JUL56. TIEMPOS NÓMADAS, de Laura Garrido
Me sorprendieron sus ropas y que no renunciara a sus atuendos a pesar de sentirse distinto. Su turbante azul teñía su rostro con los colores del mar, anudado a su cabeza como una cobra a la rama de un baobab. Era su señal de identidad. Hicimos amistad en el segundo año de facultad, él me confesó ser un tuareg, me enseñó su alfabeto, el tifinagh, y me susurró que a diferencia de nosotros no necesitaba ser alguien, porque él, ya era. Tuareg de ojos azules, ¡el color celeste del mundo!, un personaje singular que me invitó a su país de origen.
Allí, yo era el diferente, mis vaqueros y mi gorra atraían la atención de un pueblo nómada acostumbrado a los rigores más extremos. Muy pronto aprendí que su concepción de vida y la nuestra no eran excluyentes, pero sí muy distantes: nosotros llevamos reloj, pero ellos disponen del tiempo.
Desde aquel viaje tengo una habitación sin ventanas, una alfombra de arena y mil estrellas en el techo. Al tumbarme, oigo mis latidos haciendo eco en el desierto, el tiempo se detiene y me enredo en su turbante sintiéndome libre. Ahora me emociono con cada sorbo de agua.
Sensaciones tibias a cada palabra.
Un abrazo Laura
Gracias Mei. La tibieza a la que haces referencia la sentí mientras lo escribía, es como si un tuareg me hubiese raptado por un día.
Abrazos agradecidos. 😉
Sí, conocer a través de tu escrito otras vidas y lugares, nos hace apreciar los pequeños detalles, los grandes afectos, los valores que se construyen en el alma. Saber de la vida indica que hemos aprendido de las diferencias las igualdades que llevan al viaje interior y tú, nos lo describes.
Lines
Lines muchas gracias por tu aporte reflexivo a mis tiempos nómadas.
Recibe un abrazo muy agradecido
Muy, muy hermoso. Felicidades.
Muchísimas gracias Antonia,
es un placer que utilices el adjetivo «hermoso». Me gusta.
Unos cuantos besos de regalo.
Que puedo decirte ? si ya lo dijiste todo…..estoy alucinada con tu bello relato
besitos!
Gracias Meryross!!,
espero que el alucine te haya durado un rato y haya servido de reflexión o de placer literario. 😉
Un beso agradecido.
Bello Laura, muy bello tu relato, un viaje del que se trae el amor por la vida más dispar a la que se llevaba antes. Qué bonito conocer otras costumbres que te abren los ojos a vidas diferentes pero mucho más coherentes.
Besos.
Gracias Yashira, puede que debiéramos boicotear esta sociedad capitalista que nos lleva a la ruina y dedicarnos a contar estrellas ….
Te agradezco este comentario y todas tus palabras.
Muchos besos.
Esa emoción con cada sorbo de agua cierra de forma estupenda un relato muy bien pensado y escrito. Además, Lsura, que flote en los límites de la poesía, todavía le hace más bonito. Me ha gustado mucho.
Un abrazo
Gracias Paloma. Intenté jugar con el lirismo de las palabras para transmitir una historia y una reflexión que debiéramos empezar a poner en práctica, dado el aluvión que se nos avecina.
Muchas gracias querida.
Y un beso para tí.
Valorar la vida, reconocer, contemplar, saborear cada momento, sentir que crecemos en sensaciones, en exreriencia… y sobre todo estar en equilibrio, a gusto con nosotros mismos es un gran logro, sea en la cultura que sea.
Un buen recordatorio, Laura. Porque, a veces, olvidamos lo esencial.
Tu delicada prosa modela, acaricia al mensaje.
Un beso.
Gracias Petra, ¡me gusta que captes el sentido de la pequeña historia!. Tendremos que aprender a valorar lo pequeño, lo que no cuesta dinero, las sensaciones, los sentimientos, lo abrazos que…son gratis…las sonrisas, ….que iluminan los ojos.
Un abrazo y una sonrisa para tí.
Laura.
Qué bien quedan el azul y el rosa.
Ja, ja …¡qué bueno tu comentario!.
Un beso
Me gusta esa sensación de no necesitar ser nada, porque ya lo eres todo, cada momento.
Enhorabuena
Sí, esa frase la puse en cursiva porque es la más importante. Es como cuando oyes a la gente decir «soy gerente, soy jefe, soy concejal, soy albañil, soy técnico de obras …», no, no, desempeñan un puesto de trabajo (algunos más que otros) que lleva ese nombre, pero ya eran alguien antes de tener esos puestos, porque si mañana no los tienes ¿qué son? ¿qué queda? ¿cuál es la verdadera esencia del ser humano?….
Gracias por hacer hincapié en esa frase.
Besos Inés, y visitaré tu aportación, prometido.
Intensas sensaciones que llegan a través de lo diferente, me gusta especialmente el último párrafo, sin duda la protagonista tiene ahora más cosas, más vida.
Felicidades por tu bella historia, Laura.
Me alegro que te guste ese último párrafo. Es al que dí más vueltas para terminar de una forma coherente con la idea y la historia que quería contaros.
Gracias Yolanda,
es un placer verte en tantos sitios. Besos.
Laura, tu relato muestra las diferencias culturales de lugares no tan alejados geográficamente pero sí a la hora de concebir la forma de vida. Quizás la autentica concepción de la vida sea esa.
Muy poético, como casi siempre, este relato.
Me gustó. Mucha suerte para el concurso.
Besos.
Gracias Nick. Intentaremos emocionarnos con cada sorbo de agua, porque a este paso ¡suerte si damos al grifo y fluye el líquido elemento!.
Un abrazo para tí y un beso.
Hermoso y bien contado. Y muy buen final. Lo aprovecho para comentar que, al paso que vamos en este país, nos vamos a emocionar con cada sorbo de agua, con cada juguete, con cada par de calcetines a estrenar, con cada aperitivo… Laura, discúlpame por servirme de tu espacio y de tu cuento para crisparme.
Un abrazo.
Nada, nada…no pasa nada…si encima es que lo entiendo perfectamente. 😉 Muchas gracias por los adjetivos que dedicas al micro y por canalizar tu crispación en mi comentario. Hoy me he emocionado con un sorbo de té, sólo que ardía.
Besos encantados.
no te crispes Susana: esta sociedad de consumo no trae la felicidad, la verdad esta en este relato tan poético y asentado en lo real…
¡se saborea mucho mejor lo escaso!… no por mas juguetes van a ser mas felices nuestros hijos o nietos, no por mas estrenos de ropas vamos a tener mas valor personal o belleza física…
no vamos a ser «pobres», es decir en harapos y sin comida a llevarnos a la boca… solamente vamos a ser mas cometidos con los gastos…
Creo que en los días que corren, la crispación es inevitable. Gracias por tu comentario Kistila. Prometo ver vuestras aportaciones en cuanto disponga de un ratito.
Muchos abrazos.
Hermosas palabras las que empleas para construir una hermosa historia, con esa referencia al valor de lo inmaterial, ya sólo perceptible, entre nosotros, por unas pocas personas privilegiadas. Enhorabuena.
Muchas gracias Joaquín. Me guardo en el bolsillo tu comentario, que lo considero un gran halago, y enseguidita leeré tu aportación al concurso.
Un abrazo para tí.
Precioso, no me sale otra palabra. Lo verdaderamente valioso no tiene precio y a menudo no se compra, se recibe como un regalo, como este micro. Me ha gustado también mucho un comentario tuyo por ahi arriba. Me recuerda que hace unas navidades, en la cafetería de la oficina un compañero me preguntó : -¿yo quien soy?. -Juanma- le respondí. -Gracías, dijo, todos los anteriores me han respoondido que el jefe de personal. Menos mal que alguien me ve como un ser humano. Y se piró dejándome de una pieza. Creo que tenía un mal día, seguramente habría despedido a alguien…
Gracias Maria. Me alegro mucho de que te guste el relato y de que coincidas en que no somos un puesto de trabajo, ni tampoco un puesto en la familia. Somos : María, Ana, Joaquín, Kistila, Susana, Nicolás, Yolanda, Inás, Aurora, Petra, Paloma, Yashira, Meryross, Antonia o Mei.
Así lo creo, y desde aquí mi más sincero agradecimiento a todos los que os acercasteis a ese tuareg que ahora tiene rostro en mi blog: http://demispalabrasylasvuestras.blogspot.com.
¡ Un beso muy fuerte !.
Gracias Ana por esta reflexión. Parece que nuestra alegría se balancea únicamente en la cuerda del «ser más» o «tener más».
Nuestras utopías las perdimos en alguna curva del camino. Difíciles de recuperar, claro.
Un abrazo y ¡veremos qué pasa en el concurso!.
Besos.
Laura, el relato reflexivo sobre los estilos de vida me hace pensar sobre mi propio turbante. De eso se trata de hacernos mirar nuestras habitaciones. Me ha gustado ese oír los latidos «ecoándose» por el desierto.
Ximens, tu verbo «Ecoándose» me ha encantado. Puede que lo patente para la próxima edición del Pequeño Larousse ilustrado. 😉
Nuestros turbantes, el que cada uno nos colocamos ante las distintas situaciones no nos dejan ver el bosque completo y a menudo, tropezamos con el primer árbol.
Besos para tí y muchas gracias por venir hasta Esta noche Te cuento.
Laura: has escrito una frase muy, ¡pero que muy!, importante: «Nuestros turbantes, el que cada uno nos colocamos ante las distintas situaciones no nos dejan ver el bosque completo y a menudo, tropezamos con el primer árbol.»…
…esta vergüenza, a menudo, en presentarnos tal como somos, este pudor en declararnos fan de tal o tal… lo llaman a menudo » respeto humano» cuando es hasta falta de respeto a nosotros mismos y nuestras creencias…