JUL135. HIERACTIVO, de Ángeles Sánchez Gandarillas
Ya no podía más. Sin dudarlo, arrancó el coche y puso la primera, atravesó despacio la separación de las dos autovías colocándose en la otra dirección. No le importaba regresar a la ciudad de donde venía de vacaciones, preferiría no hacerlo, pero los atascos le ponían nervioso y él no podía estarse quieto.
Bueno, como pretexto está bien lo del atasco, aunque como excusa ante sus responsabilidades tal vez no. Muy curioso
Juan M
Me gusta tu relato de descontrol, sin medir las consecuencias. ¡Suerte!
Ángeles, situaciones límites requieren remedios inusuales, rapido claro en sus descripciones y de buen ritmo. Suerte y saludos
Inquieto tu protagonista. Ni siquiera unas buenas vacaciones son capaces de hacerle superar su hiperactividad. Un abrazo.Gloria Arcos