovido un monton. Buen relato. Nuria
Melancólica y hermosa historia que me ha hecho recordar una triste pero muy bonita canción que aconsejo a tu protagonista escuchar cada año, para que la soledad se le haga más llevadera, un saludo y que tengas suertecita. Dylan.
PD: http://youtu.be/0pj6ntw85UY
A mí me recordó una frasecilla de Silvio Rodríguez: «la cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes…» Lindo relato.
Juan M
Imagino que hablas de los sueños aparcados, el miedo a seguir los propios impulsos, y el «arrepentimiento» o tristeza que nos reporta lo nunca logrado. Triste y bonitos tus fuegos artificiales.
Digo lo mismo que Epífisis. No sabemos si Dori merecía o no la pena, pero el protagonista me resulta un tipo fantasioso que sigue buscando tentaciones.
Un abrazo.
Me gustó, vi esa dificultad que a veces tenemos para tomar decisiones que están bastante claras, tal vez importunadas por arraigos culturales.
Un abrazo
Begonia, a mí no sé porque me parecen naves extraterrestres. Quizás porque tuve mi propia experiencia con luces de esferas en el cielo. Buen relato y mucha suerte amiga, Sotirios.(Dile al Ignacio que le extrañamos mucho)