JUL80. PUNTO DE LLEGADA, de Gabriel Bevilaqua
I.
El tren atraviesa suavemente el océano rubio del trigal. Una mujer, de mediana edad y aún guapa, duerme con la cabeza apoyada sobre mi hombro. Ignoro quién es ella. “Ojalá este viaje durase para siempre”, pienso y sonrío.
II.
El tren atraviesa suavemente el océano rubio del trigal. Un hombre, de mediana edad y aún guapo, duerme con la cabeza apoyada sobre mi hombro. Ignoro quién es él. “Ojalá este viaje durase para siempre”, pienso y sonrío.
III.
Cuando el vozarrón del guarda los despierta, el hombre y la mujer, sentados frente a frente, se miran y cada uno reconoce en el otro las huellas del sueño espejado. Pudorosos se evitan y al recibir los boletos de vuelta, el guarda les informa que están próximos a llegar.
—¿A dónde? —preguntan en una sola voz como si aún no lo supiesen.
—Al fin de la soledad —responde el guarda mientras se aleja.
Hay mucha vida en tus espejos, Gabriel. De hechop, yo creo que en esta historia nadie sale al otro lado.
Gracias, Sara M. Me alegra que te haya gustado. Saludos
Muy bonito, Gabiel!!
Me gusta la idea de la repetición del pensamiento y de la escena, pero me lío un poco en la visualización: ¿cómo pueden, tanto ella como él, tener la cabeza apoyada, bien en la de ella o en la de él??? No sé si me explico… Si ella apoya su cabeza en la de él, él no la puede tener apoyada en la de ella… SOy un poco tiquismiquis, perdón… je, je…
Pero me ha encantado lo de ir hasta el fin de la soledad (yo también hablo de ese tema)… además, no dicho por ellos, que parece que lo tienen asumido al no mencionarlo siquiera, sino por un tercero, un observador externo.
Al margen de ese pequeño lío que me he montado… me ha gustado mucho.
Suerrrteeee!!!
Un saludo de
Marta
Es muy onírico tu micro Gabriel, con ese trigal dorado, presidiendo el viaje. El tren que no viaja a ninguna parte es como una metáfora de la soledad de los propios personajes. La figura de el guarda me resulta muy inquietante y sus palabras me parecen un sueño dentro de otro sueño. Espejos, sueños… ¿qué es verdad y qué mentira? Un abrazo.
Gracias, Mar. Saludos
RECTIFICO… Ahora que lo vuelvo a leer, me doy cuenta de la imagen que pretendes dar… están uno frente a otro… no lo había visto así… sino mucho más prosaicamente… perdón… ni caso a mi comentario, Gabriel.. si pudiera, lo quitaba, pero no sé cómo se hace.
Disculpas, otra vez… Marta
Marta, no te preocupes que no hay nada que disculpar 🙂 Y gracias por leer. Saludos
Gabriel ¿dónde puedo comprar un pasaje para ese tren?
Me encantó el relato y, sobre todo, ese original enfoque del tema de la soledad. Visto de esta manera, no es tan dolorosa.
Felicitaciones, y mucha suerte.
Saludos.
Me ha gustado mucho el relato, esta lleno de sentimientos. La soledad es el más cruel castigo que puede experimental el ser humano. Buen relato, Gabriel.
Ojalá lo supiera, Carolina. Quizás en cada cuento que leemos. Quizás… Gracias y saludos.
Gracias, Sortirios. Saludos
Al leerlo por primera vez entendí una historia, pero tras varias lecturas y darle vueltas (siempre les doy vueltas),
mi interpretación es que cada uno sueña lo mismo, que los dos comparten ese sueño, y que mediantte ese sueño durante el viaje, se encuentran, en sus deseos yen su soledad , que ya no será más.Buen guarda ese.
Lo que no comprendo es la interpretación de espejos que algunas personas ven.
Buena historia y buena forma de contarla.
Suerte.
¡Bingo! Yo no lo hubiera podido explicar mejor, Antonia. 🙂 Gracias.
Saludos
Un sueño espejado: coinciden en un mismo deseo, y en ese mismo deseo coinciden, otra vez el espejo. Bonito juego de universos y ensoñaciones.
Gracias, Irene. Saludos
Sí, lo de «sueño espejado» no es una casualidad, lo escribiste, Gabriel, adrede ¿verdad?.
Además en otro relato tuyo, ya apareció un espejo, aquel con lluvia y éste en un camino de trigales.
En efecto, Anónimo, la frase no es casual, pero aquí está usada en el sentido de que las “escenas” I y II son un espejo-reflejo una de la otra y donde lo único que se “invierte” es la acción de los protagonistas.
Si, ya percibí lo que explicas. Original la puesta en escena. ¡Suerte!.
Absolutamente original!!!!, muy metafórico, dormitan en la vida, reflejos unos de otros… tenemos una cosa en común el fetiche de los espejos, reflejan pero no son la realidad, lo son pero al revés…tiene gracia…
Hay una cosita que quisiera preguntar : ¿por qué dice el guarda «Ojalá este viaje durase para siempre»? si es un punto de llegada, destino del final de la soledad… me intriga, no lo entiendo bien…
Hola María, gracias. Te cuento que como dice Antonia en el comentario que sucede al tuyo, hay tres narradores: el hombre (I), la mujer (II) y un narrador omnisciente (III). La frase la piensan los dos primeros, no el guarda; y la dicen porque aún no saben hacia dónde van. Saludos
Esa frase la piensan cada uno de los durmientes,no el guardia.
Hay 3 narradores.
🙂
Hola, pues si que debo ser torpe sí…
Ignoro (YO) quién es ELLA. “Ojalá este viaje durase para siempre”, pienso (YO) y sonrío.
A mi esta frase me decía claramente que era pensamiento ajeno a los dos viajeros adormilados…
me ha despistado totalmente, así que gracáis por la aclaración.
Precioso relato Gabriel, esos sueños entrelazados, y el fin de la soledad. La brusquedad del guarda los despierta a una realidad que es también un sueño.