JUL94. EL TREN DEL RECUERDO, de Cristina González Prieto
Y sin previo aviso mi ser volvió a ser consciente dentro de aquel cuerpo cansado y atormentado, refugio de aquella alma eternamente soñadora que un día abandonó su jaula para no volver. Estación tras estación me alejaba cada vez más del camino que con tanta ilusión había iniciado apenas unos años. El largo viaje emprendido me enseñó lecciones que jamás pensé que se podían aprender, que jamás nadie me contó que debían ser aprendidas… Un camino lleno de luz y oscuridad las cuales debía de abrazar por igual puesto que ambos formaban parte de un mismo todo. Y allí sentada pensaba en cuántas vidas, cuantos viajes y cuantas lecciones había cobijado antes de mi inesperada llegada aquel viejo asiento destartalado de tan anticuado tren pasado de moda. A cada segundo que pasaba me estaba alejando más de mi antigua vida, me conducía hacia una nueva. Una sonrisa melancólica se dibujo en mi rostro. A veces nos empeñamos tanto en llegar a un punto que nos olvidamos de disfrutar del camino que nos lleva hasta él. Por fin lo había comprendido. No importa lo que deseemos o cuanto lo deseemos, pues, a veces cuando lo conseguimos pierde todo su valor.
Cristina estoy de acuerdo contigo, cuando algo se consigue pierde su encanto. Pero aún así, tú y yo y muchos más estamos en esta lucha por vivir.
Un beso
Muchísimas gracias. Parece que es una cosa que todo el mundo sabe pero que realmente nadie recae en ello. Nos ponemos metas en la vida y procuramos mejorar y avanzar por conseguirlas. Tenemos un afán de superación impresionante. Pero cuando conseguimos aquello que tanto habíamos anhelado, al final se queda en nada. No todo el mundo se da cuenta que por difícil que sea el camino, lleno de luces y sombras, de cosas buenas y cosas no tanto, lo que nos queda al final en nuestros recuerdos y en nuestra memoria es el camino recorrido y no tanto la meta que nos habíamos impuesto. Por ello creo que hay que ponerse muchísimas metas en la vida para disfrutar de todos esos caminos que están ante nosotros esperando que los recorramos para aprender en cada uno de ellos una valiosa lección de vida. Un saludo y gracias por entender lo que quería mostraros.
Cristina González