JUL159. EL ÚLTIMO FUNCIONARIO, de Laura Garrido Barrera
Estévez, un funcionario del Ministerio, miraba con desolación la pantalla de su ordenador. Se le agolpaban los mensajes en la cuenta de correo y los pinchaba uno a uno. Respondía con la misma frase, copiándola desde un documento de texto. Cuando terminó su labor, se levantó para dar un paseo de media hora. Cortó algunos esquejes de las plantas del jardín interior y los subió a su habitáculo en una bolsa de plástico. Mientras los plantaba en unos tiestos azules que adornaban las estanterías de su armario vacío, escuchó el tintineo de los nuevos mensajes. Con el cable del teléfono anudó las ramas del ficus a un tutor confeccionado con expedientes enrollados con cinta adhesiva. A las dos horas volvió a acomodarse y contestó cada mensaje de la misma forma.
Antes de abandonar su despacho, irrumpió la policía judicial con una orden de desalojo. “Preferiría no hacerlo”, contestó de nuevo. Le llevaron esposado recorriendo el edificio abandonado y cuando estuvo fuera pudo presenciar los preparativos para la demolición del Ministerio de Sanidad. Cuando llegó el turno al hombre encargado de los explosivos, éste le guiño un ojo y con voz alta y clara pronunció: ¡Estévez! ¡también preferiría no hacerlo!
Dios santo que terible Laura y a la vez, casi algo que se nos hace familiar. ¡Mira que eres original!! Te deseo mucha suerte.
Besicos muchos.
Cuánta crítica social contiene este micro, Laura, y con razón, que al paso que vamos la sanidad va a ser un lujo que sólo podrán costearse los millonarios.
Combativo, crítico, disgustado…, y cargado de razón. Un puntazo para el resistente Estévez.
Un abrazo y mucha suerte.
Explosivos, Ministerio de Sanidad y funcionarios. Estévez es el estereotipo de vago y los otros hacen su trabajo y aquí me he perdido… Laura, preferiría que Estévez cumpliera y los otros no.
Un abrazo.
Muy bueno Laura, supongo que es el final merecido para un edificio que acaba no sirviendo para nada, pero que desazón pensar en ello.
Un abrazo grande y mucha suerte.
Yo quiero tener un poquito de esperanza, quizá porque trabajo para Servicios Sociales y en Geriatría, que es casi una ONG.
Pues Laura, solo desearte suerte con este gran micro denunciante y de una realidad aplastante.
Perdona que solo te desee suerte, porque escribir, ya vemos que sabes, y cómo.
Un besazo
Rosy
Muy buen relato Laura; crudo y desgarrador; solo confio en que no sea premonitorio.
Yo en ese sentido soy optimista, aunque la situacion se empeñe en llevarme la contraria.
Mucha suerte.
Un abrazo.
Espero Laura, que la crisis no se lo lleve todo.
Un beso
La crisis se nos va a llevar hasta el alma.
Hoy de golpe me pasó por la cabeza que cuando todo se cierre padeceremos carencias graves.
¡¡¡Que no quiero verlo!!!!! Como diría Lorca.
Espero por el bien de todos qué por mucho que nos asfixie la crisis logremos evitar que tanto la sanidad cómo la educación no sufran más recortes. Es nuestra herencia y la de nuestroS hijos y nadie tiene derecho a acabar con ella. Un abrazo. Gloria Arcos
Un placer leerte también por aquí. Que tengas mucha suerte, Laura. Un beso.