JUL74. BENITA Y SU LUNA, de Ángeles Medina
Enredos de emociones danzan en su memoria. Confinada a un mundo de fantasías donde la luna es la reina de su «palacio».
«La loca del cencerro» —la llaman—. «Benita, la hija del churrero» camina sola por el sendero del «olivar viejo», en su mano izquierda porta una campana y en la derecha un ramillete de margaritas.
Dando brincos hace sonar la esquila —quizá la oiga— Entona canciones infantiles, sonríe a pajarillos, juega con conejos imaginarios, deshoja pétalos: «volverá, no volverá, volverá, no volverá —canturrea— mientras anochece. »
Benita escuchó a sus padres, discutir por última vez, la madrugada del 19 de agosto de 1980. Genaro amaneció con la cara hundida en el perol de los churros. Flora, —su madre—se las ingenió para ocultarle la verdad.
— ¿Ha ido a rescatar a alguna dama?— inquirió con la voz quebrada, Benita. Flora, asintió sin más. «Preferiría no hacerlo… —musitó— con los ojos llorosos. » Genaro, incansable narrador de cuentos, inventaba para ella, mil historias: escuderos, bufones, reyes, dama, templarios… protagonizaban sus aventuras.
Tal vez, Benita decidió esperarle. La princesa Anastasia aún permanece encerrada en el castillo del brujo…
Una historia triste sin duda.
Pero, Ángeles, hay algo en el final de este micro que lo hace endiabladamente confuso. Échale un ojo, que seguro que lo mejoras.
Un abrazo.
Siento discrepar contigo, Isabel. A mi juicio, el final de este micro es «endiabladamente perfecto». Te invito a una lectura más pausada. Puede gustar o no gustar, pero confundir, creo que no. Se sobreentiende, que Benita prefirió no hacerlo… y entonces decidió «esperarle».
Así que, lo dejaré tal cuál. Gracias por aportar tu sincera opinión.
Un abrazo
El relato tiene el aire evocador y triste de una vida trágica, truncada por una tragedia, la de los padres, al menos esta es la idea que yo he sacado, y me gusta.
Saludos.
Es interesante, como un relato puede llegar de una manera u otra distinta, según el lector. Leyendo tu comentario, Asun he recordado una cita de Ana María Matute: » Un libro no existe en tanto alguien no lo lea.Y nunca nadie lee el mismo libro «.
Cada cuál, le da una lectura distinta a un mismo relato, y eso es muy positivo.
Gracias por tu lectura, Asun.
Un abrazo
La verdad es que no entiendo nada, y eso no es malo en sí mismo, sino todo lo contrario. yo me imagino a Ofelia, loca, vagando por su castillo particular, lanzando flores a su río, perdida la razón por las muertes, desvariando en medio de historias que tienen más historias dentro.
Me gusta la atmósfera del cuenta cuentos. Me gustan los nombres y sobre todo esa churreria impagable que está entre Berlanga, Landa y el surrealismo de Buñuel. Total que como es mi libro, lo leo como quiero 🙂
Felicidades por dejar todo abierto y abrazo.
A veces las personas soñadoras deciden esperar su eterno sueño, antes que afrontar la realidad que viven a diario y no quieren repetir en carne propia.
Esta es la interpretación que hago de tu relato.
Me gusta esa idea soñadora, me gusta la gente que a pesar de los pesares sigue apostando por sus propias quimeras.
Besos mediterráneos.