Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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JUL40. ESTA NUEVA CASA… de Christine-Kistila Cleret de Langavant

Hacia un rato que se había ido el cura…
No sentía ningún dolor, solo la molestia de este ruido continuo de fragua…
Le habría gustado saber de quien era esta mano tan fresca que se posaba sobre su frente:
“conociendo mi suerte con las mujeres, ¡ya veras como es la de una monja!… Además ¿quien quisiera un casi vagabundo?… que le habían enseñado sus múltiples viajes?… pues… ¡pues principalmente que siempre vuelves a casa!…”
Hizo un esfuerzo para recordar:
“India… mal virus… repatriación… oí al medico asegurar que era mi fin… ¡y hasta que no tenia yo consciencia! Valiente estúpido…”
No tenía miedo, estaba expectante, ni creyente ni ateo sentía curiosidad:
“¿que le esperaba después del viaje de la vida?”…
Intento mover los dedos sobre la sabana… una mano vino a su encuentro… consiguió entrelazar sus dedos…
Una voz se exclamo: “este hombre tiene consciencia!”…
Otra docta: “un reflejo igual que los bebes”…
Sentía una gran paz… por fin había parado el soplete tan molesto de la fragua…
Algo chafado: “ni desfile de mi vida, ni túnel, ni luz, ni espera de seres queridos…”
Vuelo lento y aterciopelado de su consciencia tal mariposa nocturna…
Paz… ¿La NADA su nueva casa?

23 Responses

  1. Anonymous

    Kistila, un viaje, la muerte de uno mismo… Nos dices que la consciencia nunca se pierde ¿no?. Muy bonito todo el relato, mantiene el interés todo el rato, una quiere seguir leyendo y que tu relato no acabara ahi, aunque es un bonito final cargado de poesía «viva».
    Sabes… tengo un amigo que nos hemos prometido que el primero que muera de los dos y si hay «algo» y «se puede» nos esperaremos, así me da menos miedo la muerte.
    Un escritor dijo una vez «que sentía una enorme curiosidad». ¡¡¡Qué rechulo, lo que dijo!!!.

  2. Susana R.

    En una peli de Hitchcock salía uno que, como tu protagonista, estaba más muerto que vivo, y cuando le iban a tapar con la sábana, derramó unas lágrimas y si no recuerdo mal, fue lo que le salvó.
    No he entendido bien lo de la fragua, lo siento. ¿Es el pitido de la máquina esa que detecta si hay vida?
    Un abrazo.

  3. kistila

    he estado veinte días a la vera de mi padre hasta su muerte…
    el médico decía que era un vegetal…
    mi padre entrelazaba sus dedos a mi mano tal lo haría un enamorado…
    y cuando se lo remarque al medico este me dijo: «señora: usted no hace mas que prolongarle, este gesto es maquinal, con este tumor cerebral no puede tener consciencia»…
    no sé si mi padre me reconoció pero me da igual… ¡por lo menos estoy segura que sentía una presencia que le calmaba en caso de que sintiera alguna angustia!…

    susana: el ruido de fragua es la respiración misma de los moribundos que parecen afanarse en seguir respirando, no era tal la «maquina» de mi padre pero si la de mi abuela…

    no quita que los pensamientos que presto a este moribundo son «imaginaciones» mías…
    ¡porque a mi nunca ninguno de «mis» muertos han venido a contarme su experiencia!…
    no quita que leí unos cuantos libros sobre el tema porque siento «gran curiosidad ya que no soy ni creyente ni ateo»

    1. Anonymous

      Kistila, yo quiero creer que tu padre si te agarraba tus dedos es porque el te sentía a su lado, es posible que en esos momentos no puedan hablar pero no quiere decir que no oigan o que no perciban algo familiar cerca.
      Saludos.

    2. kistila

      no es que «lo quiera creer» es que estoy persuadida que los que están en coma siguen teniendo «consciencia»…
      quizás algo difuminada, como «el vuelo lento de una mariposa nocturna»… quizás «disminuida» por estar enfermos… cierto que los bebes no tienen conocimientos ni lenguaje pero «sienten», «resienten», el afecto que hay alrededor suyo…

      lo que no sé, y me gustaría que sea así, es si perdura la consciencia una vez muertos…

    3. Anonymous

      Kistila, pienso como tú pero me gusta ser prudente cuando opino… por eso el «puede». Como de alguna forma presiento que es así cuando hemos tenido que acompañar a algún familiar directo en ese trance, siempre les hemos agarrado las manos, sin agobiarles y les hemos hablado, a mi suegro, a mi cuñado… Sin embargo a mi madre no pude acompañarla de esa forma. No me di cuenta de la gravedad de ese momento, cuando me senté frente a ella para preguntarle si le pasaba algo, me dijo: «Me muero». Entonces mismo le miré directamente a sus ojos y ví que el iris quedaba quieto, completamente quieto, supe en ese momento con una realidad plena que mi madre se moría. Hizo tres aspiraciones más, se estiró su cuerpo… en ese mismo momento sé que se fué. No sé si luego nos pueden ver o no… me resulta triste no haber dado cuenta de lo que le estaba ocurriendo un poco antes. No lo firmo, no quisiera que llegara a oídos de mi padre, aunque él lo sabe, él también estaba por allí, nos pilló desprevenidos.

  4. Susana R.,

    Kistila, ¡qué homenaje has hecho a tu padre!. Tocándole, sintiendo su última bocanada, acompañándole en su viaje. Segura estoy de que él te ha sentido muy carcana. Un abrazo grande, No son imaginaciones tuyas, es la realidad, la vida.
    Nos vemos por aquí.
    Un beso.

  5. kistila

    gracias mil susana…
    fue en 93 y pase veinte días a la vez tristes y bellos: ¡¡nunca había estado tan cerca de mi padre!!…
    y sabéis: al morir tenia tal sonrisa que por mas incrédula que soy no puedo menos que pensar que, si no ha visto ángeles o familiares, por lo menos estaba en una paz enorme…

  6. Inés Zapirain

    Kistila, qué bonito regalo para tu padre… Yo también acompañé al mío en sus últimos momentos y pude ver la expresión de felicidad que quedo en su cara.
    Y ahora no me queda duda de está bien, a mis hermanas y a mí nos lo susurra en sueños…

    Un beso

    1. En SUEÑOS… a mí también me llamaba y me hablaba en sueños, Inés. Me llamaba y yo me dispertaba contestando «¿Qué quieres, papá? Dime. No tengo miedo…» Pero ya no me decía nada. A la noche siguiente igual: «Amparito, Amparito..» Era su voz, y además nadie me llamaba así, solo él.
      Me acompañó mucho tiempo. Luego tuvimos otra desgracia en la familia… y él la solucionó. No creo en los fantasmas. Solo sabemos que «algo» hizo el milagro que no entendieron los médicos…
      Kistila, hay cosas que se les escapan a la medicina. Seguro que tu padre sabía que su hija: tú estabas con él.
      Mi padre también murió en el 93, y siempre está con nosotros. Alguien no muere del todo mientras haya una persona que le recuerde.

      Un beso.

    2. Kistila, no te he dicho nada del micro. Me ha gustado el punto de vista, la serenidad irónica de la voz moribunda, el torbellino de ideas, el monólogo vivo que contrasta con la situación.

      Un beso.
      Amparo Martínez A.

  7. kistila

    …¡pero espero de todo corazón que si han sido mala persona estén de repente conscientes de ello!…
    supongo que es por esta idea de «compensación» que las religiones se han inventado lo del paraíso y infierno…

  8. kistila

    me impresiono mucho las experiencias de anónimo y Petra…

    Ana U: no soy buena como tú… creo que deseo a los tipo nazis, (para dar un ejemplo), que mismo si tienen un fin en aparente paz y sin remordimientos, que cojan consciencia del mal que han hecho a posteriori… esto por desgracia no les «arreglara» nada a los que han sufrido por su culpa…

  9. Anonymous

    Kistila, yo no soy buena ni mala. Realmente me cuesta mucho perdonar, no creas, no me resulta fácil… tampoco me gusta la venganza.
    Pero sigo pensando, a pesar de mis propias limitaciones, que lo correcto es perdonar para crear un mundo mejor. En cuanto al ejemplo que pones, ellos ya sabemos lo que hicieron… si no sintieron remordimientos nunca, peor para ellos. Creo que este tipo de personas llevan su infierno dentro de sí sin saberlo.
    A los que han sufrido por su culpa no les arreglará nada… pues si, en ciertos aspectos nadie les quitará el dolor sufrido, pero estas personas tras ese sufrimiento tan tremendo se transforman por dentro totalmente, les hace unas personas totalmente valiosas, fuertes, compasivas, con una forma de ver la vida muy auténtica y creo que consiguen desarrollar lo mejor que pueda haber en uno mismo.
    Hace poco ví un video en el que hay una persona victima de ellos que todavía vive en Inglaterra. Sobrevivió gracias a que sabía música y dirigió la orquesta en uno de los campos de exterminio. Salvó a muchas personas, a la mayoría de las que reclamó para su orquesta.
    Hoy día le visitaron unos jóvenes alemanes y éstos le preguntaron: ¿Nos odia?. Les contestó: No, no guardo odio a nadie.
    Sobre este tema, es muy interesante ver la película «La caja de música».

  10. kistila

    Petra: gracias por haber apreciado mi relato…
    este ejercicio de reducir a 200 palabras me esta ayudando muchísimo para aprender a discernir lo realmente importante y impactante al momento de escribir…
    porque reconozco que normalmente tengo tendencia en desarrollar demasiado… así que gracias a los organizadores de paso…

  11. Nicoleta

    Muy impresionante este último viaje, en paz, a solas, la vuelta a casa del alma-mariposa después del largo y atormentado camino de la vida. ¡Felicidades!

  12. Enhorabuena por tu relato, me gustaría pensar que nuestros seres queridos pueden escucharnos y sentir nuestra presencia en sus últimos momentos.
    Da miedo pensar en lo que nos espera al otro lado de la muerte. Espero que sea algo mas que la «nada» aunque muy a mi pesar es lo que creo.
    Un saludo, espero que pases por mejores momentos. Hoy en dia no todo el mundo antepone el cuidado de sus padres a todo lo demás y eso dice mucho de ti.

  13. María Elejoste

    Kistila, se me hace muy tierno tocar el tema de la propia muerte con esa ironía fina. La fragua, la mariposa, calor, volar…he visto morir a varias personas y estoy segura que todas ellas sabían que se iban, y en todos aquellos ojos he visto paz, eso siempre me consolará.

  14. Recreas esa antesala final y al leerlo se me ponen los pelos de punta. La muerte siempre me ha dado cierta aprensión, y que sea el centro de tu relato, y además, la propia realidad, más aún.
    Un buen fin de viaje…

    Saludos
    Paloma Hidalgo

  15. kistila

    gracias Paloma por tu «buen fin de viaje»…
    pero no tengo ninguna prisa en «marcharme»…

    principalmente porque no creo que haya un «después» de la muerte…
    cierto que no me disgustaría «volver a empezar»… pero si no se guarda consciencia de la vida anterior no veo el interés…

    así que, creyendo que hay una sola vida, trato de vivirla a gusto y plenamente, sin dañar a nadie es cierto, pero también permitiéndome hasta «pecados veniales»…

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