JUL75. DE VIAJE CON MI MADRE, de Ana Osés Erdociain
Mi madre me decía que no era una buena idea hacer el viaje y al final, odio reconocerlo, tenía razón.
Quería reconciliarme con ella y, en parte, hacer las paces conmigo misma, porque hacía tiempo que no pasábamos tiempo juntas ni nos hablábamos apenas, tan sólo por teléfono y para comentar cuatro chascarrillos sobre algún familiar lejano o sobre su nuevo vecino, el que tenía mucha “pluma”, como decía ella.
Quería demostrarle que soy una buena hija, aunque no siempre le diga un “te quiero”, ni tampoco le dé un abrazo nada más verla. Quería pasar más tiempo con ella, pero sin entrar en discusiones inútiles sobre mi vestimenta, mis aficiones o los ahorros de mi cuenta corriente. La última vez que nos habíamos visto habíamos quedado para tomar café y acabé marchándome en mitad de la taza de té, con la cara roja de vergüenza. Empecé a subir la voz apenas sin darme cuenta. ¿Cómo se atrevió a decirme que tenía que buscarme un hombre para calentar la cama y mejor uno con dinero, para no preocuparme más del paro, que era mejor quedarse embarazada?
Sí, en el viaje discutimos mucho. Pensaba que podíamos llevarnos mejor… ¡Qué ilusa!
Solo espero que no esté basado en una historia real…
Saludos
paloma Hidalgo
Siempre que pensamos en viajes normalmente son alegres, de cambios a mejor… tienes razón no siempre es así. Es un relato duro pero está muy bien narrado, por desgracia me ha venido a la cabeza una historia real de una amiga mía, encaja como un guante. Con esto quiero decir que es muy creible tu historia, se nota esa rabia-pena contenida. Como díce Paloma, ójala sólo lo hayas imaginado. Si se acerca remotamente a alguna realidad, como díce Ana a veces las peores formas, esconden en realidad los mejores deseos, no todo el mundo tiene tu don de saber expresarse correctamente. Gracias por aportar este punto de vista tan diferente al resto.